Rompamos el silencio: hablemos de sexualidad con nuestros hijos

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En la colaboración habitual del suplemento de Salud del periódico Información ayer publicaba este artículo.

A la hora de elegir el tema para esta colaboración quincenal suele haber un detonante, como me ocurre hoy. Y es que como pediatra, que atiendo adolescentes hasta los 15 años, últimamente he tenido consultas para solicitar la píldora del día después.

No podemos demorar más el hablar de sexualidad con nuestros hijos e hijas y desde luego, desde las consultas de pediatría y desde las instituciones educativas también tendremos que hacer algo más.

Nuestro hijo o hija se va haciendo mayor y construye su biografía sexual como va construyendo su biografía personal, tomando progresivamente sus propias decisiones, asumiendo cada vez más la responsabilidad de cuidarse. Los padres tenemos la obligación de ayudarles al iniciar su andadura en la sexualidad adulta, contribuir a que tengan experiencias positivas y a evitar riesgos.

Para eso hay que hablar de sexualidad. Y hablar de sexualidad no es sólo información, aunque por supuesto es necesaria. Afortunadamente el acceso a la información de nuestros jóvenes es mayor que la que nunca se ha tenido, han crecido con una ventana abierta al mundo, pero deben saber que nosotros estamos ahí para responder a las dudas que tengan.

Y hay mucho más para hablar y reflexionar con ellos: sexualidad son habilidades de comunicación y negociación y como otros aspectos educativos, tenemos que llegar a la adolescencia con el trabajo hecho. Es importante que sepan que cuanto más tarde tengan relaciones sexuales, mejor, porque tendrán más personalidad, más habilidades para tener una comunicación clara con el otro, para decir “sí” cuando quiera decir “sí” y decir “no” cuando quiera decir “no”, o hasta dónde sí o hasta dónde no.
Es importante hablarles que el inicio de las relaciones sexuales es piel, es explorar y ser explorado, guiar y ser guiado, es el descubrimiento del propio cuerpo y del cuerpo del otro, sentirse en intimidad interesados emocionalmente por el placer mutuo.
Hay que hablarles de afecto, de confiar en el otro, aunque se trate de una relación sin compromiso. Hay que hablar de valores.
Hay que hablarles de seguridad, de protección: seguridad es información, son habilidades de comunicación y negociación, es tenerlas en un clima de confianza, de cariño y de respeto mutuos, en un lugar seguro, tenerlas con conciencia, no una noche desinhibidos por el alcohol y siempre con protección: ¡siempre con preservativo!. Seguridad es también que si se ha tenido una práctica de riesgo de embarazo, pedir ayuda.

Hay que hablar de sexualidad a nuestros hijos porque el precio que pueden pagar es alto: no sólo están el embarazo, las infecciones de transmisión sexual o el VIH, también la insatisfacción, los malos rollos o malas experiencias que pueden amargarles la vida. Qué duda cabe que los riesgos asociados a la sexualidad son los temores que como padres y madres tenemos cuando nuestros hijos se acercan a la adolescencia pero, aunque sea necesario tratarlo, hay que hablar de sexualidad desde lo positivo.

Para finalizar unas direcciones de interés para padres y adolescentes donde encontrar información y así animarnos a hablar con claridad y mucho cariño con nuestros hijos e hijas:

* Página de la Generalitat Valenciana. Cuídate, el Portal de Salud
* Página de la Generalitat de Cataluña. Departament de Salut. Aquí tenéis el acceso a Sexe Joves