Aprendiendo las dosis de los antitérmicos

A menudo en la consulta me preguntáis cómo calcular las dosis del paracetamol e ibuprofeno, los antitérmicos que más usamos.
Pues bien, veamos cómo hacerlo con una sencilla regla:
Paracetamol:
La dosis: 10-15 mg/kg/dosis (no sobrepasar los 60 mg/kg/día)
Aconsejo usar siempre la misma presentación, es decir, en el caso del paracetamol la de gotas (30 ml) o la solución de 60 o 90 ml pues la concentración es la misma: 1ml= 100 mg.
10 mg/kg/dosis = peso/10 = dosis a administrar en cc
Un ejemplo: tu hijo pesa 15 kg: 15/10= 1.5 cc de paracetamol (ojo! siempre que uses las presentaciones que he dicho, pues en otras puede ser distinta). A partir de 6 meses se puede repetir cada 4-6 u 8 horas.
Ibuprofeno:
La dosis:10 mg/kg/dosis (no sobrepasar los 30-40 mg/kg/día)
Y volvemos a lo mismo, usar siempre la misma presentación porque varía la concentración del producto, y así tenemos ibuprofeno al 2% y al 4%: en el ibuprofeno 2% 5ml=100 mg y en el ibuprofeno al 4% 5ml=200 mg.
10 mg/kg/dosis = peso/2 = dosis a administrar en cc de ibuprofeno al 2%.
10 mg/kg/dosis = peso/4 = dosis a administrar en cc de ibuprofeno al 4%
Un ejemplo: tu hijo pesa 20 kg: 20/2= 10 cc de ibuprofeno al 2% o 20/4= 5cc de ibuprofeno al 4%.
Y ahora lo complico un poco más: la dosis que hemos calculado de ibuprofeno es la que uso como dosis máxima, porque habitualmente con la regla de peso/3 = cc de ibuprofeno al 2% suele ser suficiente. Sólo en caso de fiebre alta difícil de controlar o dolor importante, otalgia, odontalgia…uso la “dosis correcta”: peso/2 = cc de ibuprofeno al 2%. Recordad que si estamos usando el ibuprofeno al 4% será siempre la mitad.
Y para terminar: ADIESTRAROS EN CALCULAR LAS DOSIS Y SUPERVISARLAS CON VUESTRO PEDIATRA Y USAR SIEMPRE LOS MISMOS FÁRMACOS CON LAS MISMAS CONCENTRACIONES PARA EVITAR EQUIVOCACIONES.

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Termómetros

Confidencialidad y adolescencia

Hoy en el Suplemento de Salud del periódico Información de Alicante publico este artículo bajo el título: Confidencialidad y adolescencia, resumen del que, el pasado abril, escribía en maynet.

El pasado día 13 de abril aparecía en la prensa bajo titulares como “La justicia tumba el secreto médico de los menores en Cataluña”, la noticia de una resolución del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por la que prevalece siempre la Ley 41/2002 y que establece la mayoría de edad sanitaria en los 16 años frente a dos artículos recogidos en el Código Deontológico del Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña desde abril del 2005:
Artículo 33: El médico, en el caso de tratar a un paciente menor de edad y cuando lo considere con las suficientes condiciones de madurez, deberá respetar la confidencialidad respecto a los padres o tutores y hacer prevalecer la voluntad del menor y Artículo 59: El médico no practicará nunca ninguna interrupción de embarazo o esterilización sin el consentimiento libre y explícito del paciente, dado después de una cuidadosa información, en especial cuando éste sea menor, pero con capacidad para comprender lo que consiente. Cuando no exista esta capacidad, será preciso el consentimiento de las personas vinculadas responsables.
Artículos que quedan, desde ahora, sin efecto.
Pero, ¿cómo debo actuar cuando un adolescente me pide que no cuente a sus padres nada de lo que me ha relatado en la consulta?. La respuesta no es fácil. No hay reglas generales, hay que valorar cada caso, su madurez, si existen riesgos para su salud y por otro lado pesa el derecho de los padres a conocer lo que le sucede. A veces he tenido claro que el contarle a los padres lo que me ha confiado supondrá la pérdida de confianza del menor, como así ha sido.
Para dar respuesta a este dilema hace ya unos años se empezó a hablar del menor maduro: “El menor maduro es un término para designar a los adolescentes menores de edad desde el punto de vista legal, pero con capacidad suficiente para involucrarse en la toma de decisiones, tanto médicas, como de otro tipo. A diferencia de lo que sucede en el adulto a los que se les supone la capacidad de autonomía, en los menores debe demostrarse su capacidad y madurez moral, y esta verificación le compete al médico responsable del paciente”.
Partiendo de esta base, si un pediatra aprecia que un adolescente tiene la madurez suficiente puede considerarlo menor maduro desde los 14 años, pero es importante destacar que en un caso así el profesional no se apoya en la ley, por lo tanto es una responsabilidad sólo del médico el atribuir a un menor maduro capacidad suficiente para tomar decisiones sanitarias y se expone a las eventuales consecuencias que pueden derivarse teniendo en cuenta el conflicto que puede surgir con la patria potestad de los padres.
Para dar un cierto amparo a la toma de decisiones, a las que nos vemos obligados cada vez más frecuentemente los médicos, el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña añadió a su Código Deontológico los dos artículos mencionados y ahora sin efecto.
Y volvemos al principio, ¿qué haré la próxima vez ante?…
“Sólo me tomo algún porro de vez en cuando, pero no se lo digas a mis padres.”
“Necesito que me mande a Planificación Familiar porque tengo novio, pero sin que se entere mi madre.”

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Nuevo número de la revista FAMIPED


Ha aparecido un nuevo número de Famiped, con el que tenemos enlace desde maynet. Como recordaréis es una revista electrónica de información para padres de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.

Os recomiendo especialmente los artículos:
* Veamos qué nos dice nuestro bebé. Cómo construir la primera relación amorosa con el hijo.
* Límites y normas en la educación de los hijos.
* ¿Qué le pasa a ARIANA?
* Un enlace con la web de Unicef para conocer El Estado Mundial de la Infancia, 2009
* Y Siempre con cinturón.¡Abraza la vida!,  que es el enlace con un vídeo que ya os mostré en estas páginas el pasado marzo porque me impresionó su belleza y en oposición a las campañas a las que nos tiene acostumbrados nuestra DGT.

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Nuevo enlace FAMIPED
Y también en junio: nuevo número de FAMIPED

Volviendo la mirada: niños y escuela en la España del XIX


Me gusta la historia, es necesaria esa mirada hacia atrás, conocer el camino recorrido hasta hoy.
Leo estos días, ahora que empieza el curso escolar, los inicios de la escolarización de los niños en España.

Al iniciarse el siglo XX la mayoría de los niños españoles en edad escolar de las clases económicamente más desfavorecidas trabajaban.
Trabajos en el campo, en las minas, en las fábricas…en Barcelona, por ejemplo, existían a mediados del XIX 171 máquinas de vapor para tejer que empleaban a más de 25.000 obreros, de los que se calcula que un 15% eran niños. En un trabajo publicado en 1858 “Higiene del tejedor” se lee: “niños he visto de siete años trabajar trece horas completas por día” y, más adelante, “el látigo figura entre los instrumentos de trabajo, y cuando las pobres criaturas se rinden de sueño se les despierta con el látigo”. La explotación de los niños se describe en muchos textos de entonces como una de las mayores vergüenzas sociales españolas de la época.
En 1825 sabemos que hay escuelas, hay una real cédula que entre otras cosas dice: ”no se debe permitir que la escuela sirva de cárcel, panera o para otro objeto de servicio público”, nos podemos hacer una idea de lo que serían esos locales sin luz y sin ventilación.
Ya en 1837 una ley ordena crear una escuela por cada 2000 habitantes, es poco pero tampoco se cumple, no se mandan los niños a la escuela, se envían a trabajar desde los siete u ocho años.
En un decreto ley de 1869 se lee: “ El tristísimo estado de los medios materiales de enseñanza en la instrucción primaria, las frecuentes y dolorosas desgracias ocasionadas por los hundimientos de escuelas…”
En 1878 se publica un libro del arquitecto Repullés y Vargas sobre construcciones de escuelas, en él escribe: “Apenas hay un pueblo en España que tenga un edificio propio para escuelas (…) los padres no se atreven a enviar a sus hijos a recibir la primera instrucción porque temen catástrofes como las de Ruzafa y Albalate; en muchos pueblos el profesor da las clases casi a la intemperie, en patios y corrales, teniendo que suspenderlas los días de lluvia o excesivo frío; en otros pueblos sirve de escuela el portal de la casa del maestro, y en todos faltan absolutamente las condiciones de la enseñanza”. Este arquitecto fue el premiado en los concursos públicos para proyectos de escuelas.
En 1900 se aprueba una Ley de Protección a la Infancia en la que se prohibió el trabajo de los niños de ambos sexos menores de edad, pero la realidad socioeconómica sigue siendo la misma, hay que trabajar por necesidad. Es la generación de mis abuelos, ninguno de ellos fue a la escuela.

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MAYNET cumple un año


Hace un año que iniciamos esta aventura y he de confesar que me empujaron, no tenía claro si servía para algo abrir esta ventana a un mundo que desconocía.
Empecé a escribir para vosotros, madres y padres de “mis niños” y para “mis adolescentes” con temas que me planteáis en la consulta y no siempre tenemos tiempo para hablar tranquilamente; otras veces escribo cosas que leo y aprendo y que creo os pueden interesar…me gusta escribir, aprender, y esta experiencia ha traído aire fresco a mi trabajo. Ahora, por ejemplo, en la primera consulta de unos padres “primerizos” veo que resulta útil deciros que os leáis todo lo que hay escrito de recién nacido en maynet y vamos hablando… situación que convive con otra parte de “mis niños” con los que sigo haciendo la puericultura de hace 30 años, sobre todo población inmigrante.

Septiembre del 2009 fue también “el tiempo de la gripe A”, días en los que me adentré en foros y blogs que hablaban y aplicaban el sentido común y así fui descubriendo ese otro mundo virtual, ventanas por las que mirar y de las que aprendo cada día.
Por eso acudí al I Congreso de la Blogosfera Sanitaria en junio en Madrid, para ponerle caras a compañer@s que conocía por sus blogs y fue una experiencia “extraña”: me sentía por un lado novata en ese mundo de mensajes veloces y en el que hay lenguajes que desconozco y por otro con la distancia y la serenidad que va dando la madurez para analizar “este fenómeno”; aproveché para dar las gracias a los compañeros que tan generosamente echan horas y comparten sus conocimientos, son blogs para pediatras, fundamentalmente 2: pediatría basada en pruebas (por cierto, si os gusta el cine, los sábados bajo el título: Cine y Pediatría el Dr. Javier González de Dios recomienda una película, no os lo perdáis) y el gipi.

Y ya que entro en este tema os invito a que semanalmente, como veo en otros blogs, hagamos un repaso por todo lo interesante que escriben otros…vayamos tejiendo redes, en-red-ando como dice Rubén en otro de mis blogs favoritos: Hij@s de Eva y Adán.

Pero esto tiene que esperar un poco porque ahora son días en los que ejerzo de hija, toca cuidar…

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