Hábitos saludables desde la infancia: la mejor prevención

vaso-de-leche_article
Hoy en el suplemento de Salud del periódico Información se publica un artículo que he escrito acerca de «la prevención de la osteoporosis»:

Hace unos meses acudí a una conferencia sobre prevención de la osteoporosis, tema que me interesaba a nivel personal y me sorprendía la forma en la que el conferenciante, para empezar, captó la atención de todos: “a los que más les debe interesar este tema es a los pediatras, ellos son los que deberían estar aquí”, a lo que siguió un murmullo en la sala, llena de médicos de familia a los que iba dirigida la conferencia.

Y, efectivamente, es así: fomentar una adecuada salud ósea en el niño implica asegurar la futura salud ósea del adulto, disminuyendo así el riesgo de fracturas y de osteoporosis.

Pero detengámonos un momento:

El Calcio representa del 1,5 al 2% del peso total del cuerpo y el 99% se encuentra en el hueso y en los dientes.

La formación del hueso se inicia a la octava semana de desarrollo intrauterino y finaliza al alcanzar la talla adulta; a los 25 años se estima que tenemos el pico máximo de masa ósea. Por tanto, si nuestros niños no terminan la adolescencia con un capital óseo satisfactorio, el riesgo de osteoporosis, unos años después, será muy elevado.

¿Y cuáles son los principales determinantes de la masa ósea en niños?: influyen muchos factores, desde genéticos, hormonales…pero los únicos factores modificables son la ingesta de calcio y vitamina D, la exposición controlada al sol y la práctica de actividad física.

Los productos lácteos no son sólo la principal fuente de calcio y vitamina D, sino que también es el calcio que se asimila mejor.

No soy nada partidaria de dar cifras, pues a veces inducen a obsesionarnos con cantidades, pero en este caso creo que sí debemos conocer que las necesidades de calcio en la etapa escolar es de unos 800 mg al día y asciende a 1300 mg a partir de los 9-10 años hasta que se completa el crecimiento. Se estima que con 500 ml de leche al día se estaría dando el 60 % o más de las necesidades diarias, o bien en forma de yogour u otros lácteos; por el contrario, sustituir la leche por soja disminuye  el aporte por su baja biodisponibilidad de calcio.

Si los padres no toman el calcio adecuado es poco probable que lo tome el niño por lo que es importante estimular la ingesta adecuada en toda la familia.

En cuanto a la vitamina D, son pocos los alimentos que contienen de forma natural cantidades significativas de ésta; los más ricos son los pescados grasos (salmón, atún, sardinas, etc.), la yema de huevo, almendras…sin embargo, la mayor fuente de vitamina D procede de la luz solar, pero los niños están cada vez menos expuestos al sol. Hay que permitir que los niños estén expuestos al sol un tiempo razonable, sobre todo en los meses de invierno.

Además, la dieta debe ser complementada con una adecuada actividad física, sobre todo saltos, carreras cortas y veloces y cambios rápidos de dirección en la carrera.

Los pediatras debemos informar a niños, adolescentes y padres de la importancia de una alimentación variada y que alcance la ingesta recomendada de calcio y vitamina D y recurrir, cuando sea necesario, al uso de alimentos enriquecidos o suplementar la dieta, así como fomentar una actividad física periódica y una exposición solar moderada.


Quizás también te interese:
dejapeque

Déjame intentarlo y Aprendiendo a vivir