Quiero iniciar una serie de entradas acerca de la fiebre, motivo de alarma en los padres y de numerosas consultas, sobre todo a los servicios de urgencias.
La fiebre es una elevación de la temperatura corporal por encima de lo normal.
De entrada, sobre la fiebre debes saber que:
La fiebre es, en la mayoría de los casos, una reacción del organismo para potenciar las defensas naturales y luchar contra la infección. Pero no olvidemos que hay otras causas de aumento de temperatura (hipertermias) como el arropamiento excesivo, ambiente térmico elevado (causas a tener en cuenta sobre todo en el recién nacido y lactante pequeño), ejercicio intenso, situación estresante…
La mayor parte de las fiebres están causadas por una infección vírica aguda, de curso benigno.
La elevación de la fiebre no es necesariamente proporcional a la gravedad de su causa. Hay infecciones graves que cursan con “décimas de fiebre” y catarros con fiebre de 40º.
Lo importante no es la fiebre en sí, sino determinar la causa de la fiebre.
Cómo tomar la temperatura:
En los lactantes y niños pequeños aconsejo tomar la temperatura rectal que debe hacerse introduciendo en el recto hasta 1 cm más de la parte metálica del termómetro hasta que se estabilice la temperatura.
O tomar la temperatura axilar durante 5 minutos
O usar termómetro ótico que toma la temperatura en el conducto auditivo externo.
¿Cuándo hablamos de fiebre?:
Se acepta como normal una temperatura rectal de hasta 37,5 ºC y axilar hasta 37ºC.
Por encima de esta temperatura hablamos de febrícula (si el aumento es de unas décimas) o simplemente de fiebre.
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