Cólico del lactante (primera parte)

bebé llanto
“No sabemos que le pasa a nuestro hijo, llora sin parar todas las tardes-noches como un reloj, siempre a la misma hora, no podemos calmarle y lo estamos pasando mal”. Cuando desnudan al recién nacido de sólo 3 semanas de vida observo a un precioso y sonrosado bebé que “está como una rosa”.
Este es el resumen de tantas y tantas consultas…pues hasta un 40 % de los bebés presentan lo que llamamos cólico del lactante.

Pero, ¿qué es el cólico del lactante?

Se define como un llanto incontrolable, sin causa identificable, más frecuente a últimas horas de la tarde, en un lactante sano entre las dos semanas y los cuatro meses de edad. Suele acompañarse de rigidez, flexión de miembros inferiores sobre el abdomen y meteorismo.
Se considera que un lactante está afecto de cólico cuando presenta: 3 horas de llanto al día durante, al menos 3 días a la semana, durante 3 semanas (criterios diagnósticos de Wessell).
Se trata de una alteración benigna y autolimitada que tiende a desaparecer espontáneamente alrededor del cuarto mes de vida. Cuando persiste más allá del tercer o cuarto mes hay que replantear el diagnóstico.
El bebé llora con un llanto desgarrador, parece que tiene hambre pero no se calma con el alimento. Cuando el episodio termina, el bebe se tranquiliza y vuelve a la normalidad. Podemos considerar el cólico como el extremo de una gama de variabilidad del llanto normal. Un bebé al segundo mes de vida llora un promedio de casi 3 horas diarias, predominantemente por las tardes y progresivamente a partir de entonces hay hay una disminución gradual del tiempo de llanto diario. Os aconsejo leer también el llanto del bebé (http://www.maynet.es/2009/10/el-llanto-del-bebe/ ).

El diagnóstico se basa en los síntomas característicos y en la exploración física del lactante, que debe ser normal. Y es independiente del tipo de lactancia (materna o artificial).

Isabel Rubio

Sí al uso del chupete en el primer año

CHUPETE
Entre las recomendaciones actuales de la Academia Americana de Pediatría para prevenir el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) está incluida la de ofrecer el chupete a los lactantes menores de un año en el momento de dormir (tanto por la noche como en las siestas).
El papel potencialmente protector del chupete fue propuesto ya en 1979 pero los estudios que vienen a confirmarlo se publican a partir de 1993.
Todos los estudios referidos observan que el “efecto protector” del chupete se obtiene en el sueño que se inicia usando chupete, mientras que sólo algunos lo detectan por el uso habitual. Es decir, si es usuario habitual, pero no lo utiliza en esa noche, disminuiría o incluso desaparecería tal efecto protector. Actuaría de similar manera que un “cinturón de seguridad”, que protege si se usa en el viaje del accidente, aunque en este caso quizás provea cierta protección por haberlo usado antes. Algunos estudios hablan de una reducción del riesgo de un 92% respecto aquéllos que no usaron chupete.
Desconocemos cómo actúa el chupete en la protección del SMSL, pero se trata de una evidencia de la misma calidad que la que llevó a la recomendación “ponle a dormir boca arriba”.

Sé que la recomendación del uso del chupete es aún motivo de discusión para algunos porque se ha relacionado (sin estudios que lo avalen) con la menor frecuencia y duración de la lactancia materna, no obstante es aconsejable:

  1. En niños con lactancia materna: ofrecer el chupete a partir de que se establezca claramente la lactancia materna (a partir de la primera-segunda semana de vida).
  2. En niños con lactancia adaptada: ofrecer el chupete desde el/los primeros días de vida, sobre todo porque se ha visto una relación mayor con SMSL en estas madres.
  3. No es necesario volver a colocar el chupete si se cae durante el sueño.
  4. No untar el chupete en soluciones dulces.
  5. Retirar el chupete al llegar el año de edad.

Gracias a los autores de estos rigurosos artículos de la Revista Evidencias en Pediatría:

González de Dios J, Balaguer A, Díaz-Rossello JL. ¿Qué actitud adoptaremos los pediatras respecto al uso del chupete en el lactante? Reflexiones y comentarios en relación con su potencial papel protector en el síndrome de muerte súbita del lactante. Evid Pediatr. 2006; 2:15.

Balaguer A, González de Dios J. Usar el chupete al dormir reduce el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante. Evid Pediatr. 2006; 2:21.


Agua y biberones

biberon Tenía pendiente hacer una entrada hablando de agua y biberones, sobre todo para dejar claro que a la hora de usar agua potable del grifo basta con hervir el agua durante un minuto desde el momento en que se inicia la ebullición en la superficie. Se recomienda añadir un minuto más por cada 1.000 metros de altitud sobre el nivel del mar según la Organización Mundial de la Salud y la Guía de Salud Materno-Neonatal de la Asociación Española de Pediatría. La recomendación previa de hervir el agua durante 5 o 10 minutos debe abandonarse pues se ha demostrado que algunas sustancias como los nitratos o el sodio se concentran demasiado. Es aconsejable mantener esta recomendación hasta los 6 meses, ya que a partir de esta edad los niños tienen mayor capacidad inmunitaria.
Una alternativa a la ebullición del agua potable es el empleo de agua de bebida envasada que puede utilizarse directamente.
Indudablemente, sigue siendo importante mantener la recomendación de lavarse siempre las manos antes de preparar el biberón y la rigurosa higiene de éste.
Si queréis saber más de este tema:

http://www.aeped.es/infofamilia/temas/agua.htm 

Agua de bebida en el niño. Recomendaciones prácticas aunque es un artículo dirigido a pediatras se puede obtener información de interés para los padres.

Isabel Rubio

El Sueño

bebe sueño Aprendiendo a dormir

Los problemas del sueño son motivo de consulta frecuente y afectan a niños de todas las edades. Con realizar unas preguntas básicas los pediatras sabemos que se tratará de un problema benigno y pasajero pero la alteración que suponen en la vida familiar es muy importante.
Existen medicamentos para sedar al niño y otros que tienen entre sus efectos secundarios provocar sueño, pero no deben administrarse  puesto que no está aprobado su uso para este fin y por sus efectos indeseables. Veamos por dónde va la solución.
Primero entendamos que aunque, como padres, queramos que nuestro hijo duerma toda la noche desde que nace, existe gran variabilidad en las horas de sueño, en el grado de profundidad o en la mayor o menor tranquilidad durante el sueño.
Los recién nacidos pasan ciclos cortos de sueño-vigilia durante el día y la noche y a medida que el cerebro madura el bebé comienza a estar más horas despierto durante el día y más horas dormido por la noche. Y cada niño tiene un ritmo para alcanzar este patrón más estable.

Lo tendremos más o menos fácil dependiendo de su madurez cerebral, su temperamento y nuestra experiencia como padres.

Y es aquí donde debemos pararnos y distinguir que mientras que el sueño es un fenómeno fisiológico, el proceso de dormirse es una conducta aprendida.

Por tanto si sois padres de un bebé, ¿qué información puede resultaros útil?: Desde las primeras semanas de vida estableceremos una clara diferencia entre el día y la noche. Debe aprender que la noche es para dormir y que los juegos y el contacto con los padres se hace de día. Por tanto si se despierta por la noche, apenas habrá luz, le hablaremos con voz suave… Las necesidades de horas de sueño son muy variables y si el bebé permanece despierto pero tranquilo no necesita de nuestra atención.

Cuando el bebé está somnoliento, pero despierto, es el momento ideal para dejarlo en la cuna, para que aprenda a dormirse sin la ayuda del pecho o el biberón. Sí aconsejamos el chupete.
Si el niño aprende a dormirse en los brazos o en contacto con la madre o el padre, al despertarse por la noche necesitará los mismos pasos para volver a dormirse. Por tanto sueño sin movimientos.
Cuando el bebé se despierta llorando es necesario calmarle, el que parece mejor método es el movimiento delicado y acariciarle; el movimiento enérgico es contraproducente porque fuerzan un estado de sueño más ligero. Los padres deben encontrar el método más eficaz para apaciguar a su hijo y utilizarlo siempre.

     
Salvo en niños de bajo peso o prematuros en los que somos más estrictos en las tomas, es conveniente, en la medida de lo posible, no acostumbrar al niño a comer durante la noche.
También desde los primeros meses aconsejamos establecer una rutina regular antes de acostar al niño y mantener un mismo ritmo de horarios.

A partir de los 6-7 meses ya puede aparecer la ansiedad por separación y el bebé o bien el niño más mayor llorará exigiendo la presencia de la madre o del padre. Es ahora cuando aconsejamos dar un juguete suave y blando como compañía.
Más adelante, como en otros aspectos educativos, surgirán otros conflictos, pero el iniciar el camino con seguridad es garantía de lograr nuestro objetivo : dar al niño la oportunidad de aprender a dormirse solo.

Isabel Rubio

COLECHO

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 Sé que entro en un tema polémico pero, en los últimos años y con bastante frecuencia, padres jóvenes preguntan mi opinión sobre el colecho. Aprovecho para mostraros uno de mis cuadros favoritos de Sorolla: es la esposa del pintor con uno de sus hijos recién nacido.
El COLECHO o dormir con tus hijos en la misma cama es una opción que, a día de hoy, es controvertida.
Múltiples argumentos a favor y en contra, pero en lo que sí hay acuerdo es en la existencia de una serie de factores de riesgo, dado el peligro de ahogar o aplastarles mientras se está dormido o la posible relación con el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante:
*Se desaconseja cuando la madre o el padre estén muy cansados, hayan fumado, bebido alcohol o tomado otras drogas, si toman pastillas para dormir o si están obesos.
* En las primeras semanas de vida la madre tiene una especial conexión con él, pero el padre suele tardar algunos meses en darse cuenta de su presencia, por lo que es razonable que el bebé no se sitúe entre la madre y el padre sino entre la madre y el final de la cama o bien que sólo compartan cama madre e hijo.
* Tampoco el bebé debe compartir el lecho con otros niños.
* La superficie del colchón ha de ser dura y no se utilizará almohada.

A favor se argumenta que:
* Es facilitador de la lactancia materna.
* Disminuye el llanto del niño.
* Los despertares en la madre y el bebé son más cortos cuando duermen juntos que cuando duermen en camas separadas; todos vuelven a dormir enseguida por lo que mejora el sueño de padres y niño.

En general las recomendaciones de distintas Asociaciones de Pediatría suelen ir orientadas a recomendar la cohabitación (lactante durmiendo en la misma habitación que los padres) sin colecho. También suelen aconsejar colocarlos en la cama de los padres para confortarlos pero llevarlos de nuevo a su cuna (que puede estar adosada a la cama) cuando los padres se dispongan a dormir.

cuna colecho

Para terminar, que el bebé duerma en la cama junto a los padres no es una cuestión médica, sino personal y cultural y, hasta que no tengamos más estudios que nos orienten, actuemos con responsabilidad, sentido común y mucho amor hacia nuestro hijo.

Isabel Rubio

Alimentación en el primer año de vida (3ª parte)

bebe comiendo

 

 

En esta tercera y última parte quiero completar lo hablado acerca de la alimentación en el primer año, siguiendo el esquema siguiente:     

definitivo
Simplifica las tres miradas, siempre interrelacionadas, con las que abordar el tema de la alimentación en el niño.
En cuanto al círculo amarillo, ¿y los requerimientos nutricionales en este primer año?, ¿y las cantidades necesarias para saber si está bien alimentado?. De entrada tenemos un dato objetivo que nos indica si está bien alimentado y es la curva de crecimiento: si un niño, una vez colocado en su canal de crecimiento en las primeras semanas se mantiene en él, la alimentación es la correcta. Habrá variaciones si pasa unas semanas enfermo, pero tras la enfermedad tiene un periodo de crecimiento rápido hasta colocarse de nuevo en su canal. Dejemos que sea él el que regule las cantidades.
Y aquí entraría el círculo naranja, es decir, el manejo de lo emocional, no sólo lo que hablaba en los primeros meses de vida: la importancia de la alimentación para la creación del vínculo, para nutrirlo emocionalmente; también hay que poner la mirada en las emociones que giran alrededor de la comida y que afectan sobre todo a la relación madre-hijo, la importancia que la madre le dé al acto de comer, o las cantidades que ella supone son las necesarias para que su hijo esté bien alimentado, o la angustia que ella puede vivir si el niño no come…

                               “La idea de no obligar al niño a comer es una manifestación de
                                                               nuestro amor y respeto por él”
                                                                                                      Carlos González. Pediatra

Y por último, como actividad diaria, estaría el aspecto de hábito y, como tal, educable (círculo verde). La comida es una más de las actividades diarias del niño, vivamos mutuamente el momento con placer, háblale mientras le das la comida y jamás forzarle a comer.

A lo largo de estos 3 capítulos hemos pasado del recién nacido al lactante que ha aceptado la cuchara, los sabores dulce, ácido y salado, la textura del puré, que sabe esperar a la siguiente cucharada sin llorar, que empieza a tener sus preferencias, que nos mira alegre mientras le damos de comer porque disfruta con la comida, que sabe decir “no”, se echa hacia atrás si no quiere más o cierra la boca.
Alrededor de los 9 meses, coordinará mano-boca y será capaz de usar las manos para coger la comida, llevarse la cuchara a la boca o beber en vaso. Aconsejamos darle la cuchara en cuanto sepa cogerla para llevársela a la boca y aunque al principio lo ensucie todo aprenderá a comer cada vez mejor y la comida será una actividad lúdica y satisfactoria.

Isabel Rubio