Prevención de ahogamientos


Publicado en el Suplemento de Salud del diario Información

Cada mes de julio hablo en estas páginas de ahogamientos, de lo que he venido llamando “la cara amarga del verano”.
He ido recordando que los accidentes no son accidentales, son inesperados pero no ocurren por casualidad y por tanto son evitables; que los ahogamientos son la segunda causa de muerte accidental en menores de 15 años en Europa, tras los accidentes de tráfico y por delante del cáncer y las enfermedades infecciosas; que son un grave problema de salud pública y es necesario un abordaje desde distintos niveles. Pero hay mucho por hacer. Tan solo hace dos años que la Asamblea General de Naciones Unidas decidió celebrar, cada 25 de julio, el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos. El objetivo: alentar a todos los Estados miembros a “elaborar un plan nacional de prevención de los ahogamientos”, pidiéndoles promover concienciación pública y cambio de comportamiento.

Año a año he seguido echando en falta campañas institucionales cuando llega el verano, como las de tráfico, de sensibilización y prevención frente a los ahogamientos. Por ejemplo, si la mayoría de los ahogamientos (un 70%) ocurren en piscinas privadas que carecen de las debidas medidas de seguridad habrá que incidir en ello.
A las cifras de fallecimientos (37 menores de 17 años murieron en el 2022) hay que añadir las importantes secuelas que sufrirán el 25% de los que sobreviven.

Frente a esta realidad, hablemos de PREVENCIÓN.
Los pediatras recomendamos que niños y niñas aprendan a nadar lo antes posible, es una de las capacidades que deben adquirir en su desarrollo. Además es importante que sea precozmente porque la mayor tasa de muertes por ahogamiento en España se da en los menores de 5 años.


El ahogamiento ocurre en apenas unos minutos de descuido, de forma rápida y silenciosa. La vigilancia ha de ser continua cuando estén en el agua o jugando cerca de ella y debe hacerla un adulto. No delegar esta responsabilidad en un niño más mayor. Se aconseja la norma 10/20: mirar a la piscina al menos cada 10 segundos y llegar hasta donde está el menor en menos de 20 segundos. “La mejor prevención son tus ojos y el mejor salvavidas tus brazos”.
La vigilancia durante el baño no es compatible con estar pendiente del móvil.

Dado que son más frecuentes en el entorno familiar, en piscinas privadas, éstas deben estar valladas, con un cercado completo que mida al menos 120 cm desde el suelo y con una puerta con seguro.

La piscina hinchable debe vaciarse inmediatamente después de usarla y dejarla fuera del alcance infantil. Sólo 10 cm son suficientes para cubrir la carita del bebé.

Aunque acudas a playas o piscinas con socorristas, la misión de éstos es el rescate cuando sea necesario, pero la vigilancia de los menores es una responsabilidad del adulto que les acompaña.

Enseña a tus hijos e hijas a respetar las normas de seguridad en piscinas, parques acuáticos y aguas abiertas (ríos, lagos, pantanos y playas).
Permite que se bañen solo si hay bandera verde. Los padres y madres sois su ejemplo: lo que hagáis hoy ellos lo harán solos mañana.

En la piscina evitar el cabello largo suelto, ropa de baño holgada, colgantes, cadenas, cuerdas y otros elementos que puedan ser succionados.

Los flotadores hinchables y manguitos no son aconsejables, mejor chaleco salvavidas.

Animo a aprender primeros auxilios y maniobras de reanimación. Y recordad que el teléfono de emergencias es el 112

Y para terminar, ¿sabéis cuál es la mejor prevención? ¿ la más recomendable? que disfrutéis juntos del agua, que juguéis con vuestros hijos e hijas compartiendo el tiempo de baño… aprender a flotar, a sumergirse, a nadar. ¡Regalaos esos momentos!.
¡Feliz verano!.

Los accidentes se pueden prevenir: OjoPequealAgua

Publicado hoy en el diario Información

En agosto, desde hace años, escribo un artículo acerca de “la cara amarga del verano”: los ahogamientos.
Y cada año vuelvo a insistir en la falta de campañas institucionales, como las de tráfico. Este verano nos sobrecogen las imágenes de los atropellos y el mensaje de que más de cien personas mueren atropelladas al año. Pues más del triple mueren cada año ahogadas y las instituciones siguen sin implicarse, aunque sea un grave problema de salud pública.

También seguimos sin un registro actualizado “oficial” de personas
ahogadas. Ha de pasar más de un año para conocerlo, cuando se publica la estadística de defunciones según la causa de muerte del I.N.E.
Según la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, desde primeros de años han fallecido por ahogamiento en espacios acuáticos 226 personas. Y 27 son niños/as. El pasado año, aún con restricciones COVID, en la Comunidad Valenciana murieron ahogadas 50 personas.

Pero no se trata sólo de conocer el número, es importante un registro de las circunstancias en que se han producido. Así podremos abordar la prevención.
Por ejemplo, si la mayor parte de los ahogamientos infantiles se producen en piscinas privadas y el grupo de edad de más riesgo son los menores de 7 años, habrá que desarrollar estrategias preventivas de concienciación y divulgación dirigidas a madres y padres jóvenes.
Pero hay más, habrá que pedir una regulación que mejore la seguridad infantil en las piscinas si queremos disminuir el número de fallecimientos.

Desde nuestro papel de pediatras seguiremos insistiendo en que los accidentes no son accidentales, se pueden prevenir.
Algunos de los mensajes que os queremos hacer llegar forman parte de la campaña de prevención de ahogamientos infantiles OjoPequealAgua

  • Si pierdes de vista al niño, el primer lugar que tienes que mirar es la piscina.

  • Bastan 27 segundos para que un niño fallezca ahogado.
  • Haz de tu piscina y de su entorno un lugar libre de móvil.
  • La principal característica de ahogamiento infantil es el silencio.
  • Evita los juegos alrededor de los bordes de las piscinas.
  • Recoge juguetes u otros elementos de flotación manteniéndolos alejados de la piscina después de su uso.
  • Norma 10/20. Mirar a la piscina cada 10“ y llegar antes de 20”. O lo que es lo mismo: supervisión constante y alcanzar el agua con el brazo.

  • Los niños deben pedir permiso antes de utilizar la piscina. Los niños deben saber que no pueden estar en la piscina sin la supervisión de un adulto.
  • Con piscinas hinchables recuerda que tras el baño hay que vaciarla, darle la vuelta y dejarla fuera del alcance infantil.
  • Sólo 10 cm de agua son suficientes para cubrir la carita del bebé. Se desequilibran, caen boca abajo y no son capaces de darse la vuelta.
  • Los flotadores, manguitos y otros sistemas de flotación son eso: sistemas de flotación, no son salvavidas. ¡No protegen frente al ahogamiento!. La recomendación es el chaleco.
  • Llevamos unos años con bañadores con cola de sirena y que mantienen las piernas de la niña sin movilidad. Son peligrosas porque es difícil desenvolverse en  el agua con las piernas inmovilizadas.
  • Enseña a los niños/as a nadar. Pero no te confíes.
  • No te bañes cuando la bandera así lo indica. Lo que tú hagas hoy, ellos lo harán solos mañana.

  • En el parque acuático también vigila a los peques.
  • Aprende maniobras de reanimación. Ante un ahogamiento infantil cada segundo cuenta.
  • Y para terminar un último mensaje con el que os deseo un feliz verano: que los menores siempre estén vigilados por un adulto y los eduquemos para que eviten las situaciones de riesgo.

Ahogamientos, la cara amarga del verano

Publicado hoy en el diario Información

Otro verano mas hablaré de “la cara amarga del verano”. Es necesario. Como lo es que la Asamblea General de Naciones Unidas siga celebrando cada 25 de julio el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos cuyo objetivo es “poner de relieve las consecuencias trágicas y profundas que tienen los ahogamientos para las familias y las comunidades y ofrecer soluciones que salvan vidas”. También la ONU ha aprobado este año una resolución en la que alienta a todos los Estados miembros a “elaborar un plan nacional de prevención de los ahogamientos” y les pide, en este sentido, promover campañas de concienciación pública y cambio de comportamiento.

Es lo mismo que se viene pidiendo desde distintos ámbitos.
Echo en falta campañas institucionales, como las de tráfico, cuando llega el verano, campañas de sensibilización y prevención frente a los ahogamientos. Este año, aunque tarde, nuestro presidente Ximo Puig presentaba el pasado 3 de agosto la campaña “Stop ahogamientos” que se difundirá a través de medios audiovisuales, cuñas de radio, publicidad en soportes exteriores y redes sociales, así como un programa piloto con drones para vigilar las playas de 10 municipios costeros de nuestra Comunidad. La Generalitat ha abierto también una portal www.platgessegures.gva.es con información sobre las características físicas de las playas valencianas, detallando los riesgos que existen y los servicios de socorrismo con los que cuentan, así como consejos para prevenir incidentes.
Las instituciones deben implicarse porque es un grave problema de salud pública que requiere actuar a distintos niveles.

Hace unos días, tras el ahogamiento de dos personas en una playa de nuestro litoral, desde la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) volvían a reclamar una legislación a nivel nacional que regule los servicios de socorrismo. Actualmente cada municipio es el que tiene plenas competencias para decidir qué playas contarán con servicio de salvamento y el número de socorristas que contratará.
Los datos son contundentes. Según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA) de la RFESS, 338 ahogamientos mortales en el año 2020, de los que 39 eran menores de 18 años. Este año ya son 23 los niños ahogados.
Pero volvamos a la prevención. Destaco, un año mas, la campaña de la RFESS #StopAhogados y la campaña #OjoPequealAgua, cuya web os invito a visitar. Como ellos mismos dicen “sembrando prevención, creando conciencia social”. Recojo algunos de sus mensajes:
* Si pierdes de vista al niño, el primer lugar que tienes que mirar es la piscina.
* Haz de tu piscina y de su entorno un lugar libre de móvil.
* Bastan 27 segundos para que un niño fallezca ahogado.
* A un brazo (y abrazo) o Norma 10/20: Mirar a la piscina mínimo cada 10 segundos y llegar antes de 20.
* No existe mejor prevención ante el ahogamiento que tus ojos, ni mejor salvavidas que tus brazos.
* Educa en prevención: los niños deben pedir permiso siempre antes de utilizar la piscina.
* Piscinas hinchables: vacía la piscina, dale la vuelta y déjala fuera del alcance infantil cuando se termine la hora del baño.
* Los menores de 5 años son el grupo de más riesgo de ahogamiento. Ellos no son conscientes del peligro. ¡Tú sí!
* Sólo 10 cm son suficientes para cubrir la carita del bebé.
* Los flotadores, manguitos y otros sistemas de flotación son eso: sistemas de flotación no son salvavidas.
* No te bañes cuando la bandera así lo indica. Lo que tú hagas hoy, ellos lo harán solos mañana.
* La principal característica del ahogamiento infantil es el silencio. Un silencio que te acompañará toda la vida.
* En la piscina evita el cabello largo suelto, ropa de baño holgada, colgantes, cadenas, cuerdas y otros elementos que puedan ser succionados.
* Aprende maniobras de reanimación. Ante un ahogamiento infantil cada segundo cuenta.

Para terminar, ¿sabéis cuál es la mejor prevención? ¿la más recomendable?, la mejor prevención es jugar con tus hijos e hijas, disfrutar juntos del agua, compartir el tiempo de baño. ¡Qué regalo!.

Aprovecho para volver a dejaros el enlace con la Guía práctica de primeros auxilios para padres del Dr. Juan Casado y la Dra Raquel Jiménez del Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid.

“Tú eres su mejor socorrista ”

Hoy en el periódico Información publico este artículo

Se ha sentado frente a mí. Ha dejado sobre la mesa una hoja de urgencias y me ha dicho: “quería que supieras que Joaquín ha vuelto a nacer”.

He cogido el informe y empezado a leer…. ahogamiento por sumersión… reanimación cardiopulmonar extrahospitalaria exitosa… insuficiencia respiratoria… traslado a cuidados intensivos…

No he podido contener la emoción, hace tiempo que me dejo llevar, y un llanto lento me impedía seguir leyendo… 

Fue su padre quien lo vio en el fondo de la piscina y quien hizo la reanimación cardiopulmonar allí mismo, una reanimación que le salvó la vida. 

Y allí estaba él, tan contento y feliz, en brazos de su madre.

Hace tan solo unas semanas publicábamos en estas mismas páginas un artículo sobre prevención de accidentes de cara al verano. Hicimos referencia a los ahogamientos, que en la Unión Europea son la segunda causa de mortalidad infantil, tras los accidentes de tráfico. 

Según la última serie publicada por el INE, del año 2017, fue la causa del fallecimiento de 36 niños de 0 a 14 años.

La Comunidad Valenciana es la tercera en este doloroso ranking, detrás de Andalucía y Cataluña. Y de nuestra Comunidad la provincia de Alicante es la que registra un mayor número de decesos.

Otras fuentes, más actualizadas, como la Asociación Española de Técnicos en Socorrismo Acuático y Socorrismo (AETSAS) a través del proyecto ahogamiento.com, “un proyecto de investigación totalmente altruista iniciado en 2008 para avanzar en el conocimiento sobre el Ahogamiento”, contabiliza en lo que vamos de año 151 fallecidos, de los que 6 son niños.

Frente a esta dura realidad: ¡PREVENCIÓN!. 

Hay campañas de prevención como la que realiza Cruz Roja Española y la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.

Hay magníficas campañas en los medios como #OjoPequealAgua, detrás de la que está la Asociación Nacional de Seguridad Infantil. Como ellos mismos dicen “sembrando prevención, creando conciencia social”. 

Pero hace falta más, las instituciones deben implicarse porque es un grave problema de salud pública y requiere actuar a distintos niveles.

Por nuestra parte, tras la visita de Joaquín, volvemos a tomar conciencia y retomamos los consejos breves de prevención de ahogamiento en la consulta, medidas elementales como estar cerca de ellos para poder socorrerlos en el menor tiempo posible, colocación de barreras de seguridad, solo permitir que se bañen en playas con bandera verde, evitar los juegos alrededor de los bordes de las piscinas, enseñar a nadar desde edades tempranas, insistir en que los más pequeños pueden ahogarse en apenas unos minutos con tan solo 20 centímetros de agua… pero sobre todo y lo más importante es que siempre los menores estén vigilados por un adulto. 

Hemos decidido también volver a impartir cursos de Reanimación Cardiopulmonar en nuestro Centro de Salud. Os animo a que lo hagáis y que periódicamente volváis a realizarlo porque se olvida. Todos debemos saber realizar una RCP básica.

El año pasado, en la campaña #OjoPequealAgua, el lema era “Tú eres su mejor socorrista” y para este artículo no puede ser más acertado. 

¡AL AGUA PATOS!

niños en la playa 5

Ayer sábado en el Suplemento de Salud del periódico Información, la Dra. Alba Pascual Archilla. MIR Pediatría del Hospital de Elche que está en rotación con nosotros publicaba este artículo. ¡Gracias Alba!

Una de las principales noticias en esta época del año, que ocupan los telediarios y conversaciones de nuestros hogares, son los ahogamientos. La Organización Mundial de la Salud refiere que la mayor tasa de muertes por ahogamiento en España se da en los menores de 5 años y que son una de las 10 principales causas de muerte en todo el mundo entre los 1 y 24 años de vida.
¿Qué mejor forma de ayudar a prevenirlo que enseñando a nuestros pequeños a nadar desde bien temprano?  Los pediatras recomendamos que es una de las capacidades que el niño debe adquirir en su desarrollo, tan importante como gatear y andar cuando la fisiología humana lo permite.

Está demostrado que la vigilancia de personal cualificado en nuestras playas y piscinas es un factor importante, pero no suficiente. Se desconoce el número de personas atendidas y las actividades de prevención exitosas por parte de los socorristas, que sin duda son elevadas, y esto es debido a que los únicos datos publicados son aquellos que acaban en tragedia. Pero la mayoría de los ahogamientos ocurren en piscinas privadas, en apenas unos minutos de descuido, por ello insistimos en la necesidad de vigilancia continua por un adulto, que las piscinas estén valladas y una tarea más para padres y niños en estos meses de verano: flotar, nadar, aprender a sumergirse bajo el agua durante unos segundos,…¡qué mejor juego para hacer con nuestros hijos!.

Y ya que ha llegado la hora del baño…¡cuidemos también nuestros oídos! Las otitis externas o, también llamadas, “otitis de piscina” son una de las consultas más frecuentes en los servicios de atención primaria pediátrica entre Julio y Septiembre. Los síntomas que nos deben hacer sospechar esta patología son: dolor intenso de oído que aumenta con la movilización del pabellón auricular y al presionar en el trago (entrada del conducto auditivo externo). A veces puede aparecer un exudado purulento. Ante estos signos y síntomas, podemos administrar un analgésico, tipo ibuprofeno o paracetamol y acudir a un servicio sanitario.
Es fundamental tener unos conceptos claros a modo de prevención de estos cuadros, tan frecuentes en los niños y adolescentes: No utilizar bastoncillos para limpiar los oídos ni jabones muy detergentes, ya que pueden alterar los epitelios del conducto auditivo y favorecer infecciones; evite taponar el oído de forma continua con algodón u otros medios que mantienen la humedad; es importante que los oídos queden lo más secos posibles cuando acabe el tiempo del baño y, para ello, existen unos sprays de alcohol boricado, disponibles en farmacias, que han de aplicarse diariamente después del baño, evitando que el oído quede húmedo y crezcan las bacterias. Si presenta un oído propenso a otitis externas utilice tapones  que se adapten perfectamente al conducto y evite la entrada de agua que contengan productos químicos muy irritantes (como el cloro); y por último, pero no menos importante, haga oídos sordos a remedios caseros en forma de gotas o similar, que no sean aconsejados por un médico.

¡El verano está para disfrutarlo!

Otras entradas anteriores sobre el tema: