El pasado sábado publicaba en el Suplemento de Salud del periódico Información el siguiente artículo con motivo del Día mundial del asma.
El asma es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia, afecta a uno de cada diez niños. Desde hace años, la Iniciativa Global del Asma (GINA por sus siglas en inglés) celebra el Día Mundial del Asma el primer martes del mes de mayo, este año ha sido el pasado día 6. El lema elegido, un año más, es el de «Puedes Controlar tu Asma», que anima a tomar el control de la enfermedad.
Pero el asma es una enfermedad importante no sólo por su frecuencia, también porque provoca que el niño respire mal y, si no controlamos los síntomas, le apartará de lo que debe hacer un niño: ir al cole, jugar, hacer deporte…
¿Y exactamente qué le ocurre a los bronquios del niño que tiene una crisis de asma?: por distintos desencadenantes se inflama la mucosa interior de los bronquios con producción de moco y se contrae la musculatura, la consecuencia final es que se estrecha el bronquio dificultando el paso del aire. Esta situación obliga al niño a hacer un mayor esfuerzo para respirar.
Los desencadenantes son sobre todo virus respiratorios, ácaros del polvo, hongos, pólenes, epitelios de animales, irritantes, el ejercicio físico….Los padres de un niño que ya ha tenido algún episodio saben reconocer el inicio de una nueva crisis, como lo sabe reconocer el niño mayor: tos continua, dificultad respiratoria y por eso respira progresivamente más rápido y con respiraciones más cortas, se pueden oír pitos o sibilancias que es el sonido que provoca el paso del aire por el bronquio estrechado… a veces opresión en el pecho. Muchas veces los síntomas son tan leves que pasa casi como un cuadro catarral.
Una vez diagnosticada la enfermedad se darán instrucciones a los padres o al adolescente para saber actuar ante el inicio de una nueva crisis con el fin de tratar precozmente los síntomas cuando aparezcan. Para ello disponemos de los broncodilatadores inhalados que actúan rápidamente y sin apenas efectos secundarios. Debemos estar adiestrados en el uso de la medicación y de las cámaras de inhalación y saber detectar los signos de alarma que nos obligan a consultar de urgencia. En la mayoría de las ocasiones seguiremos el tratamiento pautado por su pediatra y acudiremos a los controles hasta su curación.
En ocasiones es necesario tratar con medicación continuada para controlar la inflamación de base y así evitar las crisis. En los niños con crisis frecuentes o graves, si hay además antecedentes familiares y sospechamos causa alérgica se realizará estudio y el alergólogo o neumólogo pediátrico valorará si iniciar un tratamiento de inmunoterapia.
El niño o adolescente que padece asma debe llevar una vida completamente normal, puede y debe hacer ejercicio físico, las actividades aeróbicas mejorarán la función de las vías aéreas y fortalecerán los músculos de la respiración.
Más información en:
- Guía Informativa Asma Infantil de la Junta de Andalucía. Para el aprendizaje y enseñanza del asma entre adolescentes.
- Respirar. Portal Familia, web en la que encontraréis entre otros contenidos el enlace con el libro: El asma en la infancia y adolescencia, dirigido a pacientes con asma, a sus padres, a sus profesores, entrenadores deportivos y, en general, a todos los adultos que en un momento determinado puedan tener la responsabilidad del cuidado o supervisión de un niño o adolescente con asma.
- El Asma en la Infancia, guía elaborada por el equipo de la Unidad de Neumología Pediátrica del Hospital de Donostia.
- Y como siempre las páginas de En Familia de la AEP y Familia y Salud de la AEPap dónde encontrar siempre información fiable.
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