¿Replanteamos llevar a los niños a la guardería el primer año de vida?

Leyendo la Revista Pediatría Atención Primaria, me encuentro con este precioso cuadro en un artículo (Carabaño Aguado I. Pintura rupestre de Minateda, 6000-3000 a. C. La Guardería. Albert Samuel Anker, 1860. Rev Pediatr Aten Primaria. 2012;14:373-4.) en la sección ”A la pediatría desde el arte”. Se trata de La Guardería de Albert Samuel Anker, 1860.

En otra sección de la Revista hay otro artículo interesante: Influencia de la asistencia a guarderías sobre la morbilidad en niños menores de 12 meses de edad (Domínguez Aurrecoechea B, Fernández Francés M, Ordóñez Alonso MÁ, López Vilar P, Merino Ramos Leono, Aladro Antuña A y cols. Influencia de la asistencia a guarderías sobre la morbilidad en niños menores de 12 meses de edad. Rev Pediatr Aten Primaria. 2012;14:303-12.).

Se trata de un estudio con más de 1000 niños menores de un año, realizado en Asturias en el año 2010. Se siguieron este primer año de vida a dos grupos de lactantes de características similares: unos que acudían a guardería y otros no. Los datos recogidos correspondían a bebés entre los 6 y 12 meses dado el escaso número de niños que iniciaron la guardería antes de los cinco meses.

El resumen de los resultados es que los niños que acuden a la guardería presentan más episodios infecciosos que los que no lo hacen, siendo estadísticamente significativas (p-valor <0,05) las diferencias respecto a bronquiolitis, bronquitis, conjuntivitis, faringoamigdalitis, gastroenteritis aguda, laringitis, neumonía, otitis media aguda, resfriado común, sibilancias, sinusitis y para el total de patologías. Los niños que asisten a guarderías tienen un riesgo dos o más veces mayor de padecer bronquiolitis, bronquitis, faringoamigdalitis y otitis media, que los que no acuden.

Y entre las conclusionesTeniendo en cuenta estos resultados parece aconsejable intentar otras fórmulas diferentes para el cuidado de los niños en edades tempranas así como la necesidad de aumentar los periodos de permiso laboral por maternidad y LM al igual que lo han hecho otros países de la UE.

Mi hij@ va a la escuela infantil

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Para la mayoría de los padres no es fácil la decisión de llevar a la escuela infantil a su hij@.
Aún cuando los padres ya tienen la decisión tomada como la mejor solución, persisten dudas, contradicciones, aparece la angustia que conlleva la primera separación, la culpa…

Empezamos con la adaptación, los llantos…y cuando parece atenuarse esta pesada carga emocional aparece la primera enfermedad: cualquier proceso febril, un catarro…y de nuevo se desata la duda: “¿hemos hecho bien en escolarizarlo?”, “¿no será muy pequeño?”, “¿vamos a estar todo el invierno así?”, preguntas que se trasladan de la casa a la consulta del pediatra.
Desde el respeto a la decisión que los padres han tomado de escolarizar a su hijo, mi posición es la de ayudarles en el periodo de adaptación, posibilitando un espacio y un tiempo donde sacar su angustia, sus dudas. Es necesario informarles que los niños pequeños son más vulnerables a las infecciones dado que su sistema inmunitario (de defensa frente a los gérmenes) es inmaduro y, además, por el contacto estrecho entre los niños se facilita la transmisión de enfermedades infecciosas. El niño en su primer año de escolarización va a sufrir el bombardeo de gran cantidad de gérmenes (en su mayoría virus) pero la gran mayoría de estas enfermedades serán procesos banales, sobre todo catarros de vías altas.
Insisto también en que respeten las normas sanitarias de la escuela infantil, pues así protegen a su hijo; en el caso de que ambos trabajen deben tener una solución buscada (abuelos, canguro…) para esa mañana que amanece el niño con fiebre y no lo llevarán. Respetar las normas sanitarias no es sólo pensando en que exponen a los demás niños al contagio, sino porque su hijo precisará unos cuidados que la escuela infantil no puede ofrecerle.

Isabel Rubio