Publicado en el diario Información con motivo del Día Mundial de los Derechos de la Infancia
El 20 de noviembre es el Día Mundial de los Derechos de la Infancia, fecha en la que Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989. En ella no sólo se establecen los derechos, también las obligaciones de los Estados, los poderes públicos, los padres, las madres y la sociedad en su conjunto.
Es el tratado internacional de derechos humanos más ampliamente respaldado, pues 196 naciones lo han ratificado. Estados Unidos es el único país que no lo ha hecho.
Conmemorar cada año el Día Mundial de los Derechos de la Infancia nos obliga a mirar a niños, niñas y adolescentes, a recordar cuáles son sus derechos y visibilizar el camino que aún queda por recorrer en la protección de su bienestar y desarrollo.
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria ha resumido en un decálogo estos Derechos:
* Todos los niños y niñas tienen derecho a la vida y alcanzar su pleno desarrollo.
* Derecho a que ambos progenitores tengan la responsabilidad principal de la crianza.
* Derecho al más alto nivel posible de salud. El Estado debe garantizar atención sanitaria plena.
* Derecho a cuidados básicos adecuados: alimentos, ropa, hogar seguro y cariño. Los padres en primer lugar, pero también el resto de personas que los cuidan. El Estado tienen la responsabilidad de garantizarlo.
* Derecho a la educación, en igualdad de oportunidades.
* Derecho a la protección contra todo tipo de violencia, malos tratos, desatención, abusos sexuales o explotación. El Estado debe adoptar las medidas preventivas, legislativas y sociales que lo garanticen.
* Derecho a que todas las decisiones que tomen los adultos y les afecten tengan en cuenta su máximo bienestar.
* Derecho a expresar su opinión y a ser escuchados en los temas que les afectan.
* Es un derecho de los niños y niñas vivir con ambos progenitores. Si estos no viven juntos deben tener contacto con ambos, salvo cuando la separación es por el interés del menor. A los niños sin padres, el Estado debe proporcionarles protección especial.
* Los niños y niñas que sufren cualquier forma de violencia tienen derecho a recibir ayudas. Se debe buscar la recuperación de su salud, dignidad y su reintegración social.
El Estado debe velar para que las familias y tutores los respeten y ha de ser el responsable último que asegure estos derechos básicos.
Hay mucho por hacer a nivel mundial, también en nuestro país. Sí, aquí hay que seguir trabajando, la infancia es el colectivo más vulnerable y queda camino por recorrer.
En el derecho a la protección contra todo tipo de violencia se ha dado un paso con la “Ley Orgánica de Protección integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la violencia” pero hemos de ser vigilantes en su aplicación, en los recursos que se destinan. Es necesario también crear una mayor conciencia y sensibilización social respecto a esta lacra, seguir poniendo el foco en visibilizar la violencia, que no es un problema menor en nuestro país.
Nos atañe a todos aunar esfuerzos para garantizarles un crecimiento y desarrollo libre de cualquier forma de violencia y que ningún niño, niña y adolescente sea discriminado o desprotegido por ningún motivo.