Enero, tiempo de toses

Publicado en el diario Información

Entramos en enero, tiempo de catarros y toses. En los más pequeños, y sobre todo si han empezado a ir a la escuela por primera vez, los procesos catarrales se suceden sin descanso desde septiembre. Si en cada episodio la tos puede durar hasta dos semanas podemos tener a nuestra hija o hijo tosiendo todos estos meses. Es necesario por tanto que tengáis claro de qué va esto de la tos.

Lo primero que hay que aclarar es que la tos es el principal mecanismo de defensa de nuestro aparato respiratorio. Su objetivo es eliminar todo aquello que obstruya la vía aérea y así mantenerla limpia. No es una enfermedad en sí, es el síntoma de una enfermedad. Normalmente detrás de la tos hay una infección de las vías respiratorias causada por virus.

¿Cómo funciona esto de la tos? Tenemos unos “receptores” en la capa que reviste la pared interna del aparato respiratorio, que se estimulan por distintos motivos: cuando hay moco, como ocurre en los catarros, por estímulos químicos como ocurre en la inhalación del humo del tabaco, etc. Una vez estimulados estos receptores, por vía nerviosa mandan la señal de la necesidad de toser al “centro de la tos”. Recibido el mensaje en esta central se envían las órdenes para que ocurra esa respuesta explosiva que es la tos.

Hay diferentes sonidos de toses. Tenemos la tos seca, es la tos de los catarros de vías altas, asociada al picor de garganta.

Tos productiva que es una tos “blanda”, se oye que mueve el moco. Sirve para ayudar a eliminar la mucosidad y contribuye por tanto a la curación del proceso catarral. Los niños y niñas no saben expectorar por lo que tras el episodio de tos se tragan la madeja de moco pasando ésta al tubo digestivo.

También se reconoce fácilmente la tos perruna, una tos seca con un sonido peculiar metálico y profundo. La primera vez que se oye asusta. Está producida por inflamación de la laringe o la tráquea.

En ocasiones a la tos seca se une la presencia de “pitos” o “sibilancias” cuando la inflamación es de la vía aérea inferior, a nivel de los pulmones. Es la tos del asma y de la bronquitis.

En cuanto al tratamiento, lo primero es determinar la causa de la tos. Si se trata de un catarro, el tratamiento consistirá en mantener una correcta hidratación ofreciendo líquidos, realizar lavados nasales con sentido común, sobre todo en lactantes si el moco nasal dificulta la succión y aliviar los síntomas que le causen molestias, por ejemplo si tiene fiebre alta o malestar general le daremos paracetamol o ibuprofeno.

¿Tratamos la tos?. Pues depende. En los menores de seis años los antitusígenos no están indicados porque los riesgos superan a los beneficios. Tampoco mucolíticos o antihistamínicos sirven para mucho. En los más mayores buscaremos el equilibrio entre aliviar pero no anular el mecanismo defensivo que es la tos. En cuanto a los antibióticos, como sabéis, no “matan” a los virus que son los causantes de los catarros, por tanto están contraindicados.


Importante: evitemos que los niños y niñas estén expuestos al humo del tabaco y no olvidemos el lavado de manos como medida básica para disminuir el riesgo de contagio.

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