Violencia de género entre adolescentes

Publicado hoy en el diario Información

El pasado mes de octubre la ONG Save the Children publicaba el informe “NO ES AMOR. Un análisis sobre la violencia de género entre adolescentes”.
Se centra en las violencias ejercidas en el marco de las relaciones sexo-afectivas en la adolescencia en parejas heterosexuales. Se dejan fuera otras violencias que pueden sufrir las adolescentes por el hecho de serlo, como pueden ser la violencia en el ámbito familiar o el acoso sexual.

El informe pretende “arrojar algo de luz sobre la violencia de género entre adolescentes, para conocer no solo los números, sino también su naturaleza y sus mecanismos, así como de qué manera debemos abordarla para lograr su erradicación”. Porque la realidad es que patrones y conductas machistas que creíamos erradicados se perpetúan y aceptan entre las personas más jóvenes.
El estudio “Percepción de la violencia de género en la adolescencia y la juventud” realizado en 2021 señala que uno de cada cinco chicos considera que la violencia de género no existe, que es «un invento ideológico». Y aunque había un gran rechazo hacia la violencia física y sexual, la violencia psicológica y de control solo era identificada como tal por un tercio de los adolescentes.

En este informe se considera violencia de género entre adolescentes toda forma de violencia física, psicológica, sexual o verbal que es ejercida sobre las adolescentes por sus parejas o ex-parejas, también adolescentes.
Save the Children denuncia la “gran ausencia de perspectiva de infancia en el análisis habitual de la violencia de género”, puesto que tanto los estudios como las acciones preventivas y medidas puestas en marcha tras la Ley Orgánica de Violencia de Género van enfocadas a las mujeres adultas.
El Ministerio Fiscal recoge en su Memoria 2020 que «las relaciones afectivas comienzan cada vez más precozmente sin convivencia y sin un proyecto en común, y su desarrollo online de corta duración pero gran intensidad, nos enfrentan a múltiples y variadas situaciones de dominio, control y maltrato psicológico y físico del varón sobre la mujer”, señalando que difícilmente pueden incluirse en el concepto de relación afectiva de nuestro Código Penal.

No es fácil saber cuánta violencia de género hay entre adolescentes. Esta violencia, como tantas otras, se silencia y se oculta. La violencia física es la punta del iceberg del resto de violencias.
En 2020 el INE registró un total de 514 adolescentes menores de 18 años víctimas de violencia de género en los que se habían dictado medidas cautelares u órdenes de protección.
La Fiscalía, en su Memoria de actividad del año 2020, alerta sobre el incremento exponencial durante los meses de confinamiento de los delitos online contra la libertad e indemnidad sexual, pasando de 105 a 578 notificaciones diarias.

Se analizan las causas de la violencia: roles o estereotipos de género, en los que ellas se socializan colocando el amor en el centro de sus vidas y de ellos se espera que sean más protectores, confundiendo actitudes de control con actitudes de protección; la masculinidad y los mitos del amor romántico, que el informe desglosa confrontándolos con la realidad.
Se detallan las características y las manifestaciones de la violencia, los factores de riesgo y los de protección, las consecuencias para las víctimas y las consecuencias en los agresores.
Partiendo de “creer y apoyar a las víctimas, protegerlas y dar herramientas adecuadas a los agresores”, detalla las respuestas del sistema, los recursos de prevención, los recursos para la formación de nuevas masculinidades, de atención a víctimas y en atención a agresores. No olvidemos que estamos hablando que víctimas y agresores son adolescentes. Se precisan acciones determinantes para controlar los efectos de la violencia en esta etapa vital tan trascendental.

Mi agradecimiento a la ONG Save the Children por este informe. Es necesario conocer la realidad si queremos acompañar a los y las adolescentes a transitar sanamente hacia la vida adulta.

Acceder al Informe completo: No es amor