Tengo pendiente hablar de las convulsiones febriles. Entiendo la preocupación de unos padres que han vivido una convulsión febril de su hijo, la sensación de pánico inicial al ver que pierde el conocimiento, ojos en blanco, blando o rígido… y los minutos pasan sin que reaccione.
Creo que conocer una serie de datos puede paliar su angustia.
Las convulsiones febriles son una respuesta del cerebro provocada por la fiebre que afectan alrededor del 3% de los niños, por lo general entre los 6 meses y los 5 años de edad. Existe una predisposición genética y si el niño tiene un pariente de primer grado con convulsiones febriles, tiene un riesgo del 10%.
La convulsión suele producirse al inicio de la infección, cuando la temperatura sube con rapidez. Sabemos que el 21% de las convulsiones febriles ocurren en la primera hora del proceso febril, el 57% desde la primera a las 24 horas y el 22% después de las 24 horas.
La mayoría (70-75%) son SIMPLES: es decir, generalizadas (afectan a todo el cuerpo), duración inferior a 15 minutos y no recurren en 24 horas, siendo el resto COMPLEJAS: focales, se repiten dos o más episodios dentro de las primeras 24 horas y son de duración superior a 15 minutos.
¿Qué riesgo hay de que se repita?:
Cuando un niño tiene una primera convulsión febril, el riesgo de tener una segunda es entre 30%-50%.
¿La convulsión febril pueda provocar daño cerebral o incluso muerte?, ¿puede tener riesgo de epilepsia más adelante?:
Las convulsiones febriles simples no producen lesión cerebral ni afectan al rendimiento intelectual ni aumentan el riesgo de padecer epilepsia. El riesgo a desarrollar epilepsia es del 1-2 %, similar al riesgo de todos los niños. En otros estudios hablan de un riesgo ligeramente mayor: entre el 2 y el 7% de los casos.
El riesgo de mortalidad por la propia convulsión febril es nulo.
¿Cómo debemos actuar si empieza con fiebre mi hijo?:
Debéis saber manejar el control de la fiebre, las dosis de antitérmicos, aunque, como he dicho antes, no sirve mucho para evitar la convulsión pues se dan al inicio del proceso infeccioso, cuando todavía no os habéis enterado que está enfermo.
¿Y qué hacemos si inicia la convulsión?: Aquí os copio lo que recomiendan en la web del Hospital de Cruces de Bilbao:
Sacar objetos de la boca. No es necesario meter nada para mantener la boca abierta puesto que la mordedura de lengua es excepcional.
Colocar al niño sobre una superficie confortable, y tumbado sobre un costado. De esta manera evitaremos por un lado que se lastime al comenzar las sacudidas y, por otro, que pueda tragar un posible vómito.
Si cede la convulsión y el niño queda adormilado es mejor no intentar estimularle o despertarle; el sueño es un mecanismo fisiológico necesario para que el niño se recupere.
Si la convulsión cede y el niño se recupera completamente en pocos minutos, no es imprescindible la valoración inmediata por un pediatra. Si piensa que las cosas no van bien, o está preocupado por algún motivo, consulte a su pediatra o acuda de nuevo al servicio de Urgencias. Si la convulsión no cede, su hijo debe ser atendido en el centro médico u hospitalario más cercano.
Y yo añado: Si te han prescrito el uso de diazepam rectal, administrarlo. También administrar por vía rectal el antitérmico durante la convulsión.
¿Es necesario realizar algún tipo de estudio?:
No está indicado ni realizar electroencefalograma ya que no ayuda al tratamiento ni permite predecir si se van a repetir las convulsiones.
Para preveer las convulsiones febriles lo mejor es tener un termómetro inalambrico digital que te avisará cuando la temperatura empiece a subir.Recomiendo el de medikramer, a mi me ha sido de gran ayuda; se puede ver en su pagina http://www.medikramer.com
Hola,
Creo que la informacion de este post es poco rigurosa y aunque tiene razón en algunas cosas tiene lagunas en otras. Cuando existen convulsiones febriles siempre es recomendado un EEG y ya todos los estudios hablan de mayores posibilidades entre las convulsiones febriles y epilepsia. Tampoco es cierto que no influya en el rendimiento intelectual, no ocurre en la mayoría de los casos, pero puede influir dependiendo del caso. La banalización de las convulsiones febriles es un error, cierto es que cuando pasa sólo una vez y el electroencefalograma no muestra problemas, no se requieren grandes controles, sólo un seguimiento.
Los protocolos van a ir cambiando, hasta ahora se banalizaban las convulsiones aunque fuesen repetidas. Existen epilepsias que en ocasiones eran confundidas con convulsiones febriles (se les llama convulsiones febriles plus).
Un saludo.
Diego.
Gracias Diego por tu comentario. La información que planteo en este blog intento que esté actualizada y dirigida a padres y madres fundamentalmente. Hablo de convulsiones febriles simples, está claro que si son complejas precisan otro enfoque.
Hasta lo último publicado en revistas dirigidas a pediatras generales (no leo las de neuropediatría) no está protocolizado la realización de un EEG en toda convulsión febril simple, es más, “puede ser un factor de confusión mas que una ayuda diagnóstica. No hay ningún estudio prospectivo que haya podido demostrar la existencia de una relación entre la presencia de unas anomalías paroxísticas en niños que padecen CF y el posterior desarrollo de una epilepsia”. En cuanto al riesgo de epilepsia, como indico en la entrada, la cifra de riesgo más alta que he encontrado es la del 7%. No he leído nada que afirme que puedan provocar deterioro intelectual, repito, hablando de convulsiones febriles simples.
Por último enlazo con la información disponible en la sección para padres de la web de la Asociación Española de Pediatría, que creo puede ser de interés. http://enfamilia.aeped.es/temas-salud/convulsion-febril
Gracias por tu comentario!