¡A comer!

Los padres de Pedro (3 años) y Borja (21 meses) me envían el siguiente correo:
“….estamos teniendo un pequeño problema con Borja.
Estamos intentando introducirle la comida sin triturar, y nos es imposible. La cuestión es que él a media mañana come galletas y luego merienda bocadillo, por lo que no tiene ningún problema en masticar, pero a la hora de comer o cenar, sólo quiere comida triturada.
LLevamos desde la semana pasada empeñados en que empieze a comer y cenar en familia, junto con Pedro y nosotros; le ponemos arroz, pasta o guisado (por ejemplo) y se niega a comer, llora y llora hasta que le ponemos el puré.
Desde el jueves pasado hemos tomado la decisión de que si no come lo acostamos a dormir la siesta sin comer, saltándonos esa comida.
Estamos algo preocupados, porque siempre ha sido un niño bajo de peso, actualmente pesa 11 kilos y su percentil siempre ha rondado el 50, motivo por el que hemos tardado tanto en introducirlo en la comida.
Queriamos preguntarte si estamos haciendo bien o cedemos a la hora de darle purés, ya que no queremos que se ponga débil y coja más enfermedades de lo normal.”

Con el permiso de los padres les hago llegar mi opinión a través de maynet puesto que es una consulta frecuente. Veamos:

El abordaje de un tema de comida en la infancia requiere, en mi opinión, estos 3 enfoques que esquematiza el dibujo y que van entrelazados:
Por un lado lo puramente nutritivo: a todos los padres nos preocupa pensar que no estamos “nutriendo” bien a nuestro hijo, de ahí que en las temporadas o los días que come menos estemos alerta… y aquí conviene hacer un inciso: la etapa por la que está pasando Borja. En el aspecto nutricional ocurre que se enlentece la curva de crecimiento y por tanto disminuyen sus necesidades nutritivas, los padres suelen decirme “¿no ve que no crece porque no come?” y yo les contesto: “no es así, es: no come porque no crece”. Además hay una ingesta muy variable: días de comer muy bien y otros nada, y una comida bien y dos fatal… y si además ha sido un niño que ha comido fenomenal en la etapa anterior, platos enormes de purés, pasar de ahí a… “cada vez menos” es, si no se conoce lo que está pasando, difícil de asimilar y provoca angustia, pero ésto pertenece ya a la siguiente mirada…

En el tema de comida se mueven muchos hilos desde el punto de vista emocional y que hemos de manejar: por un lado estaría Borja, que ya hemos visto lo que le pasa en su crecimiento, pero también a nivel emocional ha entrado, alrededor de los 2 años, en la llamada etapa anal, en la etapa del “no” a todo…incluída por supuesto la comida, a probar cosas nuevas. Se niega a casi todo y hace valer que “aquí estoy yo”. Y por otro lado vosotros, lo que os mueve por dentro ver que se salta comidas, si esa ansiedad está controlada y os permite mantener la serenidad necesaria para que la comida no se convierta en un pulso, en “me enfado contigo si no comes”, no!, la comida no está en medio de la relación con Borja, ¿me explico?, y en ésto tenéis una gran ventaja y es que sóis unos padres que váis a la par, que os apoyáis el uno en el otro, que estáis juntos en el educar…y entramos en el tercer enfoque y como véis va todo interrelacionado…

El educar en la comida y en esta etapa no es fácil; la decisión de hacer ya comida familiar me parece estupenda, es lo que toca…y lo que le ocurre a Borja es lo normal, cuesta más que pasen del puré a masticar la comida, aunque sepa comer perfectamente el bocadillo… pero en este punto en el que estáis es muy importante que el momento de la comida sea agradable, si se pasa el tiempo llorando hasta que le ponéis el puré supongo que creará tensión y está su hermano, que también es pequeño, y al que también hay que cuidar. Por tanto, sabiendo que el objetivo es conseguir la comida familiar en un ambiente agradable, partimos de dónde estamos para llegar ahí. No hay recetas en el educar, yo siempre digo que es un arte puesto que requiere inspiración en cada momento…pero una opción es partir de todos en la mesa y Borja con su puré pero lo más autónomo posible y restablecemos el ambiente agradable…a partir de ahí algunos días él como los demás (por ej. con pasta) ponemos plato grande y dos o tres macarrones…y ver qué pasa…y cada día iremos haciendo también las texturas del puré más gruesa. No hay prisa. Por último con la comida no hay premio ni castigo, no vale “te quedas sin postre si no te comes ésto” y tampoco he leído en ningún sitio que hay que terminarse los platos.

Creo que me he extendido mucho, pero confío en que os sea útil.

Hidratar la piel del niño atópico

Hablaba el pasado día 27 de febrero del tratamiento general de la dermatitis atópica. Después del baño o ducha es necesario hidratar con la piel ligeramente húmeda.
Si la piel está muy seca se recomienda hidratar con otras aplicaciones extra, fuera de los momentos del baño o la ducha, al menos dos veces al día y en los momentos de normalidad una sola vez al día.
Se deben emplear en piel sana y no sobre la piel con eczema, es decir, se pondrán fuera de los brotes, cuando esté controlada la dermatitis.
En cuanto a los productos para hidratar son muchos los que hay en el mercado, así que vamos a poner un poco de orden:
Las hidratantes o emolientes son productos que favorecen la retención de agua en la piel y la mantiene hidratada. Contienen vaselina, lanolina, aceite de almendras, ácido linoleico y otros. Todos son eficaces en cuanto a su poder de hidratación.
Podemos separar dos grandes grupos:

1. Un grupo denominado o/w (oil in water), es decir, son emulsiones de aceite en agua. Son muy agradables para el niño ya que no dejan sensación grasa en la piel, pero su acción es fugaz.
A este grupo pertenecen:
* Cremas: Es una mezcla de sustancias grasas disueltas en agua con consistencia algo espesa.
* Lociones: se trata de una disolución de polvo en agua.
* Leches: es una mezcla de aceite y agua en la que predomina la proporción de agua y tiene un alto poder hidratante.

2. Otro grupo denominado w/o y a este grupo pertenecen:
* Pomadas: mezcla de agua y grasas con mayor proporción de grasas. Indicada en lesiones secas y zonas de piel gruesas como palmas, plantas, codos y rodillas.
* Ungüentos
* Aceites: se puede usar en el agua de baño o aplicar directamente sobre la piel húmeda después del baño. Deja la piel muy bien hidratada y está indicado cuando la piel está muy seca.
Este grupo tiene una acción más prolongada.

Todos estos excipientes pueden o no contener productos activos que aumenten su capacidad de hidratación, por ejemplo la urea. Y, claro está, sin perfumes ni conservantes.

Y por último el denominado “baño coloidal”: consiste en la utilización en el agua de baño de productos que captan las moléculas del agua y las fijan a la piel. Son efectivos pero no es aconsejable su uso diario, sólo en periodos cortos de tiempo hasta que mejore la hidratación y se pueden usar en caso de lesiones agudas y subagudas.

Con todos estos productos se intenta hacer la vida más agradable al niño, y a pesar de que se trata de buenos productos la realidad es que la respuesta es individual. Es importante también el precio, por ejemplo la vaselina es barata y así aseguramos la aplicación en la cantidad y frecuencia deseadas. Y es importante la constancia, pues la aplicación continuada reduce significativamente las recaídas. En el caso de producirse hay que volver al tratamiento con corticoides o inmunomoduladores tópicos en la región afectada para conseguir el control de la inflamación y reanudar el tratamiento de mantenimiento.

Tratamiento general de la dermatitis atópica

La Dermatitis Atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se manifiesta como eccema, con mucho picor, y cursa en brotes.
Se presenta sobre todo en niños que tienen una predisposición genética o con antecedentes personales o familiares de asma, rinitis alérgica y alergia alimentaria.
En España afecta entre un 6 a un 15% de niños y son muchas las consultas que en invierno se hacen al empeorar por el frío; hoy voy a hablar sólo de su tratamiento general.

1. Normas generales del cuidado de la piel
Influye el clima: con el frío seco la piel del niño se deshidrata, por tanto en invierno empeora. En verano la mayoría de los niños mejoran, sobre todo los que se bañan en el mar. Como cualquier niño deben usar cremas protectoras solares y aclararse con agua después del baño e hidratar la piel. ¿Cuál es el clima ideal para el niño de piel atópica?, un clima de temperatura suave con una humedad media-alta, sin contaminación ambiental.
En cuanto a la casa, la mejor calefacción es la de radiadores de agua y si se usa otro tipo de calor que seque más el ambiente se deben usar humidificadores caseros, aconsejo por ejemplo recipientes de barro llenos de agua cerca del foco de calor.
En cuanto a la higiene, se recomienda el baño o ducha de unos 5 minutos de duración, a una temperatura tibia de unos 33 grados y usar poco jabón de pH ácido o neutro. Después del baño secar suavemente sin frotar, sólo presionando con la toalla (a ser posible de algodón fino) y después hidratar con la piel ligeramente húmeda.
Se recomienda llevar ropa amplia de algodón o tejidos naturales, no lana directamente sobre la piel y no llevar etiquetas que puedan rozar la piel. La ropa debe lavarse con detergentes suaves y poca ropa para que pueda aclararse bien y no usar suavizantes.
En cuanto a los productos para hidratar se recomiendan usarlos dos veces al día y en los momentos de normalidad una sola vez al día.

2. Medidas generales para el control del prurito
El prurito desaparece cuando el brote está controlado, por tanto todas las medidas comentadas de cuidados generales de piel, del baño, la temperatura del domicilio, la ropa… contribuyen al control del picor. Pero además será necesario a veces añadir un antihistamínico por boca para controlarlo. Los niños deben tener también las uñas bien cortadas para evitar en lo posible las lesiones de rascado y la sobreinfección de la piel.

3.- Alimentación
La alimentación ha de ser la normal para la edad del niño. Sólo si existe una alergia alimentaria comprobada se excluirá dicho alimento. La prescripción de leches especiales (de soja, hidrolizadas, etc) no tiene razón de ser salvo si se ha demostrado una sensibilización a las proteínas de leche de vaca.

4.- Otras medidas
Algunos niños con dermatitis atópica tienen asociada una enfermedad respiratoria, por ejemplo el asma, en ese caso pueden ser necesarias otras medidas dependiendo de si hay alergenos que lo provoquen, como limpieza rigurosa de la casa o eliminación de peluches en el caso de ácaros, o si hay alergia a pelo de animales podría ser necesario evitar mascotas.
También en algunos casos puede ser necesario apoyo psicológico al niño y a su familia como en toda enfermedad crónica y también por las características de la propia enfermedad: por un lado por el prurito que puede ser muy intenso, otras veces por el aspecto de la piel que les hace, a ciertas edades, sentir vergüenza; en casa hay también un aumento de la dedicación a ese hijo, más preocupación, más consultas al médico e incluso más gasto económico.

El vínculo entre madre y niño pequeño puede influir sobre la obesidad en la adolescencia

He leído este artículo en el Medline Plus, un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. y me ha parecido interesante: plantea que las estrategias de prevención de la obesidad deben ir más allá de la comida y el ejercicio, puesto que parece haber una relación entre obesidad en el adolescente y un vínculo de «baja calidad» madre e hijo en los primeros meses de vida. Os dejo el enlace.
«Los hallazgos se hacen eco de investigaciones anteriores que mostraron que los niños pequeños que no tenían vínculos emocionales estrechos con sus padres eran más propensos a ser obesos para cuando tenían 4.5 años de edad. (…) El análisis mostró que el riesgo de obesidad de los niños a los 15 años era mayor entre los que tenían la relación emocional de más baja calidad con sus madres cuando eran niños pequeños. (…) Estos hallazgos y otros anteriores indican que el riesgo de obesidad podría ser afectado por áreas del cerebro que controlan las emociones y las respuestas al estrés, que funcionan junto con las que controlan el apetito y el equilibrio energético, explicaron los investigadores.
Los autores sugirieron que los esfuerzos de prevención de la obesidad deben incluir estrategias para mejorar el vínculo entre madre y niño, además de promover una dieta más sana y ejercicio.»

Convulsiones febriles

Tengo pendiente hablar de las convulsiones febriles. Entiendo la preocupación de unos padres que han vivido una convulsión febril de su hijo, la sensación de pánico inicial al ver que pierde el conocimiento, ojos en blanco, blando o rígido… y los minutos pasan sin que reaccione.

Creo que conocer una serie de datos puede paliar su angustia.
Las convulsiones febriles son una respuesta del cerebro provocada por la fiebre que afectan alrededor del 3% de los niños, por lo general entre los 6 meses y los 5 años de edad. Existe una predisposición genética y si el niño tiene un pariente de primer grado con convulsiones febriles, tiene un riesgo del 10%.
La convulsión suele producirse al inicio de la infección, cuando la temperatura sube con rapidez. Sabemos que el 21% de las convulsiones febriles ocurren en la primera hora del proceso febril, el 57% desde la primera a las 24 horas y el 22% después de las 24 horas.
La mayoría (70-75%) son SIMPLES: es decir, generalizadas (afectan a todo el cuerpo), duración inferior a 15 minutos y no recurren en 24 horas, siendo el resto COMPLEJAS: focales, se repiten dos o más episodios dentro de las primeras 24 horas y son de duración superior a 15 minutos.

¿Qué riesgo hay de que se repita?:
Cuando un niño tiene una primera convulsión febril, el riesgo de tener una segunda es entre 30%-50%.

¿La convulsión febril pueda provocar daño cerebral o incluso muerte?, ¿puede tener riesgo de epilepsia más adelante?:
Las convulsiones febriles simples no producen lesión cerebral ni afectan al rendimiento intelectual ni aumentan el riesgo de padecer epilepsia. El riesgo a desarrollar epilepsia es del 1-2 %, similar al riesgo de todos los niños. En otros estudios hablan de un riesgo ligeramente mayor: entre el 2 y el 7% de los casos.
El riesgo de mortalidad por la propia convulsión febril es nulo.

¿Cómo debemos actuar si empieza con fiebre mi hijo?:
Debéis saber manejar el control de la fiebre, las dosis de antitérmicos, aunque, como he dicho antes, no sirve mucho para evitar la convulsión pues se dan al inicio del proceso infeccioso, cuando todavía no os habéis enterado que está enfermo.

¿Y qué hacemos si inicia la convulsión?: Aquí os copio lo que recomiendan en la web del Hospital de Cruces de Bilbao:
Sacar objetos de la boca. No es necesario meter nada para mantener la boca abierta puesto que la mordedura de lengua es excepcional.
Colocar al niño sobre una superficie confortable, y tumbado sobre un costado. De esta manera evitaremos por un lado que se lastime al comenzar las sacudidas y, por otro, que pueda tragar un posible vómito.
Si cede la convulsión y el niño queda adormilado es mejor no intentar estimularle o despertarle; el sueño es un mecanismo fisiológico necesario para que el niño se recupere.
Si la convulsión cede y el niño se recupera completamente en pocos minutos, no es imprescindible la valoración inmediata por un pediatra. Si piensa que las cosas no van bien, o está preocupado por algún motivo, consulte a su pediatra o acuda de nuevo al servicio de Urgencias. Si la convulsión no cede, su hijo debe ser atendido en el centro médico u hospitalario más cercano.
Y yo añado: Si te han prescrito el uso de diazepam rectal, administrarlo. También administrar por vía rectal el antitérmico durante la convulsión.

¿Es necesario realizar algún tipo de estudio?:
No está indicado ni realizar electroencefalograma ya que no ayuda al tratamiento ni permite predecir si se van a repetir las convulsiones.

Aconsejamos…

Entre los temas que hablamos con los padres en la primera visita del recién nacido están las recomendaciones a la hora de dormir o las pautas para la prevención de la plagiocefalia postural. Desde que leí cómo lo dice Ana Martínez Rubio, pediatra en Sevilla, uso sus palabras que no sólo son didácticas, también saben a poesía.

Para jugar, boca abajo,

para dormir, boca arriba,

y siempre que puedas, en brazos…

en brazos le contienes, se ve en el mundo seguro,

en brazos para el consuelo, para el juego y las caricias,

en brazos para miraros, para hablaros y la risa.

…en brazos para el apego…