No suelo releer libros, pero he vuelto a coger “La Familia Es el Paciente”, subtitulado “Las entrevistas familiares aplicadas a la atención médica infantil”, un libro fruto de la experiencia del equipo de la Sección de Conducta y Desarrollo del Departamento de Pediatría de la Universidad de California, San Francisco. Hace ya más de 50 años iniciaron su andadura en el manejo de problemas emocionales y de comportamiento en niños y adolescentes con especial énfasis en los aspectos docentes, pretendiendo mejorar la formación de los pediatras de cabecera, que entendiéramos el desarrollo normal y las diferencias de desarrollo en los niños para comprender y manejar los problemas de conducta que vemos a diario.
Aplica los principios de la terapia familiar en la consulta de pediatría para el diagnóstico y tratamiento de algunos problemas pediátricos, especialmente los problemas de comportamiento.
Ahora que la atención a los niños está cambiando en nuestro país y que probablemente el pediatra de cabecera es un “especie en extinción”, cobran más sentido las palabras del Dr. Robert Haggerty, que en 1995 decía en un artículo:
Las necesidades de los niños actualmente y en el futuro muestran una diversidad enorme; las diferencias en estatus socioeconómico, raza y etnia, cultura, nivel cultural, estado marital, movilidad y enfermedades y problemas sociales entre familias. Ésta es la realidad bajo la que deben trabajar los pediatras. Familias diferentes tienen y tendrán necesidades diferentes. Los pediatras que tratan niños que tienen la suerte de vivir con sus padres con medios adecuados en comunidades seguras con buenos colegios, tendrán un papel muy distinto al de los pediatras que trabajan con niños que tienen un padre o una madre pobres y rodeados de un ambiente de incultura, violencia, drogas y sexo precoz. Para todos los niños es fácil predecir que en el siglo XXI la pediatría estará más comprometida con la salud emocional, el papel de la educación escolar y la resolución de conflictos, que podría denominarse “prevención de la nueva morbilidad”.
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