Fiebre y niños (segunda parte)

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Medidas para controlar la fiebre:
No abrigar al niño, suprimir edredones y mantas.
El niño febril tiene poco apetito, no forzarle a comer; lo importante es darle líquidos. Si vomita ofrecer agua u otros líquidos (según la edad) en pequeñas tomas.
No todos los niños con fiebre requieren un tratamiento antitérmico. Si un niño con fiebre parece encontrarse cómodo, contento y esta comiendo y jugando bien, un antitérmico le proporcionará poca mejoría.

Por encima de 38,5º C rectal o 38ºC axilar se puede administrar:
Paracetamol es uno de los antitérmicos más utilizado. Se dosifica de 10-15 mg/kg/dosis oral, cada 4- 6 horas. Dosis máxima 40-60 mg/kg/día.
En menores de 6 meses el intervalo entre dosis debe ser cada 6-8 horas.
Se debe usar la vía oral, de absorción más segura. Si la vía oral no es posible usar la vía rectal, de peor absorción, que obliga a doblar la dosis con los mismos intervalos.
Ibuprofeno 10 mg/kg/dosis oral, cada 8 horas. Dosis máxima 30-40 mg/kg/día.
También debes saber que los antitérmicos son también analgésicos y el ibuprofeno además es antiinflamatorio.

¿Y los medios físicos?, ¿cuando los usamos?:
El dejarle con poca ropa y ofrecer líquidos ya lo he mencionado.
En cuanto al baño (pues la toallita mojada en la frente o similar no baja la temperatura) se debe realizar cuando lo veamos oportuno, con sentido común, pero sobre todo lo aconsejo si tras una hora de haber administrado un antitérmico, a las dosis correctas, el niño sigue con fiebre alta.
El baño se realizará con agua templada, de manera que será el niño “el que vaya calentando el agua”; nunca con agua fría. Si el niño está cómodo puede durar unos 15-20 minutos.
Si es necesario, en el intervalo entre las tomas de antitérmico, lo bañaremos una o dos veces y de este modo “esperaremos” hasta que llegue la hora de darle de nuevo paracetamol o ibuprofeno.

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Fiebre y niños (primera parte)

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Quiero iniciar una serie de entradas acerca de la fiebre, motivo de alarma en los padres y de numerosas consultas, sobre todo a los servicios de urgencias.
La fiebre es una elevación de la temperatura corporal por encima de lo normal.
De entrada, sobre la fiebre debes saber que:
La fiebre es, en la mayoría de los casos, una reacción del organismo para potenciar las defensas naturales y luchar contra la infección. Pero no olvidemos que hay otras causas de aumento de temperatura (hipertermias) como el arropamiento excesivo, ambiente térmico elevado (causas a tener en cuenta sobre todo en el recién nacido y lactante pequeño), ejercicio intenso, situación estresante…
La mayor parte de las fiebres están causadas por una infección vírica aguda, de curso benigno.
La elevación de la fiebre no es necesariamente proporcional a la gravedad de su causa. Hay infecciones graves que cursan con “décimas de fiebre” y catarros con fiebre de 40º.
Lo importante no es la fiebre en sí, sino determinar la causa de la fiebre.
Cómo tomar la temperatura:
En los lactantes y niños pequeños aconsejo tomar la temperatura rectal que debe hacerse introduciendo en el recto hasta 1 cm más de la parte metálica del termómetro hasta que se estabilice la temperatura.
O tomar la temperatura axilar durante 5 minutos
O usar termómetro ótico que toma la temperatura en el conducto auditivo externo.
¿Cuándo hablamos de fiebre?:
Se acepta como normal una temperatura rectal de hasta 37,5 ºC y axilar hasta 37ºC.
Por encima de esta temperatura hablamos de febrícula (si el aumento es de unas décimas) o simplemente de fiebre.

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Chupete y lactancia materna

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En la revista Evidencias en Pediatría aparecía el pasado diciembre la valoración de un artículo bien diseñado que plantea si se afecta la lactancia materna por la recomendación del uso del chupete. Y la conclusión es: la recomendación del uso del chupete a la segunda semana de vida no modifica la prevalencia ni la duración de la lactancia materna.

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Cólico del lactante (tercera parte)

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¿Qué podemos hacer? ¿cuál es el tratamiento?:
No hay ningún tratamiento que se haya demostrado que “cure” el cólico del lactante. Pero hay algunas cosas que se pueden hacer cuando el bebé tenga cólicos para que estos resulten más llevaderos para toda la familia.
Siempre recomendaré no dejar que llore el bebé. Cuando alguna madre me plantea el tema de “es que lo voy a acostumbrar a los brazos” mi respuesta es que bendita “malacostumbre” y a continuación explico lo que hablamos con el tema del llanto.
Hay que repasar una serie de posibilidades como causa del llanto, con el orden que los padres quieran y con sentido común, aconsejo probar con cada una cinco minutos, si no hay respuesta pasar a otra:
Tiene hambre, quiere alimento.
No tiene hambre pero quiere succionar.
Quiere que le cojan en brazos, quiere contacto.
Puede que necesite estímulo o, al contrario, hay un exceso de estímulos sensoriales (ruidos, luz, frío, calor) que le molestan.
Está cansado, necesita dormir.
Qué otras acciones pueden ser útiles:
Mecer al bebé en la cuna suavemente; mecerse en una mecedora con el bebé en brazos; tumbarlo boca abajo sobre el regazo o sobre una bolsa de agua caliente; darle un paseo en cochecito, muchas madres comentan lo tranquilizador que es pasearle por calles empedradas pues algunos bebés responden positivamente al movimiento; darle un baño tibio; ponerle música o al contrario, colocar al bebé en la misma habitación donde está funcionando una secadora de ropa, una máquina de ruido blanco, una aspiradora o algo similar pues a algunos bebés les tranquiliza el ruido de fondo constante a volumen bajo. Hay madres que han recurrido a pasearle en el automóvil con buenos resultados.
Y sobre todo ayuda a la madre: Si estás dándole pecho no tomar café ni bebidas estimulantes. Cuídate, descansa, aprovecha cuando duerma para echarte una siesta, pide ayuda, sal de casa para despejarte, para desconectar (seguro que tienes a alguien cerca que estará encantada de cuidar un rato al bebé).

Lo más importante es saber que se trata de un trastorno benigno, que tu hijo está sano y que desaparecerá espontáneamente antes de los 4 meses de edad.

Y hay cosas que NO:
NO abandonar la lactancia materna ya que no es la causa de los cólicos, ni para “ensayar” con una leche especial para ver si mejora el llanto.
NO realizar cambios de leche si está alimentado con lactancia artificial sin consultar a su pediatra.
NO iniciar tratamiento con medicamentos sin consultarlo previamente.

Cólico del lactante (segunda parte)

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¿Cuáles son las causas?

Detrás del cólico del lactante puede haber distintas causas, entre las que se encuentran:

Que se trate de un lactante con temperamento, digamos, “más sensible” a los estímulos normales y es probable que con necesidad de sueño inferior a lo normal.

Sólo en una minoría refleja un problema específico del aparato digestivo:

Alergia a las proteínas de la leche de vaca:
 Sólo en un reducido número de lactantes encontramos la alergia a la leche de vaca como causa del cólico, de ahí que no esté justificado el cambio de alimentación a fórmulas adaptadas sustitutivas de forma sistemática. También se ha hablado de suprimir, en las madres que lactan a sus hijos, la ingesta de lácteos para ver si se observa una mejoría.

Meteorismo:
Algunos bebés con cólico del lactante tienen muchos gases, pero no está claro si el cólico está provocado por los gases o, por el contrario, los bebés con cólico desarrollen gases al tragar demasiado aire mientras lloran.O bien porque no absorben completamente la carga de lactosa contenida en la leche que toman (materna o en biberón) y esto hace que se produzca gran cantidad de gas intestinal.

Hipermotilidad intestinal: 
Suele calmar con algunos cambios de postura.

Factores hormonales:
 Niveles de una hormona intestinal pueden estar aumentados en algunos lactantes con cólico.

Reflujo gastroesofágico:
 Hay que considerar este diagnóstico cuando pasado el cuarto mes la sintomatología empeora o no mejora. Algunos de sus síntomas pueden ser: irritabilidad, rechazo al alimento y alteración del sueño al poco tiempo de la toma.

Pero si se sospechara una causa ya no estaríamos hablando de cólico del lactante, recordemos que éste es un diagnóstico de llanto, con los criterios ya reseñados en la primera parte, con normalidad cuando termina el episodio de llanto y con exploración normal, tras el cuál no hay causa aparente.
Lo mismo ocurre cuando nos encontramos con un bebé que llora y hay falta de cuidados, o un ambiente con excesivos estímulos…no estaríamos hablando de cólico.

Pero, en resumen, en mi experiencia el cólico del lactante es una VARIANTE NORMAL DEL LLANTO.
Se suele leer también en muchas publicaciones que entre las causas del cólico del lactante se citan aspectos psicosociales de los padres, por ejemplo que se trate de padres inexpertos, estados de ansiedad, depresión materna…pero en esta línea lo único que veo es que variará el manejo de la situación, no que sea la causa; se manejará mejor con unos padres que se sienten seguros, que saben que el cólico no es el resultado de una mala crianza por lo que no hay motivo para sentirse culpable, que descansan…seguiré hablando de ésto y de lo que podemos hacer, cómo tratarlo, en una tercera parte.