En el día de la madre

Mamápeinándome

Con motivo del día de la madre, mi compañera Mar Clavera psiquiatra infantojuvenil, ha escrito este artículo que copio a continuación. Al margen de reclamos comerciales y como decía hoy mi amiga Cecilia: hoy es el día de «mi» madre, a la que doy las gracias por «lo que soy» y por «lo que no soy»; es el día de nuestras madres, aprendimos a ser mujeres a través de ellas, aprendimos a ser madres mirándolas a ellas. Comparto también esta entrada que escribí hace ya 3 años: ¡Gracias mamá!.

«Se acerca el Día de la Madre y esto me ha dado la excusa para escribir algo sobre ellas, aunque seguramente muchos de vosotros coincidáis conmigo en que todo esto de los “Días de” esta creciendo a un ritmo tan vertiginoso que tiene poco de natural y sí, en cambio, mucho de montaje comercial. A este paso los días “raros” del año serán los que no tengan nada asignado.

Pero lo cierto es que todos los que trabajamos con niños y adolescentes tratamos principalmente con las madres, son nuestras interlocutoras naturales. Pienso no sólo en todos los profesionales del ámbito sanitario, sino también en maestros, canguros y cuidadores de niños con necesidades especiales, monitores de actividades extraescolares etc.En el caso de los Pediatras y los profesionales de Salud Mental, es de vital importancia que se establezca una relación adecuada con la madre. Ella será el filtro tanto en la demanda de atención como para la posible intervención diagnostica y terapéutica en los problemas de sus hijos. Si una madre no confía en el Pediatra, o teme a su reacción ante sus dudas o preocupaciones, es probable que no consulte por cosas que pueden ser importantes.

Hoy en día los padres están sometidos a mayor presión social para ejercer su función que hace unos años, cuando el cuidado y educación de los hijos era un asunto íntimo y restringido al ámbito familiar. Solo por el hecho de haberlos traído al mundo y mantenerlos, se daba por sentado que en todo momento harían lo mejor para ellos.
Las cosas han cambiado mucho,por lo que que también es frecuente encontrar madres inseguras y culpabilizadas, incluso desmoralizadas por no estar haciéndolo bien. Y conste que no excluyo a los padres de sufrir también esa presión social para ejercer una paternidad responsable.
Pero probablemente sea determinante la fuerte vinculación afectiva que una madre establece con su hijo, que se inicia ya en el momento de saber que está embarazada, y que a partir de ahí no parará de crecer. De pronto, arriba de todo en sus prioridades las madres colocarán todo lo relativo al bienestar de sus hijos. Pasan los años, cambian las circunstancias personales y sociolaborales de las mujeres, pero básicamente esto no ha cambiado.

Hace algún tiempo me llegaron a través de una red social estas “10 Cosas que tu madre nunca te dijo”. Me vi reflejada al 100% en cada uno de los puntos, y lo mismo les pasó a muchas otras madres que conozco. Está dirigido a los hijos, una vez que ya han crecido. Creo que explica muy bien ,y además sin ningún tipo de sensiblería , cómo se suele vivir la experiencia de la maternidad.
Pensándolo bien, quizás no esté tan mal celebrar el Día de la Madre, si con ello podemos decirles sencillamente: ¡Gracias!.»

10 COSAS QUE TU MADRE NUNCA TE DIJO

La hiciste llorar… mucho
Ella sí quería el último pedazo de pastel
Cuando te decía que no le dolió, sí le dolió
Siempre le daba miedo
Ella sabe que no es perfecta
Te miraba cuando dormías
Te cargó más que sólo 9 meses
Se le rompía el corazón cada vez que llorabas
Siempre eras su prioridad
Ella lo haría todo otra vez

El niño con enfermedad crónica

 

Mar Clavera

El pasado sábado día 13, mi compañera Mar Clavera publicaba este artículo en el espacio que el periódico Información nos brinda quincenalmente a la Asociación de Pediatría de la provincia de Alicante y que, con su permiso, os lo hago llegar a través de maynet.

Se considera que una enfermedad es crónica cuando no se prevee una resolución a corto plazo y siempre comporta un cierto grado de limitación funcional, molestias y servidumbres por los tratamientos. En la edad pediátrica las más frecuentes son la diabetes, fibrosis quística, algunas cardiopatías , patología renal o digestiva. Hoy dejo a un lado los sindromes malformativos, neurológicos y psicopatológicos, que tienen otras particularidades.
Estamos hablando de un grupo de enfermos cada vez mayor, precisamente gracias a los avances de la ciencia tanto en detección precoz como en los tratamientos, cada día más eficaces.
Cuando llega el diagnóstico tanto la familia como el niño se verán inmersos en un proceso de adaptación a la nueva realidad.

Fases de la respuesta adaptativa familiar:
1. Shock inicial
2. Periodo de tristeza-desequilibrio emocional
3. Restauracion progresiva del equilibrio emocional

Lógicamente la vivencia del niño dependerá básicamente de su edad y nivel de desarrollo:
* 1 a 3 años : Vivirá experiencias incomprensibles. Ansiedad de separación (pruebas médicas, hospitalización): Primero protestara, después se desesperara, al final mostrara cierto desapego
* 3 a 6 años : Tienen un pensamiento mágico-egocéntrico (culpa y castigo). Toleran mejor la separación. Vivencias de anticipación y miedo. Conductas regresivas y desafiantes. Rechazo del tratamiento
* 6 a 12 años : Mayor capacidad de comprensión y aceptación. La enfermedad interrumpe su proceso de independencia. Sentimiento de frustración, abandono y soledad
* + de 12 años : Comprenden la enfermedad. Preocupación por el impacto social y emocional. Percepción alterada de la propia imagen. Interrupción del proceso de independencia y autocontrol. Ambivalencia ante la necesidad de ayuda y cuidados. Sentimientos de negación y rechazo. Alteración de la dinámica familiar

Hay algunas características de riesgo para una mala adaptación a la enfermedad, como tener poco apoyo familiar, la corta edad, la frecuencia de dolor o la percepción de los padres. En cambio otros factores son de buen pronóstico, como la comunicación intrafamiliar fluida, buenas estrategias de resolución de problemas y afrontamiento, la actitud positiva ante las informaciones y recomendaciones sanitarias y el apoyo del entorno.

Lo cierto es que si la prevalencia de enfermedades mentales infantojuveniles en la población general es de un 15 a un 20 %, en este grupo de niños sube hasta el 50%, ya sean síntomas aislados o cuadros completos. Y en general del ámbito ansioso-depresivo. Realmente la carga que recae en los padres es pesada, ya que además de su propia adaptación al diagnóstico de su hijo, con todas las implicaciones que ello supone incluso para los demás hijos y la relación de pareja, al final depende bastante de ellos que su hijo se adapte lo mejor posible. Pero los padres suelen traer “de serie” un plus de energía y capacidad de sacrificio, que se ponen a prueba cuando se dan estas situaciones .Como se dice en un anuncio de la tele, “las mamas nunca se ponen de baja”, simplemente es un lujo que no se pueden permitir. También ayuda pararse de vez en cuando a pensar cómo lo llevan los diferentes miembros de la familia, estando alerta por si hay que buscar ayuda profesional.