Me declaro amigo de los mocos

Vuelvo de vacaciones y, como siempre,  septiembre llega y se abre la temporada de «los mocos». Se inicia guardería, escuela…porque lo que es fresquito, aquí, no ha llegado todavía.

Así que vamos a hablar de mocos y veo que ya se ha adelantado mi compañero Jesús Martínez, El médico de mi hij@: Me declaro amigo de los mocos y, con su permiso, os lo copio, estoy totalmente de acuerdo y lo escribe, además, con el humor que le caracteriza. Dejo al final también 2 artículos: uno el de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria escritos por Manuel Merino y Juan Bravo, pediatras de Madrid a los que admiro,  y el de la Sociedad Canaria de Pediatría Extrahospitalaria que también está claro y conciso. Copio el dibujo que ilustra este último artículo que es del Dr. Ventura Fernández, gracias!.

«No es raro referirse a un niño como “mocoso”. Pudiera decirse que durante los meses de invierno prácticamente son sinónimos: niño igual a mocoso. Han abierto sus puertas escuelas infantiles y colegios hace dos días y ya han aparecido los mocos, si es que alguna vez se fueron. Los pediatras de atención primaria nos quejamos de que a veces no se ve otra cosa más que niños mocosos.

En esta sociedad occidental nuestra está muy arraigado el proceder de eliminar al contrario, identificar al agresor y arrasarlo a toda costa; los mocos nos molestan o pensamos que le molestan al niño, intentamos por todos los medios borrarlos del mapa. Pañuelos de lino, tul, gasa o seda, papel de periódico, las páginas de El HuffPost no valen por ser virtuales, clinex desechables, aspiradores de mucosidad por presión negativa o por aspiración paterna o un simple soplamocos, muchos son los dispositivos inventados por el ser humano para librarse de la lacra de los mocos. Incluso algunos ahora retirados de la financiación pública como los mucolíticos, antitusivos, fluidificantes y expectorantes se habían demostrado ineficaces.

La convivencia da mocos. Los críos juntos en espacios reducidos como un aula, provocan que multitud de gérmenes convivan a sus anchas en los colegios como si de una superpoblación de alumnado se tratara. Veremos este curso cómo la disminución de profesores por los recortes en educación pública acarreará más hacinamiento en la clase y más posibilidades de contagio, sin contar con que las medidas de prevención se relajan porque no hay tiempo, ni espacio y los procesos virales aumentarán.

Pero, ¿qué son los mocos y por qué tienen que estar ahí? Las narices son la puerta de entrada al aire que respiramos; está preparada para ello, pasan olores malos y aromas delicadamente perfumados, pero también es el camino de acceso a las vías respiratorias, abiertas siempre porque no tienen puerta: no se puede cerrar la nariz como cerramos los ojos, así que algún guardián habrá que poner, alguien deberá hacer la función de puerta para no dejar pasar a las temibles bacterias que podrían producir graves procesos infecciosos y acabar con el huésped.
Exacto, los mocos son ese tapón que se organiza a modo de cancerbero o portero de discoteca que dificulta e impide el paso al temible enemigo, la bacteria inmunda y despiadada, que no dudaría en aniquilarnos como especie.
Por esta razón, yo me erijo en defensor a ultranza de los mocos: los mocos son nuestros amigos. Si nos defienden del agresor, ¿por qué ese empeño en eliminarlos a toda costa? Anteponemos criterios estéticos dudosos, como que el niño con cosas verdes saliéndole por las narices es más feo que el niño sin tal aditamento. Pues no, no es más feo, simplemente es diferente, hay que aceptar la diferencia y más cuando el diferente podría ser más sano y estar más protegido de riesgos que el tontamente esterilizado por exageración.
En los cursos de pediatría a los que voy a aprender, ya se oye que algún estudio americano por publicar, demostrará que es mejor comerse los mocos que limpiarlos, como prevención de las otitis y otras infecciones. Estudiar esto sólo se le ocurre a los americanos, pero son estudios serios.
Los mocos no son malos, son nuestros aliados, debemos aprender a convivir con ellos, ser sus amigos y no asustarnos por el color que tengan, transparentes, blancos, amarillos o verdes, la diferencia les hace más eficaces pero no por ello peligrosos. Los mocos no se infectan.
Vivimos tiempos difíciles donde debemos saber orientar con cuidado nuestros disparos y saber en todo momento quién está de nuestro lado y quién es nuestro agresor. La mucosidad nos defiende, la fiebre también, pero eso será motivo de un segundo artículo.
¿Por qué ese empeño en bajar la fiebre a toda costa? ¿No ocurrirá igual? ¿Y si conociéramos que la fiebre es nuestra aliada?… Seguiremos.
Lo que sí sabemos es que el Gobierno no es nuestro amigo cuando recorta en sanidad pública o en educación, eso sí lo sabemos. Él y Ella en Madrid son las bacterias, no son los mocos, Ellos sí son el enemigo.»

Catarro en Familia y Salud. AEPap

El Catarro. Sociedad Canaria de Pediatría Extrahospitalaria.

También podéis leer lo escrito previamente en este blog: Tratamiento del resfriado común y cont.Vías respiratorias altasInfecciones de vías respiratoriasTiempo de toses

Después de estudiar todo ésto, queda claro?

¿Paso consulta de pediatría o de dermatología?


El pasado sábado se publicaba en el Suplemento de Salud del periódico Información, con el que colaboro, el siguiente artículo. Ahora cuando voy a publicarlo en maynet y busco una foto con el que ilustrarlo, encuentro ésta de unos de «mis» niños con Sudamina que, de tan frecuente, me lo he saltado.

Y es que en verano las consultas por temas relacionados con la piel se disparan.
Siempre las quemaduras solares han sido una de las consultas estrella pero este año no; tengo la impresión de que el conocimiento de los efectos perjudiciales de la radiación solar va modificando, afortunadamente, nuestros hábitos de exposición.

En primer lugar por tanto están las picaduras de insectos, habitualmente mosquitos, avispas y abejas. La picadura es la lesión que produce el insecto al inyectar un veneno a través del aguijón (avispas y abejas) o bien en lugar de picar muerde (mosquitos). Generalmente las molestias son sólo locales, en el lugar de la picadura aparece un habón con más o menos enrojecimiento e hinchazón y mucho picor. En el caso de las abejas y avispas hay además dolor; a veces la reacción local es intensa y el edema y enrojecimiento pueden durar varios días por lo que deben ser vigiladas. ¿Qué podemos hacer?: Lo más rápido y efectivo es aplicar un cubito de hielo, o bien ir poniendo, si la zona enrojecida es más grande, una toallita empapada en agua muy fría. Puede utilizarse también solución de calamina o un algodón empapado en agua y amoniaco. A veces prescribimos cremas de corticoides, no cremas de antihistamínicos que pueden ser contraproducentes. Sólo en el caso de picaduras múltiples, si el picor es muy importante, añadimos al tratamiento un antihistamínico oral. En las zonas costeras este año las picaduras de medusa han sido muy frecuentes y sobre las que hablé el pasado 7 de julio en estas páginas. También menciono las mordeduras de garrapata, que se adhieren a la piel y pueden pasar desapercibidas durante días porque no dan molestias. Si la encontramos hay que quitarlas con suavidad para extraerlas enteras, después lavar y desinfectar la zona.

Pero hay muchos más motivos de consulta que los relacionados con picaduras y mordeduras:
Ptiriasis alba que son manchas más blancas (hipopigmentadas) redondeadas y de tamaño variable en la cara y parte externa de los brazos; es benigno y no se sabe la causa; se le considera una manifestación de la dermatitis atópica. Sólo es necesario hidratar porque las lesiones persistirán muy probablemente hasta la adolescencia. También aconsejamos, como siempre, usar cremas de protección solar.

Impétigo, infección cutánea que se inicia como una mancha roja que evoluciona rápidamente y se cubre de un exudado amarillento; suele aparecer alrededor de la naríz pero puede afectar a cualquier parte puesto que el niño al rascarse va extendiendo la infección. Siempre requiere consulta para iniciar el tratamiento lo antes posible y extremar la higiene.

Los problemas en pies también son más frecuentes ahora, sobre todo la tiña del pie o pie de atleta y aún más desde que los adolescentes se han negado a ponerse sandalias en verano. Se enrojece y forman grietas entre los dedos de los pies que se extiende al dorso y a la planta. También requiere un diagnóstico precoz e iniciar tratamiento con un antimicótico.

Por último este año he visto dos consultas infrecuentes: Un niño con dermatitis de contacto a las gafas de natación y un adolescente con dermatitis alérgica tras tatuaje de henna.

Sudamina

La palabra procede del latín sudare, sudar.
Es una erupción en la piel provocada por la retención del sudor. Aparece cuando el recién nacido, lactante o niño pequeño se expone al calor y la humedad, por ejemplo cuando tiene fiebre o la temperatura ambiental es elevada, por lo que empieza a ser más frecuente al llegar esta temporada.
Son especialmente propensos los recién nacidos debido a la inmadurez de la regulación del sudor.
¿Qué es lo que ocurre en la piel?: Como se ve en el dibujo, existen las glándulas ecrinas con su conducto excretor hacia el exterior por el que aflora el sudor a la superficie de la piel; pues bien, por razones no claras pero influye la oclusión de la piel, se obstruye ese conducto escretor y el sudor queda “retenido” formándose pequeñas protuberancias o pápulas rojas o blanquecinas separadas entre sí.

Si se evita el calor, el exceso de ropa…desaparece en unos días sin ningún tratamiento.

Más información en las páginas de familia de la Asociación Española de Pediatría de Atención Pimaria.

Hablemos de ropa y protección solar

Cuando días pasados hablaba de fotoprotección me plantearon una pregunta interesante:

“Hola. Me he leído el articulo completo y me ha sorprendido leer que no hay que vestir de blanco cuando siempre había creído que era el color mas indicado para combatir el calor. ¿Podrían explicar porqué no se recomienda el color blanco? Gracias.”

Veamos:
Ir tapado con ropa es, después de ponernos a la sombra, la protección más fácil, lógica y eficaz.

Pero, ¿qué ropa es la más adecuada?:
Se denomina Factor de protección ultravioleta (FPU) de un tejido a la protección que un tejido ofrece frente a los rayos ultravioleta; podemos decir que es el equivalente al FPS en cremas solares.
La primera normativa publicada sobre los métodos para determinar el factor de protección ultravioleta (FPU) de la ropa fue la de Australia/Nueva Zelanda. Y así se ha establecido una clasificación según el FPU:

  • Tejido con FPU entre 15-24 se considera una buena protección porque transmiten entre un 4,2-6,7 % de radiación UV.
  • Tejidos con FPU entre 25-39 se considera una protección muy buena porque transmiten entre 2,6 y 4,1 % de radiación UV.
  • Tejidos con FPU = o >40 se considera una protección excelente porque transmiten menos del 2,5 % de la radiación UV.

Aumenta cuanto menores son los espacios entre los hilos y mayor es el peso y grosor del tejido: el algodón y lino, por ejemplo, tienen menos FPU que nailon, lana y poliéster. Es mayor en los colores oscuros que en los claros. Una tela de las que menos rayos ultravioleta deja pasar es la vaquera azul marino o negra; una camiseta blanca de algodón ofrece una protección 12 y una negra 20. También varía el FPU con la humedad: el FPU disminuye cuando el algodón está húmedo; siguiendo con el ejemplo de la camiseta blanca, si nos bañamos con ella el FPU baja a 2. Por el contrario, el lavado aumenta el FPU en el algodón y también los tintes aumentan de tres a cinco veces el grado de protección de un tejido, sobre todo los tintes de color oscuro.

Si seguimos las recomendaciones para protegernos en el verano en el tema ropa, tendríamos que usar prendas de vestir frescas, ligeras, que cubran la mayor superficie corporal y con FPU mayor de 30, pero no es fácil, pues tienen un UPF > 30 las prendas con más del 70% de lana, o la lycra que tiene un FPU de 50. Y no es plan. Como tampoco vestir de oscuro, negro, verde o azul. Por tanto, una cosa es combatir el calor con ropas frescas, tejidos naturales y claros y otra protegernos de las radiaciones.

La solución pasa por combinar que el tejido sea transpirable y que no de calor y por otro que bloquee la radiación ultravioleta.
La industria ya está en ello, ya se fabrican detergentes que al lavar la ropa aumentan la protección de los tejidos, también se están adicionando a ciertos tejidos sustancias químicas con el fin de aumentar el factor de protección del tejido, hay bañadores fabricados así, también gorros y otras prendas; falta por ejemplo que el etiquetado de la ropa lo incluyera, hay algunas marcas de ropa que lo indican. De todo ésto saben mucho las Asociaciones de personas con albinismo, por ejemplo en la página web de la Asociación ALBA ya se enumeran algunas marcas.

Y para terminar este repaso, recordar el uso de:

  • gorras, sombreros y viseras… pero no todo protege por igual: un sombrero de paja, poco tupido, no llegará a proteger ni del 40% de las radiaciones. Es recomendable usar sombreros de alas anchas (mayores de 7,5 cm) para proteger cara, orejas, naríz y cuello.
  • Gafas protectoras solares frente a rayos UVA + UVB, que no sean pequeñas…bueno, mejor leer Gafas de sol, ¿estética o salud?, una magnífica exposición sobre el tema en el blog del Hospital de Nens de Barcelona.

En el tema de la protección solar, como para casi todo, siempre sentido común!.

Enfermedad boca-mano-pie

Hoy ha venido a consulta Carla, de 18 meses, por un cuadro vírico: la enfermedad boca-mano-pie. Días antes había venido Diego por el mismo proceso y esta foto es de su mano. 

Es una de las enfermedades “de la infancia”, producida sobre todo por virus Coxsackie y algunos ECHO.
El periodo de incubación son unos 3-5 días y la contagiosidad es de algún día más.

¿Y qué síntomas tienen los niños?:
Puede haber fiebre, malestar…pero los síntomas generales son leves, lo característico y, por lo que llegamos al diagnóstico, es por la aparición
en la mucosa de la boca de pequeñas máculas de color rojo y pequeñas vesículas y
en la piel pequeñas vesículas o úlceras grises dentro de una base roja, que se localizan fundamentalmente en manos y pies, a veces precedido por una erupción en tronco y nalgas.

Se resuelve en unos pocos días.

¿Qué protector solar me aconseja?


Ayer, en el Suplemento de Salud del periódico Información, publicaba este artículo:

¡Ya ha llegado el calor!, en sólo unos días hemos tenido que sacar la ropa de verano y las madres vuelven a preguntar ¿qué protector solar me aconseja?.
Ya sabéis que los fotoprotectores se clasifican en químicos y físicos: los químicos absorben la radiación solar y la transforman en otros tipos de energía que no produce daño cutáneo y los físicos o pantallas minerales actúan como una barrera física, dispersan y reflejan la radiación lumínica que incide sobre ellos, son los menos cosméticos porque actúan como pantalla opaca. Y por último están los mixtos: una mezcla de filtros químicos y físicos.

Hay que tener en cuenta:

  1. El factor de protección solar (FPS):
 El FPS es un índice que mide la capacidad protectora de un filtro frente a los efectos nocivos del sol. El número del FPS de un fotoprotector indica la relación entre el tiempo que podemos estar expuestos al sol con él antes de que aparezca el eritema solar, respecto al tiempo que tardaría en aparecer sin el fotoprotector. Así un FPS de 30, por ejemplo, indica que con el filtro el eritema solar tardaría 30 veces más tiempo en aparecer que sin él. Dependiendo de las características de la piel del niño o adolescente usaremos un FPS; siempre superior al 15, un factor 30 a 50 es suficiente; cuando hablan de cremas solares “pantalla total” incurren en publicidad que podriamos catalogar como engañosa porque no existe la protección total; no existe ninguna prueba que demuestre que los factores de protección mayores a 50 presenten beneficio alguno adicional para la piel. Tampoco aplicar capas superpuestas de crema solar aumenta el factor de protección.
  2. Resistencia al agua: Se han publicitado como resistentes al agua o water resistant si mantienen su factor de protección en la piel tras 2 inmersiones de 20 minutos y waterproof o “impermeables” cuando la mantienen después de 4 inmersiones de 20 minutos. En realidad no deberían anunciarse como resistentes al agua sin más, lo que deberían revelar, de forma clara y precisa, es cuánto tiempo dura la crema en el cuerpo tras el contacto con el agua, por tanto en las etiquetas debería leerse por ejemplo: “Resistente al agua durante 40 minutos”. Eso permitiría saber cuándo debemos volver a aplicar la crema.
  3. La FDA (Food and Drug Administration de EEUU) no recomienda el uso de fotoprotectores en menores de 6 meses, por tanto a estas edades deben cubrirse con ropa.
  4. Los fotoprotectores sólo son beneficiosos si se usan de forma adecuada: aplicarlos unos 30 minutos antes de la exposición solar, en cantidad suficiente por toda la superficie expuesta y reaplicarlos cada 2 horas o bien tras actividades que puedan eliminarlos de la piel como el ejercicio intenso, tras nadar o secarse con la toalla. ¿Y sirven de una temporada para otra?: si durante el verano pasado estuvieron expuestos al sol, que es lo habitual, deben desecharse; sólo los que se han guardado en condiciones óptimas de temperatura y que no hayan caducado podrían usarse.

Por último recordar otras medidas de prevención: no tomar el sol de 11 de la mañana a 4 de la tarde, exponerse al sol progresivamente y, en caso de permanecer mucho tiempo al aire libre, utilizar gafas de sol, gorros o sombreros con ala y camisetas o ropa con tejidos de trama tupida y no blancos, no elásticos, preferiblemente de algodón.