– “Mamá, he pensado en hacerme una prueba antes de ir. ¿Cuál me hago?”.
La pregunta que me plantea mi hija es fruto de lo que estamos viviendo estas últimas semanas, bombardeados por noticias acerca de las pruebas diagnósticas del SARS-CoV-2: polémica por la venta en farmacias del test rápido de anticuerpos, nuevas pruebas en saliva… y en la calle una realidad, el aumento de las citas en clínicas privadas para hacerse test los días previos a Navidad y muchas preguntas ¿porqué no incorporar las “pruebas” a nuestra vida diaria para hacerla más llevadera y al mismo tiempo segura?, ¿cuáles son las más fiables?.
Pongamos un poco de luz en las pruebas diagnósticas del SARS-CoV-2, y para ello separamos tres grupos de personas:
Personas con síntomas compatibles con la COVID-19
Personas que han estado en contacto estrecho con un enfermo COVID
Personas sanas.
1. Personas con síntomas compatibles con la COVID-19:
Adultos o niños con síntomas, antes o después, consultarán al médico de familia o al pediatra, quien determinará qué prueba realizar entre las siguientes dos opciones:
Si la persona con sospecha clínica de la enfermedad presenta los síntomas desde hace menos de 5 días se realiza, de entrada, la prueba rápida de detección de antígeno de SARS-CoV-2. Es una técnica que detecta proteínas que forman parte del virus y se realiza con exudado nasofaríngeo. Resultados en unos 15 minutos.
Si la persona presenta síntomas desde hace más de 5 días, se realizará PCR con resultados en 24 h. En los lactantes pequeños es preferible realizar PCR. La PCR es una técnica que detecta un fragmento de material genético del virus. Para realizarla se obtiene una muestra de tracto respiratorio superior. Aún siendo la prueba “oro”, si una persona infectada tiene poca carga viral puede darnos un falso negativo. De ahí la importancia de que las pruebas hay que valorarlas en el contexto de la clínica que presenta el paciente.
2. Personas que han estado en contacto estrecho con un enfermo COVID: se les realizará PCR a los 7 días del contacto.
3. ¿Y qué pruebas puede hacerse la persona sana que quiere saber si es portador del virus?.
Hablar de autodiagnóstico requiere una reflexión de entrada. Partimos de que en el momento actual no hay una prueba para la COVID-19 que sea 100% exacta, hay que saber interpretarlas y es un tema complejo, no es blanco o negro, positivo o negativo, por lo que es mejor dejarlas en manos de los profesionales. Menos aún existe una prueba que permita en la práctica el autodiagnóstico fiable. No lo digo yo, lo dice la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología.
Dicho esto, las opciones son: realizarse una PCR o un test rápido de detección de antígenos, ya comentados, que no dejan de ser una foto fija del día que se hizo y no son garantía de seguridad.
Otra opción son los test de detección rápida de anticuerpos. ¿Y qué pruebas son éstas?: son las que se realizan con una muestra de sangre mediante un pinchazo en el dedo y que dispensan, con receta médica, las farmacias. Estas pruebas detectan anticuerpos en sangre, es decir, si hemos fabricado “defensas” contra el virus SARS-CoV-2. Si es positivo sugiere que la persona ha estado en contacto con este virus, pero no distingue si las “defensas” son las que el organismos fabrica inmediatamente tras entrar el virus en el organismo o son las defensas que permanecen tras haber pasado la infección. No se consideran adecuadas para el diagnóstico de infección aguda. La Organización Mundial de la Salud únicamente recomienda el uso de estos test con fines de investigación.
Distinta es la detección de anticuerpos en sangre en laboratorio con otras técnicas (ELISA/CLIA) que sí distingue el tipo de anticuerpos y si tienes anticuerpos duraderos, ¡enhorabuena! porque implica infección resuelta. Por tanto solo sirve para saber si hemos pasado la infección.
Y ahora se incorpora al mercado otra batería de pruebas en saliva, fáciles de realizar y económicas, aunque no todas son iguales. Pero apenas hay estudios. Las que buscan presencia de anticuerpos en saliva, en breve, quieren empezar su venta en farmacias.
Pero el tema del autodiagnóstico requiere otra reflexión final: el peligro que entraña una falsa sensación de seguridad por un test negativo. Es necesaria una llamada a la prudencia porque no podemos permitirnos relajar las medidas de prevención.
Así que, querida hija, la mejor medida es minimizar el riesgo una semana antes de volver a casa, el mayor aislamiento posible en esos días. ¡Qué poco queda y qué ganas de verte!.