¿Sarna, en 2018?

Este pasado sábado, en el periódico Información, publicaba este artículo la Dra. Angélica García Hilger, M.I.R. de Pediatría de nuestro Hospital de Elche. ¡Gracias Angélica!

Pues sí, la escabiosis, o sarna, es una de las parasitosis cutáneas más frecuentes en nuestro medio, junto con la pediculosis (la infestación por piojos). La causa es la hembra de un ácaro Sarcoptes scabiei hominis que habita bajo la capa superficial de la piel, dónde pone de 2-3 huevos al día. Este bicho de ocho patas migra a través de la piel, dejando unos surcos característicos y tras dos semanas las larvas maduran dando lugar a nuevos adultos. Y así el ciclo continúa, y mientras tanto la piel, en contacto con el Sarcoptes scabiei reacciona, se irrita, aparece un rash y sobretodo pica. El ácaro puede viajar desde una persona infectada a otra. La mayoría de los contagios se producen por contacto directo entre persona en el mismo domicilio. Los animales no contagian la sarna. Es posible, aunque menos frecuente, contagiarse a través de ropa de cama, ropa, toallas etc, ya que el ácaro es capaz de sobrevivir unos 4 días sin estar en un humano. Cualquiera puede contagiarse de sarna. El Sarcoptes scabiei no distingue edad, razas, ni condición social, tiene especial facilidad para propagarse en guarderías, residencias o en cualquier situación de hacinamiento.

La aparición de los síntomas varía dependiendo de la sensibilidad de la persona afectada. Los principales problemas son: el prurito, que empeora por la noche, es característico, porque la actividad del bicho aumenta con el calor, frecuentemente en varios miembros de la familia, el rash en forma de pápulas rojas, surcos, y heridas de rascado. Los lugares más frecuentes donde se encuentra el ácaro son las manos y antebrazos, especialmente las muñecas y entre los dedos, y otras zonas como axilas, ingles, pubis y glúteos.

Con todo, es importante recalcar que la escabiosis tiene tratamiento efectivo. El objetivo de tratar la sarna es doble: por una parte erradicar la infección de los afectados y por otra prevenir la propagación del Sarcoptes scabiei; por lo que es imprescindible que se realice correctamente según las indicaciones del médico, tanto el paciente como los convivientes y personas con contacto estrecho, aunque éstos no tengan síntomas. La mayoría mejorará tras la aplicación de una crema de permetrina 5%, que debe aplicarse como una capa fina por toda la piel, que tiene que estar limpia y seca, desde el cuello hasta las palmas y las plantas, dejándose unas horas, y con una ducha posterior. Actualmente se recomienda repetir el procedimiento tras 7 días, para asegurar la erradicación completa. Es un tratamiento eficaz y seguro incluso en lactantes, y aunque suele ser bien tolerado, puede producir irritación local y debe evitarse el contacto con mucosas. En cuanto a las medidas generales se recomienda cambiar y lavar la ropa personal y de cama y toallas a 60º, y limpiar alfombras, cortinas etc, igualmente.

Mucha gente siente vergüenza al oír este diagnóstico por los prejuicios, infundados, sobre la mala imagen que acarrea. Si crees que puedes tener sarna no dudes en consultar a un profesional médico, ya que es una infestación común con tratamiento eficaz, y ayudarás a prevenir nuevos contagios.

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