Hoy en el Suplemento de Salud del periódico Información, publicamos este artículo escrito con Mabel Mendoza, MIR de Pediatría del H.G.U. de Elche, que está haciendo la rotación en nuestro Centro de Salud.
Mi hijo va a cumplir cumplir 15 años. En breve finaliza su “edad pediátrica” y necesito que visite por última vez a su pediatra. Queremos un exámen de salud antes de ser derivado al médico de familia.
Esto es lo que piensan los padres cuando sus hijos llegan a los 15 años. La mayoría están preocupados, les asusta la idea de enfrentarse a diferentes temas y necesitan el apoyo del profesional que más conoce a sus hijos: el pediatra.
Y es justo en la adolescencia cuando empieza la transferencia de responsabilidades. Es la etapa para aprender a ser autosuficientes y saber que cada acción que tomen tendrá sus consecuencias. Pero el delegar responsabilidades, no es dejarlos hacer lo que quieran o dejarlos solos; delegar es todo un proceso que padres e hijos deberán construir paso a paso. Lo más importante en esta etapa será la comunicación y ser claros en el mensaje….. pero….y si mi hijo se equivoca?…. es preciso recordar que cometer errores es parte del aprendizaje, por eso insistimos en que el delegar es un proceso conjunto entre padres e hijos.
Relación pediatra-adolescente:
La entrevista clínica al adolescente requiere interés, tiempo y experiencia profesional. Lo ideal es una consulta programada. Es necesario repasar y ordenar la historia clínica dejándola preparada para la derivación al médico de familia, además de realizar un breve resumen de las patologías más importantes que se presentaron en la infancia o patologías crónicas que requieran un seguimiento por parte de su nuevo médico.
En esta última consulta se crea la necesidad de una despedida. Muchas veces el mismo pediatra lo ha acompañado desde su nacimiento, se ha creado un vínculo con él y su familia, por lo que este momento es el cierre de un ciclo. Pero antes de la despedida es preciso aprovechar este vínculo para reforzar diferentes temas.
Consejos del pediatra:
- No olvidar que lo primero y más valioso es la vida. Ha llegado la edad de responsabilizarse de los actos y de pensar antes de actuar. Evitar exponerse a situaciones que puedan poner en peligro su vida, la de sus amigos y familiares: subir a un coche con un conductor bebido, no usar el cinturón de seguridad, no llevar el casco en moto o en bici, no involucrarse en situaciones de violencia, no consumir sustancias que desconocen.
- Vida Saludable. A partir de ahora deberá asumir los cuidados de su salud, comer sano, dormir las horas que deben y hacer deporte con regularidad. Temas como el fumar o el consumo de alcohol ocuparán gran parte de la consulta. Sabemos que es en la adolescencia la etapa donde más se exponen a estos temas. Más que la prohibición lo ideal sería enfatizar en los efectos secundarios a corto y a largo plazo del consumo de estas sustancias, la posibilidad de adicción y sobre todo el aislamiento familiar y social que en ocasiones conlleva.
- Asumir un comportamiento sexual responsable. No exponerse a relaciones sin protección que puedan acarrear el contagio de enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados o situaciones de violencia sexual. Asumir un comportamiento sexual responsable va más allá de aspectos “médicos y éticos”. Es importante enfatizar en el adolescente que al intentar demorar el inicio de las relaciones sexuales permitirá que sea una decisión más madura, sin presiones y no influenciada por el entorno.
- Que se marquen un objetivo profesional. Recalcar sus cualidades y habilidades para buscar aquello en lo que saquen los mejor de ellos mismos. Centrarse en estudiar e iniciar un sueño profesional que requerirá de esfuerzo, dedicación y recompensas.
- Comunicación con los padres. Una de las tareas más importantes entre padres y adolescentes es mantener una comunicación abierta. Saber escuchar y expresarse de forma respetuosa incentivan de forma positiva la relación y evitan situaciones de riesgo en la adolescencia.
Por último es importante que el pediatra pregunte abiertamente si existe alguna situación que le genere preocupación o ansiedad. Y a su vez poder expresar que aunque ya no serán sus médicos tendrán permanentemente la puerta abierta para cualquier inquietud.