Antes se asociaba la aparición de piojos a la falta de higiene; hoy en día sabemos que es falsa esta asociación.
La infestación capilar se ha mantenido a lo largo de la historia y sigue siendo necesario conocer qué es un piojo, cómo prevenir las infestaciones y qué hacer en el caso de que éstas se produzcan.
Los piojos son insectos de 2-3 mm pero difíciles de ver por su gran movilidad, solemos observar las liendres (huevos del piojo) que son blanquecinas y están adheridas a la base de los pelos.
Hablaremos sólo del piojo de la cabeza (pediculus humanus capitis) que es el que afecta a los niños; también existe el piojo del cuerpo y del pubis que sí tienen relación con el hacinamiento y la suciedad.
El piojo de la cabeza vive alrededor de un mes y ponen los huevos a 1 o 2 mm del cuero cabelludo (de ahí que cortar el pelo a los niños cuando se infestan no tiene sentido, pues tendríamos que, prácticamente, raparles la cabeza para llevarnos las liendres). Los huevos se van separando de la raíz a medida que crece el pelo, cuanto más alejados están, más viejos e inviables son pues no tienen la temperatura adecuada para su desarrollo. Suele afectar a las personas a cualquier edad, pero sobre todo a los niños en edad escolar y más a las niñas que a los niños.
El síntoma por el que los descubrimos es siempre el picor, producido por la reacción del cuerpo a la saliva del insecto y obliga al niño a rascarse constantemente la cabeza. Tiende a afectar más la zona de la nuca y detrás de las orejas y el contagio siempre es de cabeza a cabeza, aunque también puede ser por compartir el peine, una gorra, una cinta del pelo…
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