ADOLESCENCIA


Artículo publicado en el suplemento de Salud del diario Información.

Su autor Dr. José P. Valdés, pediatra y amigo. ¡Gracias!

Es el título de una serie de Netflix que está causando sensación . No le faltan razones cinematográficas: la realización y las interpretaciones de los actores son notables. Pero es de nuevo una historia escabrosa sobre adolescentes lo que ha multiplicado las audiencias. De hecho, escoger ese título es el fin que persigue, porque a pesar de que la mayoría de los adolescentes son normales, su paso por esa complicada edad se vende bien.

Lo primero que hay que dejar claro es que es una historia de ficción y que es muy poco probable que cuando una familia funciona, tengamos hijos tan trastornados y capaces de asesinar , salvo que haya habido antecedentes patológicos que nos hayan puesto en aviso. El dolor de esos padres que traspasa la pantalla se debe precisamente a que pensaban que su hijo era una buena persona y que estaban haciendo las cosas lo mejor que han sabido: “ …qué podíamos hacer, los críos son así hoy en día…” ( refiriéndose a las horas que pasa el hijo delante de la pantalla en su habitación ) . Los hechos les ponen delante algo que por infrecuente no deja de ser una realidad en el mundo actual: ninguna familia aparentemente normal está libre de que pueda suceder. Al final, después de madurar las posibles causas, los padres llegan a una conclusión: “ …LO HEMOS DEJADO SOLO “

El argumento da para mucho, pero quisiera hacerles pensar en el problema del mal uso de las tecnologías que son causa de patologías desde el nacimiento y concretamente, en la influencia de las redes sociales, en esas nuevas formas de relacionarse que tienen los adolescentes actuales, y que en el protagonista de la serie tienen un papel determinante. No es cierto que “ los críos de ahora sean así “…entre todos LOS HEMOS HECHO ASÍ.

Abrumados por la magnitud del problema estamos en un punto de inflexión, porque toca buscar soluciones. Y los primeros en actuar deben ser los padres. No son los únicos responsables pero sí los que más posibilidades tienen de hacer una PREVENCION eficaz desde los primeros meses de vida, porque es más sencillo enseñar hábitos de vida saludables que modificar aquellos que ya se han establecido ( aunque sean perjudiciales ) y porque en el caso de las tecnologías, esperar a actuar cuando ya han producido síntomas, como sucede en adolescentes, es muy complicado.

Seamos positivos, porque tenemos suficientes recursos para actuar. Lo importante es empezar, pasar a la acción .
En primer lugar con el PLAN DIGITAL FAMILIAR, un proyecto de la Asociación Española de Pediatría ( AEP ) en colaboración con la Agencia Española de Protección de Datos ( AEPD ) que debe formar parte de las primeras iniciativas en educación a cualquier edad y que se basa en tres conceptos :
Recomendaciones generales para las familias y recomendaciones específicas para cada edad ( de 0 a 16 años ) que están basadas en evidencias científicas actualizadas.
Establecer límites y normas de uso de los dispositivos digitales comunes para toda la familia y refrendarlos con el EJEMPLO, que es la herramienta educativa más poderosa.
Retrasar la adquisición de móviles inteligentes con acceso a Internet hasta que todos ( padres e hijos ) estemos preparados para ello.


La Agencia Española de Protección de Datos es el organismo público independiente encargado de velar por el cumplimiento de la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y cuenta con el CANAL PRIORITARIO que todo el mundo debería conocer porque puede salvar vidas ( el ciberacoso o el grave daño a la imagen están detrás de no pocos suicidios ). Permite solicitar la retirada urgente de contenidos sexuales o violentos publicados en internet sin el consentimiento de las personas que aparecen en ellos. Pueden acudir a este canal tanto el afectado como cualquier persona que tenga conocimiento de la difusión de este tipo de contenidos.


En caso de problemas hay además disponibles otros teléfonos de ayuda como el de la Fundación ANAR ( 900 20 20 10 ) el 017 del Instituto de Ciberseguridad ( INCIBE ) o el 016 en caso de violencia de género.
Es decir , los padres disponen de importantes herramientas educativas para poner en marcha en cualquier momento y de recursos en el caso de que la situación les supere.

¿Y la escuela? Porque tampoco sale bien parada al visualizar esa historia sobre adolescentes. En dos aspectos. No es ese lugar seguro donde pensábamos que podíamos dejar a los hijos; a pesar de que hablando de menores, en ausencia de los padres es la responsable de su seguridad. La otra cuestión es la forma en que se ha producido la digitalización de la enseñanza. Antes de ponerla en marcha… ¿ había pruebas de que contribuiría a mejorar el aprendizaje? (ahora ya saben que no) … ¿ alguien tuvo en cuenta los posibles efectos secundarios en la salud física y mental? (ahora ya saben que existen). Y a pesar de ello la polémica está servida. Los hay que no están dispuestos a dar marcha atrás por el gasto económico que ha supuesto ( !! ) y otros alegan intromisión en la comunidad educativa de las instituciones encargadas de velar por la salud de los menores. La situación recuerda la puesta en marcha de la Ley Antitabaco, donde a pesar de las evidencias hubo intelectualoides que llevados por su drogodependencia defendieron su derecho a fumar aunque hicieran daño a los demás. Habrá que buscar soluciones meditadas y no enfrentamientos que acaben perjudicando a los que menos culpa tienen.


Los profesionales sanitarios por su parte, deben informar a las familias de la existencia de las herramientas preventivas descritas lo antes posible y de forma rutinaria como si de un calendario vacunal se tratara. Y si detectan un mal uso de las tecnologías, tener en cuenta sus efectos sobre la salud para poner en evidencia las enfermedades que producen.

¿Es la adolescencia la culpable de todo ésto?: No. Es una época de crisis donde es más probable que afloren todo lo que hemos hecho mal durante la infancia, y más sensible a que los problemas familiares, escolares o sociales le hagan mella. El tema de las tecnologías debemos reconocer que nos ha atropellado a todos porque su implantación ha sido tan rápida que nos ha cogido desprevenidos, sin suficiente formación, deslumbrados por sus posibilidades no hemos visto que también pueden hacer daño…y ésto es más evidente en un cerebro en desarrollo.


“ …Lo siento hijo, debí hacerlo mejor “. Las reflexiones vertidas por los padres en los últimos veinte minutos de la famosa serie son realmente lo más valioso para quien se detenga a pensar en ellas, porque son las que nos obligan como familias, profesionales y sociedad a intentar cambiar las cosas.

Dr. José P. Valdés
Pediatra. Acreditado en Medicina de la Adolescencia

Hablamos de crecimiento y percentiles

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“Estoy preocupada, he pesado a mi hija y ha bajado de percentil” “¿Es normal el percentil de mi hijo?” “Mi hija está muy baja de percentil”

Veamos qué es esto de los percentiles, a menudo motivo de preocupación de padres y madres.

La valoración del crecimiento es una parte fundamental del trabajo en pediatría. Sobre todo en los primeros dos años de vida el seguimiento de niños y niñas es frecuente. En cada control de salud se pesa, talla y mide el perímetro cefálico.
Los datos los llevamos a las gráficas que todos conocéis y que están en la cartilla de salud infantil.

Disponer de unas gráficas que nos sirven de referencia nos plantea la primera pregunta ¿qué gráficas son éstas?
Las gráficas que usamos desde el año 2006 son las de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Una segunda pregunta ¿Cómo se elaboraron estas gráficas para que sirvan de patrón internacional?.
Las gráficas que usamos actualmente son el resultado de un estudio dirigido por la OMS y apoyado por varios gobiernos, organizaciones no gubernamentales y Naciones Unidas. Se realizó entre 1997 y 2003. Los datos de crecimiento y la información necesaria se obtuvo de un total de 8.440 niños y niñas de diferentes orígenes étnicos y entornos culturales ( Brasil, Estados Unidos de América,Ghana, India, Noruega y Omán ). La población infantil con la que se hizo el estudio fueron criaturas nacidas a término, feto único y ausencia de morbilidad significativa, se criaron en condiciones socioeconómicas favorables; las recomendaciones de alimentación fueron: lactancia materna exclusiva hasta por lo menos 4 meses; control de infecciones y vacunación, madres con prácticas saludables como ser no fumadoras y que proporcionaron una atención de salud adecuada a sus criaturas.
Se les siguió los cinco primeros años de vida y con esos datos se elaboraron las tablas de crecimiento que usamos. Estos estudios han demostrado que las poblaciones infantiles crecen de manera similar en todas las partes del mundo cuando se satisfacen sus necesidades de salud y cuidados.
Actualmente estas gráficas se utilizan para evaluar a niños y niñas de cualquier lugar, independientemente de la etnia, la situación socioeconómica o el tipo de alimentación.
Para complementar estas gráficas, en el año 2007 se elaboraron y publicaron gráficas de crecimiento para escolares y adolescentes de 5 a 19 años.

¿Y ahora qué? Ahora toca hablar de percentiles. Os adelanto lo que significa llevar el peso o la talla de vuestro hijo o hija a la gráfica de crecimiento: simplemente es compararlo con otros de la misma edad y sexo.
No pretendo dar una clase de matemáticas explicando conceptos, pero sí cómo usar e interpretar, de una forma sencilla, las gráficas. Y la interpretación de las curvas de crecimiento se realiza mediante los percentiles.
¿Qué son los percentiles? son una medida estadística que nos indica cómo es un valor en relación a otros. En nuestro caso, cómo es el peso o la altura de una criatura frente a otras de su misma edad y sexo.
En las curvas de crecimiento de la OMS la división se ha marcado con las líneas 3, 10, 25, 50, 75, 90 y 97, que son los percentiles elegidos. El percentil más bajo es el 3 y el más alto el 97.

No, no es un lío. Veamos unos ejemplos:
Mi hija tiene un año y pesa 9 kg. Voy a la gráfica de niñas y marco ese peso para un año de vida y veo que está en la línea del percentil 50. ¿Qué significa?
Estar en el percentil 50 de peso significa que, de cada 100 niñas de su edad, 50 pesan mas y 50 menos que ella.
Otro ejemplo:
¿Qué significa que mi hijo esté en el percentil 10 de talla? Pues que de cada 100 niños de su misma edad, 90 serán más altos y 10 más bajos.

Las gráficas nos sirven de orientación a los profesionales de la salud, nos dan información, pero un dato aislado no tiene valor. Como tampoco lo tiene la cifra del peso sin tener en cuenta la talla.
Son útiles para realizar un seguimiento del crecimiento, que no siempre es lineal. Es habitual observar pequeñas oscilaciones entre percentiles que no tienen importancia. Tampoco la tiene estar en uno u otro percentil, tan sano es estar en el percentil 3 como en el 75.
Pero observar una desviación importante y mantenida nos ayudará a detectar precozmente un problema de salud.

Las gráficas de crecimiento son, en definitiva, una herramienta útil en la valoración del crecimiento de tu hija o hijo, que hay que saber interpretar.
Si algo te preocupa consúltalo con tu pediatra o enfermera pediátrica.

Por un entorno digital seguro para la juventud y la infancia

El pasado diciembre el Consejo de Ministros recibía el informe sobre menores y móviles que el Ministerio de Juventud e Infancia había encargado a un comité de expertos.

El comité, formado por 50 personas independientes y expertas en diversos ámbitos, han trabajado de forma altruista y sin coste alguno para la Administración.
El grupo ha contado, entre otros, con representación de Organizaciones de Infancia, como UNICEF y Save The Children, Asociación Española de Pediatría, Agencia Española de Protección de Datos… así como psicólogos, pediatras o juristas especializados en la garantía de los derechos de la infancia y de la juventud.
Se dividieron en seis grupos de trabajo: Salud, Educación, Privacidad, Industria y Consumo, Derechos, Participación y Pornografía/Violencia Sexual.

El informe incluye un amplio diagnóstico sobre el impacto de las tecnologías en las personas menores de edad. Se analiza, entre otras, la responsabilidad de la industria, la exposición de los niños y niñas en las redes sociales, el papel de las familias y otros actores de la sociedad, y las herramientas de protección.

Tras el análisis del impacto que las pantallas tienen en nuestros menores, el informe plantea 107 medidas a corto, medio y largo plazo. Estas medidas dirigidas al Gobierno son “una hoja de ruta que promueva entornos digitales seguros para niñas, niños y adolescentes”. El objetivo es que las Administraciones Públicas garanticen un marco de prevención, detección precoz y protección frente a una posible vulneración de los derechos de la infancia y la adolescencia.

También incluye el informe recomendaciones a las familias.
Me centraré hoy en estas RECOMENDACIONES para los distintos tramos de edad y que transcribo casi literalmente:
* De 0 a 3 años la conclusión es rotunda: No exponer a los niños y niñas a los dispositivos digitales.
* De 3 a 6 años: Desaconsejar el uso de dispositivos digitales. Como excepción, de forma puntual y bajo la supervisión de un adulto, se puede permitir con el objetivo de mantener un contacto social, familiar o cuando se determine por resolución judicial.
* Hasta los 6 años: Se aconseja limitar el uso de dispositivos digitales por los adultos en presencia de menores. Es decir, los adultos hemos de predicar con el ejemplo.
* De 6 a 12 años: Se limita el uso de los dispositivos con acceso a internet y se recomienda priorizar actividades vivenciales, deportivas, en contacto con la naturaleza y el entorno físico y presencial. Si se decide utilizar un dispositivo, bajo la supervisión de un adulto y para acceder puntualmente y con límites prefijados únicamente a contenidos adaptados a sus edades y capacidad.
* De 12 a 16 años: Si se decide permitir el acceso a dispositivos digitales, y como medidas de protección, es esencial instalar herramientas de control parental que permitan evitar el acceso a contenidos inadecuados, así como gestionar el tiempo de exposición, garantizando la adopción de medidas de seguridad y de configuración de la privacidad que todo dispositivo digital tiene.
* De 12 a 16 años: Priorizar el uso de teléfonos analógicos (de sólo llamada), sin acceso a internet, si se estima que son necesarios. Retrasar la edad del primer móvil inteligente (con conexión a internet) lo máximo posible. Si las familias deciden la entrega de un móvil inteligente antes de los 16 años, utilizar el control parental para limitar y monitorear el acceso a los contenidos y el tiempo de uso.
Plantean “un acceso gradual, lo más seguro y educativo posible, respetuoso con sus derechos de privacidad e intimidad, y adaptado al nivel de madurez «.

Seguiremos hablando de este informe. Es necesario conocer lo que dicen sobre la responsabilidad de la industria y las medidas dirigidas a ese sector, sobre las pantallas en el ámbito educativo o las medidas para combatir la exposición de niños y niñas en redes sociales.

El monstruo está en casa






Publicado hoy en el diario Información


La Fundación ANAR ha publicado un estudio, Agresión sexual en niñas y adolescentes según su testimonio. Evolución en España (2019-2023).
Para quien no la conozca, la Fundación ANAR es una organización sin ánimo de lucro que, desde 1970, ayuda a niños/as y adolescentes en riesgo.
Este último estudio ha sido realizado a partir de los datos que la Fundación tiene de las llamadas de niños, niñas y adolescentes que consultaron o pidieron ayuda por agresión sexual a las líneas de teléfono de Ayuda Anar, entre los años 2019 al 2023.
En estos últimos 5 años son 4.522 los casos de agresiones sexuales documentados y suponen un incremento del 55%.

El perfil de las víctimas es mayoritariamente femenino, un 78,7%. En el 80% los agresores son personas del entorno cercano. En los menores de 12 años el agresor está en la familia, vive o está cerca de él o ella en un 90% de los casos. Sí, el monstruo está en casa, aunque sigamos viendo más el peligro en el exterior y no en el entorno.
En cuanto a la edad, nos encontramos ante una media de 12,5 años. No obstante, en el caso de los chicos es especialmente reseñable que la mayoría son menores de 9 años.

Otras cifras nos hablan de que el 26% de las niñas y adolescentes atendidas sufrían abusos cada día y durante mas de un año cuando se han decidido a llamar. Si atendemos al entorno de las víctimas, el 40,7% vive con ambos progenitores y un 36,1% en familias monoparentales.
El 58,7% proceden de familias españolas y el 41,3% de familias migrantes, un porcentaje alto teniendo en cuenta que la proporción de menores de edad extranjeros/as en España supone el 12,8% de la población infantil total.
Un 2,5% de las víctimas tiene alguna discapacidad y siete de cada 10 presentan un rendimiento escolar bajo.

Las agresiones en un 91,5% son físicas y empiezan a aumentar las cometidas en las redes. Este informe recoge cinco tipos de agresiones sexuales: agresiones sexuales presenciales (91,5%), grooming (3,1%), sexting no consentido (2,2%), pornografía (1,3%) y explotación sexual y/o prostitución (1,9%).

¿Y quién es el monstruo?
El perfil del agresor es hombre (94,3%), mayor de edad, del entorno de la víctima.
Existe escasa percepción de riesgo en el entorno, que choca con lo que sabemos: casi 8 de cada 10 agresores (79,5%) son personas conocidas por la víctima y, de éstos, el 50,3% son miembros de su propia familia. Un dato que aumenta hasta el 85,9% en el caso de las víctimas más pequeñas (menores de 9 años).
El padre biológico o la pareja de la madre en el 27,9% de los casos. Porcentaje similar tíos, abuelos o hermanos mayores.

Las consecuencias de este tipo de agresiones son muy graves, incluida la conducta e ideación suicida en un 9%.
Al trauma se añade la soledad de estos menores, incluso cuando son capaces de contarlo.
El trabajo realizado por el Centro de Estudios e Investigación ANAR también ha arrojado datos preocupantes respecto al tratamiento recibido por las víctimas. Si ya han vivido la soledad de mantener el secreto, cuando ya han sido capaces de contarlo no se les acompaña después: un 70% no recibe tratamiento psicológico tras la agresión, cifra que se eleva al 79,5% en el caso de los menores de 9 años.
Es preocupante también que 6 de cada 10 progenitores no saben cómo actuar o no actúan correctamente ante las agresiones sexuales por negligencia o falta de reacción (41,5%), miedo a la revictimización (21,8%), negación (17,9%) y lo que es peor, culpabilización (9,8%) o justificación al agresor (9%).
En lo referente al entorno profesional, en 2 de cada 10 casos los profesionales no reaccionaron de forma correcta.

Estos son los datos. Como sociedad hemos de dar respuesta.

* “Hay un monstruo en mi casa”, vídeo de la asociación REA sobre el abuso sexual infantil que podéis ver en YouTube. Mi felicitación a sus autores, imposible abordar el tema mejor.

Alcohol y menores



Artículo publicado en el suplemento de salud del diario Información

El Ministerio de Sanidad trabaja para aprobar una ley destinada a reducir el consumo de alcohol entre menores. El anteproyecto ha sido aprobado por el Consejo de Ministros pero aún queda un largo camino. Esperemos que en esta ocasión salga adelante, porque se ha intentado sacar anteriormente sin resultado. Intereses económicos lo han impedido.

Las medidas que plantea son sobre todo restricciones a la publicidad y puntos de venta, así como programas educativos.
Por ejemplo se regularían las máquinas de suministro automático o se eliminaría la venta de bebidas alcohólicas en centros docentes o centros deportivos. Serían espacios libres de alcohol como se empezó con el tabaco.
La restricción a la publicidad de las bebidas alcohólicas es necesaria. Un ejemplo: Las marcas de cervezas forman parte de nuestro entorno, del paisaje urbano, se han colado en el mobiliario de terrazas de nuestras calles y plazas.
En cuanto a los programas educativos, implican al ámbito sociosanitario, al educativo y a otras administraciones públicas. También a las familias. Es necesario un cambio de mentalidad respecto al alcohol, evitar que las bebidas alcohólicas estén normalizadas en el contexto familiar, en los espacios públicos, en nuestro día a día.
Otra medida eficaz que aceleraría la bajada de consumo es la subida de precios, pero no parece estar contemplada en el anteproyecto. ¿Es porque supondría una traba para su aprobación parlamentaria?.

¿Pero cuál es la realidad? ¿Tenemos datos del consumo de alcohol en menores?
Sí. Disponemos de los datos de la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES 2023) que se lleva a cabo en estudiantes de 14-18 años de edad. Son estudiantes procedentes de 888 centros educativos públicos, privados y concertados de todo el territorio español, con una muestra válida final de 42.208 alumnos. Esta encuesta se realiza bienalmente desde 1994.
En esta edición del 2023 se añadió como estudio piloto la franja de estudiantes de enseñanzas secundarias de 12 y 13 años.
Los datos de ambas encuestas están incluidas en la Monografía sobre alcohol 2024 publicada recientemente. Esta Monografía ha sido realizada por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA) del Ministerio de Sanidad, con la colaboración de las Comunidades Autónomas. Contiene la información más relevante sobre el consumo de alcohol. Interesantes los datos de consumo en el marco geográfico en el que estamos. Europa tiene el mayor nivel de consumo de alcohol per capital del mundo y aunque hay grandes diferencias en el consumo estimado de alcohol entre los distintos países, anualmente cada persona (mayor de 15 años) de la región europea de la OMS bebe una media de 9,5 litros de alcohol puro, lo que equivale a 190 litros de cerveza.

Pero volvamos a los datos de consumo de alcohol de nuestros jóvenes (ESTUDES 2023). El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida por los estudiantes de 14 a 18 años. Preguntados por los últimos 30 días, “algo más de la mitad de los estudiantes (56,6%) reconoce haber bebido alcohol, observando que el 20,8% ha experimentado alguna borrachera en este mismo periodo y el 28,2% ha realizado binge drinking (consumo de alcohol en atracón) es decir, ha tomado 5 o más vasos de bebidas alcohólicas en un intervalo aproximado de dos horas.”
Preguntados por consumo de alcohol en el último año, un 73,6% reconoce haber consumido. El primer consumo fue con 13,9 años de media y a medida que aumenta la edad lo hace el consumo de alcohol.
Por sexos se observa que las chicas beben más que los chicos.
Como lleva haciéndose el estudio desde 1994 observamos que, aunque el consumo es alto, la tendencia va a la baja, con un repunte tras la pandemia.

¿Y los datos de los estudiantes de 12 a 13 años?
Este primer estudio piloto con estudiantes de 1º y 2º de la ESO también se realizó en todo el ámbito nacional.
El 26,9% de estudiantes de 12 años y el 41,5% de los de 13 años reconoció haber tomado alcohol, al menos una vez. Similar chicos y chicas. Respecto al tramo temporal de haber bebido alcohol los últimos 30 días, un 16,1% de los de 12 años dice haberlo hecho y un 26,2% de los de 13 años.
El 7,2% declara haberse emborrachado alguna vez en su vida.
No voy a extenderme con más datos pero bien merece una lectura para conocer dónde lo compran, dónde lo consumen, etc.

Esta ley es el inicio de un camino a recorrer, como se hizo con el tabaco. Es un tema de salud pública y desde la mirada pediátrica una ley necesaria porque hay que proteger a nuestros menores.

Hablemos de Infecciones de Transmisión Sexual



Publicado en el diario Información

El pasado mes de junio el Ministerio Sanidad puso en marcha una Campaña de Prevención de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) dirigida a jóvenes. El objetivo es visibilizar las ITS entre la población joven, fomentar la prevención, el autocuidado y la responsabilidad individual en su propia salud sexual y la de las personas con las que se relacionan.
Los lemas elegidos: “Yo soy del sexo seguro” y “Con las infecciones de transmisión sexual #túdecidesloquecompartes”.

¿Porqué esta campaña?
El número de ITS diagnosticadas en España va en aumento. Esta tendencia ascendente se da en todos los grupos poblacionales, incluidos los adolescentes. Es en la actualidad un problema de Salud Pública.
Estamos hablando del virus del papiloma humano (VPH), de gonorrea, sífilis, VIH, clamidia y hepatitis B y C.
Veamos algunos datos. El VPH es la infección más prevalente a nivel mundial y se estima que a los dos años del inicio de las relaciones sexuales un 50-60% está afectado. La exposición precoz al VPH incrementa el riesgo de displasias cervicales y cáncer. Esta situación está cambiando a partir de la vacunación contra el VPH en adolescentes.
Mas datos: según el último estudio del Centro Nacional de Epidemiología más del 20% de los nuevos diagnósticos de gonorrea corresponden a menores de 25 años; en el caso de la clamidia, el porcentaje supera el 37%. Estas dos ITS, clamidia y gonococo, son las más frecuentes en adolescentes, pudiendo darse la coinfección. También son las que más afectan a mujeres, mientras que los hombres son los más afectados por la sífilis. En cuanto al VIH el 10.6% de los nuevos diagnósticos se dan en menores de 25 años, siendo la principal vía de transmisión las relaciones sexuales. Es necesario saber que 4 de cada 1000 personas en España tiene infección por VIH y se estima también que un 18% de las personas con infección por VIH lo desconoce.

¿Cómo se plantea la prevención?
El preservativo se ha demostrado como la medida más eficaz de prevención de las ITS durante las relaciones sexuales. Por tanto seamos conscientes de que para prevenir las ITS hay que usar siempre preservativo, sin embargo no se utiliza lo suficiente. Según el Informe Juventud en España 2020, aunque las personas jóvenes prefieren utilizar el preservativo en sus relaciones sexuales con penetración (80%), un 37% dice que no lo ha utilizado en alguna ocasión en el último año por diversas causas.
Las encuestas también nos dicen que hay un progresivo aumento de la proporción de jóvenes con relaciones sexuales a una edad precoz. Unos datos hablan de que la edad media de la primera relación sexual con penetración es de 16 años, otros como la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Cataluña, en encuesta a adolescentes de institutos de Terrassa, hablan de 13,8 años.

Evidentemente es vital poner en marcha intervenciones de educación sexual integral de manera que la población joven tenga además de información, actitudes y habilidades personales para disfrutar de una sexualidad saludable. También debemos involucrar a las familias porque es muy importante el papel que tienen en la educación sexual de sus hijos e hijas.

Otro aspecto de la prevención son las vacunas. Debemos mantener actualizado el calendario vacunal, incluyendo la vacunación del VPH, hepatitis A, B y meningococo B. En este último caso se ha observado, en diferentes estudios, una protección cruzada frente al gonococo.

El diagnóstico precoz es el último escalón en cuanto a prevención, cortando así la cadena de transmisión. El cribado de ITS está recomendado cuando la historia clínica del adolescente lo requiera, por ejemplo por prácticas de riesgo o en adolescentes embarazadas. También se realizará siempre que aparezcan signos o síntomas que pudieran ser causados por una ITS.
Es importante que ante la menor sospecha consulten para confirmar o no el diagnóstico, informar a la pareja o personas con las que haya tenido relaciones sexuales e iniciar el tratamiento.