Azúcar y Navidad

Ayer sábado publicaba este artículo en el periódico Información

Hoy sábado nos reunimos los amigos para hacer dulces de Navidad. Un regreso a la tradición, a disfrutar de hacerlos, de estar juntos, del ambiente navideño que se respira, a destapar recuerdos de otras navidades…

Una vez al año no pensaré en los azúcares, las grasas, los hidratos de carbono ni en las calorías. No voy a mirar recetas de cordiales sin azúcar o de mantecados sin manteca de cerdo, no quiero hacer dulces de Navidad “políticamente correctos”, mejor dicho, “dietéticamente correctos”.

Ya se que es contradictorio con lo que decimos desde la consulta de pediatría o de enfermería pediátrica, contrario a las recomendaciones de las Sociedades Científicas, pero… ¡es Navidad!

Desde hace años venimos denostando el azúcar, causante entre otros males, de caries en nuestros niños y niñas o responsable en buena parte de la epidemia de obesidad que padecemos. Insistimos en no dar azúcar ni miel el primer año, no cereales con azúcares añadidos, no golosinas, no a las bebidas azucaradas, no zumos comerciales (con mucha moderación también los naturales, siempre mejor la fruta entera) no a los batidos, no a la bollería industrial o limitar la bollería casera, todo por el mismo motivo: su alto contenido en azúcar.

La lista podría continuarla, porque el azúcar se cuela en salsas, alimentos precocinados, snack o en “comida-basura”, en las pizzas, en el sushi y hasta en el salchichón, pero también en los cereales que compramos para los bebés, aunque lleven el etiquetado “sin azúcares añadidos”, pues el azúcar que se encuentra de forma natural en el cereal se libera en los procesos a los que se someten los cereales para hacerlos teóricamente de más fácil digestión, pero sobre todo los hace más dulces al paladar, favoreciendo su aceptación por el bebé, llegando a un 15-20% su contenido en azúcar y hasta más del 30% en el caso de que se haya añadido miel. También en potitos, en muchos de los productos con los que desayunan o meriendan o en el colacao con el que “coloreamos” la leche a nuestros hijos e hijas, no tenéis más que visitar la web sinAzucar.org para conocer el azúcar oculto en tantos y tantos productos que ofrecemos a nuestros niños.

Es necesario adiestrarnos en la lectura del etiquetado de los productos que consumimos, en el tema de los azúcares es obligado especificar los hidratos de carbono que contiene y de éstos cuántos son azúcares. Así podemos “sacar la cuenta” del azúcar que tomará cuando, por ejemplo, damos cereales a nuestro bebé: si en el etiquetado dice que en 100 gr. hay 75 gr. de hidratos de carbono y de estos 20 gr. son azúcares, podemos fácilmente calcular que de los 4 cacitos de cereales que añado al biberón, equivalente a unos 20 gr, 4 gr. son de azúcar.

Seamos conscientes de lo que compramos, comemos y ofrecemos a nuestros hijos e hijas, y exijamos que la legislación proteja al consumidor. No es de recibo que a estas alturas se permita el etiquetado con dibujos y colores que atraen la atención de los pequeños y no digamos si además contiene un regalito, o que no se especifique claramente si es un producto hipercalórico o rico en azúcares y estemos obligados a indagar en la letra pequeña su composición. Exijamos también una conducta ética a las Sociedades Científicas que avalan productos no saludables.

Ahora regresemos al inicio, disfrutemos con nuestros hijos e hijas de los preparativos navideños, compartamos la decoración de la casa o la elaboración de los dulces… es una vez al año y formarán parte de los mejores recuerdos de su infancia como lo siguen siendo para nosotros. ¡Feliz Navidad!.

Medidas contra la Obesidad Infantil

gpe-vendors-espana-maquina-expendedora-de-epi-maquina-expendedora-de-epi-316240-FGRSanidad destierra de las aulas refrescos con azúcar y “chuches”

Hoy se publica en los periódicos de la Región de Murcia, que el Consejo de Gobierno aprobó en el día de ayer el esperado decreto que prohíbe la venta de productos hipercalóricos en todos los centros educativos no universitarios tanto públicos como privados. Cuando colegios e institutos de la Región abran sus puertas el próximo septiembre, habrán desaparecido de las máquinas expendedoras y de las cantinas la bollería industrial, las golosinas, los “snack” o aperitivos y los refrescos azucarados.
Es la primera región en sacar un decreto específico. La norma aprobada ha sido elaborada por la Consejería de Sanidad y Consumo, en coordinación con la de Educación, Formación y Empleo, ha pasado por el Consejo de Salud de la Región, por el Consejo Económico y Social y el Consejo Jurídico, y ha sido comunicada a todos los ayuntamiento murcianos.
También se establecen las características nutricionales de los menús que se sirven en los comedores escolares, de acuerdo con las características de una dieta saludable que se adaptará a las necesidades nutricionales según la edad de los alumnos.
Los menús y la dieta serán supervisados por profesionales con formación universitaria en nutrición y dietética.

Entre el 20 y el 25% de los niños y niñas murcianos padecen obesidad o sobrepeso.

En el conjunto del Estado, el Ministerio está preparando una ley en la misma dirección que el decreto murciano, aunque todavía no se conoce cuál será su alcance.

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