Hace unos días se detectó en las muestras de heces de uno de “mis” niños la existencia de giardia lamblia. Hacía tiempo que no la diagnosticaba, aunque es relativamente frecuente.
Acordé con la madre que le explicaría por maynet algo más de lo que hablamos en consulta.
Los parásitos son microorganismos de diferentes tipos, como protozoos o gusanos que infectan a animales y humanos y que producen diferentes patologías. En España los más frecuentes son los oxiuros (hablamos de ellos hace un tiempo aquí), giardia y cryptosporidium.
El mecanismo de transmisión más frecuente es por ingesta, directamente por contagio interpersonal (oral-fecal) o indirectamente, sobre todo a través del agua y en menor medida a través de alimentos. Y hablando de aguas, no sólo estamos hablando de aguas no tratadas (pozos o fuentes), también de aguas tratadas con cloro pero que no eliminan totalmente los quistes de giardia como ocurre en la cloración de las aguas de los parques acuáticos. También afecta a gatos y perros pero la transmisión a través de estos no está muy documentada.
En el dibujo que ilustra la entrada vemos el ciclo de la giardia.
Sabiendo que el mecanismo de transmisión es así ya podemos hablar de prevención: higiene, higiene e higiene, sobre todo de manos. Y ahora habría que hablar de guarderías y escuelas infantiles, lugares en las que es muy frecuente la infestación y dónde habrá que ser muy escrupuloso en el cambio de pañales y lavado de manos consiguiente. En los años en los que estuve trabajando en las Escuelas Infantiles Municipales de Elche realizamos un estudio de parásitos en heces y más de un 20 % de los niños tenían giardia aunque la mayoría no presentaban síntomas, pero eran el vehículo de transmisión del parásito al resto de sus familias.
Giardia lamblia se presenta en dos formas: trofozoíto y quiste, como véis en el dibujo. Una vez ingeridos los quistes, al llegar al intestino delgado, cada quiste se divide en dos trofozoitos y quedan allí: unos se adhieren a la mucosa del intestino por un potente disco succionador y otro quedan sueltos dentro de la luz intestinal. Los que descienden hacia el intestino grueso, al ir formándose el bolo fecal vuelven a transformarse en formas quísticas que son las que se eliminan por heces.
La sintomatología de la giardiasis varía de unos niños a otros: desde encontrarlos casualmente a buscarlos porque el niño presenta diarreas con intervalos de estreñimiento o bien pérdida de peso o enlentecimiento de su curva ponderal….
Para el diagnóstico estudiamos tres muestras de heces recogidas en días diferentes, porque la cantidad de parásitos y de huevos que se eliminan por las heceses variable. Se aconseja, para mejorar la visualización, evitar los días previos a la recogida ingerir exceso de grasas, frutas con semillas pequeñas como las fresas o el kiwi y alimentos ricos en fibra. No es necesario guardar las muestras en el frigorífico.
En cuanto al tratamiento de elección en niños, utilizamos el metronidazol durante 5-7 o 10 días, según distintos protocolos. Se aconseja comprobar erradicación en 2-4 semanas con nuevos parásitos en heces.