Publicado en el Suplemento de Salud del periódico Información fiel a la cita quincenal
Aprovechando estos lluviosos días de vacaciones que invitaban a quedarnos en casa, he estado leyendo artículos y documentos pendientes de lectura. Entre ellos la Guía para los menús en comedores escolares 2018.
Un trabajo realizado por una comisión técnica multidisciplinar con profesionales de las Consellerias d´Educació y Sanitat en la que han participado compañeros pediatras a los que valoro profesional y personalmente y con la colaboración del Colegio de Dietistas y Nutricionistas.
Se han modificado los menús servidos en los comedores escolares valencianos, 448 en la provincia de Alicante, adecuándolos a las recomendaciones nutricionales actuales. Menús con una oferta gastronómica basada en la dieta mediterránea, una valiosa herencia cultural reconocida a nivel internacional como un patrón alimentario saludable y por lo que fue declarada en 2010 Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO.
Han tenido en cuenta criterios de sostenibilidad en la producción de alimentos y fomento del consumo de productos frescos, de temporada y de proximidad.
También se han tenido en cuenta las directrices que en el 2006 dio la Organización Mundial de la Salud para “el desarrollo de la comida escolar y políticas de nutrición para guarderías, preescolares, primarias y secundarias”. Directrices que van desde que una dieta saludable debe basarse en una variedad de alimentos predominantemente de origen vegetal, seleccionar preferiblemente alimentos con bajo contenido en azúcar o que una dieta baja en sal es mejor.
Se pretende también que todos los comedores escolares sean periódicamente revisados en relación a su adecuación a las recomendaciones realizadas desde la Conselleria.
Recomiendo su lectura porque con el fin de simplificar los mensajes alimentarios se propone la utilización del concepto ración, cantidad definida de alimento que habitualmente compone un plato y calculada para una ingesta correcta. Encontraréis las “raciones” con las cantidades de alimentos, en crudo y limpios de desperdicios, entre los 4 y 18 años. Una pregunta que a menudo me hacéis en la consulta.
Me ha gustado encontrarme con la imagen del “plato de Harvard”, imagen de un plato para comer saludable y no la obsoleta pirámide de los alimentos. En esta representación se recomienda que la mitad del menú, representado por la mitad del plato, sean verduras, hortalizas y frutas. De la mitad restante del plato, un cuarto lo constituyen los cereales integrales, evitando las harinas refinadas. Y por último otro cuarto está conformado por proteínas, como legumbres, pescado, aves y frutos secos naturales, todos ellos fuente de proteínas saludables.
Encontraréis también prototipos de menús por edades y frecuencias de consumo semanal/mensual de grupos de alimentos.
Sólo he echado en falta en esta Guía abordar que, siendo los comedores escolares espacios saludables para las niñas y los niños, se ha de limitar el número de comensales por turnos o distribuirlos en espacios diferentes con el fin de que el ambiente no sea ruidoso.
Como se recoge en esta Guía “el comedor escolar es un servicio complementario capaz de cumplir varias funciones: la alimentación, la socialización, la educación y la reducción de desigualdades de los niños y niñas en edad escolar”. Por ello es necesario un seguimiento de las cifras de niños y niñas que usan los comedores escolares a partir de implantar la jornada continua en los Centros. Según la encuesta de salud de la Comunidad Valenciana 2016, un 57,6% de niños de 3 a 5 años y un 47,9% de 6 a 10 años utilizaban este servicio. Mucho me temo que, como ha ocurrido en otras Comunidades que la implantaron hace años, las cifras vayan disminuyendo paulatinamente, perdiendo esta oportunidad de mejora de la nutrición y de adquisición de hábitos saludables relacionados con la alimentación. En definitiva, perdiendo la oportunidad de influir positivamente en la salud de tantos niños y niñas de nuestra Comunidad.