¿Qué hacemos este año con la vacunación antigripal en niños?

Nos ha ido llegando información de lo que ha pasado en el hemisferio sur con la gripe. Ellos van por delante y han terminado su temporada gripal
recientemente. Resumiendo: se observa un espectacular descenso de las cifras de infección por gripe en niños, mantenido incluso con la reapertura de los colegio. Países como Sudáfrica, Chile o Australia nos ofrecen sus datos, con cifras que alcanzan hasta un 99.4% de reducción en los niños de Australia. La causa, las medidas y restricciones impuestas frente a la COVID-19.

Pues bien, a pesar de estas buenas noticias no podemos tener seguridad de que dicho efecto ocurra en nuestro medio. Como nos dice el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP) “La cuestión de la interacción del SARS-CoV-2 con otros virus respiratorios, la competencia entre patógenos y el riesgo e impacto de la coinfección encierra muchas incertidumbres y está siendo ampliamente debatida”. Por ello todas las Sociedades Científicas de Pediatría de la Comunidad Valenciana, en línea con las recomendaciones emitidas por el CAV-AEP y las aprobadas por la Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, nos recuerdan que la vacunación antigripal adquiere gran relevancia esta temporada.

No hay tratamiento específico frente a los virus, por tanto la prevención es nuestra mejor arma. Es prioritario aumentar la cobertura de vacunación en niños y adolescentes, poniendo el foco en los que tienen un mayor riesgo de presentar complicaciones y en aquellos que pueden transmitir la enfermedad a otros que también las tienen. Y hablamos de prioridades, sabiendo que la OMS considera que la vacunación antigripal infantil universal debería ser el objetivo a valorar, pero somos conscientes de que esta recomendación de vacunación ampliada corresponde a las autoridades sanitarias e implica disponibilidad de dosis suficientes de vacuna.

Concretando, ¿qué niños han de vacunarse?:
Los mayores de 6 meses con enfermedades crónicas, problemas del corazón, problemas respiratorios como asma o fibrosis quística, niños celíacos, con cáncer, con síndrome de Down, con problemas neurológicos, con problemas de inmunidad, obesidad importante o prematuros menores de 32 semanas durante sus 2 primeros años de vida. También niños y adolescentes institucionalizados.
Los mayores de 6 meses que conviven con personas mayores de 60 años con enfermedad crónica.

Las vacunas adquiridas por la Consellería de Sanidad Universal y Salud Pública en esta campaña de vacunación antigripal 2020-21 para los menores de 15 años son las siguientes:
VAXIGRIP TETRA®: Es una vacuna antigripal tetravalente que está indicada en adultos y niños de más de 6 meses. Se utiliza preferentemente en niños hasta los 14 años. INFLUVAC TETRA®: Es una vacuna antigripal tetravalente que según ficha técnica está indicada en adultos y niños de más de 3 años. CHIROFLU®: Es una vacuna antigripal trivalente que está indicada en adultos y niños de más de 6 meses.

Si tu hijo o hija está en los grupos de riesgo no dudes en pedir cita con tu enfermera para la vacunación antigripal. ¡Protégele y protege a tus mayores!.

¿Debo vacunar a mi hij@ contra la gripe?

Empieza la campaña de vacunación antigripal y , como todos lo años, se repite la pregunta: ¿Debo vacunar a mi hij@ de la gripe?. Para responder a la pregunta el Dr. José A. Arjona Sevilla, MIR de Medicina Familiar y Comunitaria del HGU de Elche que está haciendo la rotación de pediatría conmigo contesta a la pregunta en este artículo que hoy se publica en el suplemento de Salud del periódico Información. ¡Gracias Jose!:

Ya estamos en otoño, la antesala de los meses más fríos del año, y con ellos vuelven a la carga enfermedades propias de dicha estación, que harán que los padres de nuestra sociedad se hagan la pregunta de todos los años: ¿Debo vacunar a mi hij@ contra la gripe? Muchos serán los que se acerquen a sus pediatras y médicos de confianza, haciéndoles la pregunta que planteamos. Cada año se hacen públicas las claras indicaciones para llevar a cabo dicha práctica preventiva, siendo las estimaciones poco alentadoras para alcanzar los objetivos planteados.

En primer lugar encontramos la necesidad de vacunar a grupos de riesgo, entre los que se encuentran niños a partir de 6 meses y adolescentes que presentan patología de base (inmunodeprimidos, enfermedad oncológica, diabéticos, enfermedad cardiovascular grave, enfermedad respiratoria crónica, entre otras). Según las estadísticas, sólo se consigue llevar a cabo la vacunación en el 20-40% de dichos casos, registrándose el porcentaje de menor valor sorprendentemente en aquellos con enfermedades respiratorias crónicas.

A continuación, y no menos importante, nos encontramos a adultos en contacto con niños y adolescentes que pertenecen a dichos grupos de riesgo. Esta medida adquiere especial importancia en la vacunación del entorno familiar de niños menores de 6 meses con factores de riesgo asociados, que no han sido nombrados en el apartado anterior, ya que éstos no pueden recibir la vacuna antigripal correspondiente, siendo necesaria su protección indirecta vacunando a la gente que les rodea: familiares, trabajadores sanitarios, sector educativo, etc. Además, se recomienda la vacunación no sólo de los adultos, sino también de aquellos niños sanos a partir de los 6 meses de edad y adolescentes sanos que convivan con estos pacientes de riesgo. Con esta serie de medidas proporcionamos además de una protección individual, una protección familiar y comunitaria indirectas. Como dato preocupante, destacar que menos del 10% de los convivientes con pacientes de riesgo llevan a cabo la vacunación.

Para finalizar, aunque este último apartado no atañe directamente a la pregunta titulada, aprovecho la ocasión para incidir en la necesidad de la vacunación antigripal de todos los profesionales sanitarios. Entre este colectivo bien se hace honor al dicho popular “en casa del herrero, cuchara de palo”, quizá debido a la falta de concienciación de una parte de estos profesionales, que se encuentran a diario en estrecho contacto con los casos planteados anteriormente, y que no ven más allá de la protección individual que les puede brindar la vacunación. Debemos recordar que nuestra labor no sólo debe centrarse en la acción individual de cada persona, sino encaminar nuestra actividad en la mayor medida de lo posible a una intervención comunitaria, siendo parte importante de ésta la consecución de dicha medida preventiva.

Como todos los años, nos encontramos lejos de uno de los grandes objetivos de la Salud Pública, algo que a día de hoy se presenta como una utopía, la “vacunación universal”. Como todos los años, de todos y cada uno de nosotros depende que la ficción pueda hacerse realidad.