«ME LLAMO SILVIA Y NO BEBERÉ….»

El pasado sábado se publicaba en el Suplemento de salud del periódico Información este artículo de mi compañero Mariano Mancheño. Gracias Mariano por tocar este tema que a menudo pasamos de puntillas.

El Síndrome Alcohólico Fetal se define como alteraciones físicas,
cognitivas, sociales y emocionales del niño como consecuencia del
consumo de alcohol por la madre embarazada.

¿Es frecuente?. Durante el embarazo se estima que aproximadamente el 35% de las embarazadas de nuestro medio consumen alcohol. Muchas mujeres creen que beber un poco no supone riesgo para el feto. Además si los rasgos no son muy pronunciados, pocos padres sospechan que el retraso en el desarrollo psicomotor y escolar sean debidos al consumo de alcohol.

Tampoco es fácil el diagnóstico en el recién nacido para neonatólogos y pediatras cuando las manifestaciones son sutiles o hay otras causas de posible daño cerebral. Y en nuestro medio aproximadamente 3 de cada 1000 recién nacidos lo padecen. El porcentaje es mayor en niños adoptados procedentes de orfanatos.

Algunos rasgos de la cara (labio superior fino, el surco entre la nariz y la boca liso, cráneo más pequeño, párpado superior caído, mandíbula inferior pequeña, nariz respingona y otros se «difuminan», se vuelven menos marcados en la adolescencia y en la vida adulta. Además la talla es pequeña y pueden padecer afectaciones de corazón, audición, visión, y huesos entre otras.

Pero el daño es mayor en el cerebro. El alcohol provoca literalmente disminución del tejido nervioso y mala “especialización” del mismo. Por  ello manifiestan dificultades para aprender el lenguaje, menor capacidad de concentración, disminución de la memoria y poca habilidad para solucionar problemas complejos y de lógica con respecto a los niños sanos de su misma edad. Durante la etapa escolar de primaria no puedenseguir bien el curso por el retraso mental frecuente y dificultades en la socialización. Y en las siguientes etapas de la vida generar secuelas de por vida.

Todas estas manifestaciones son prevenibles si las mujeres en edad fértil
se abstienen de beber alcohol antes de la concepción y durante TODO el embarazo ya que no se ha determinado un consumo mínimo de alcohol seguro si bien se sabe que a mayor consumo más posibilidades de ​ padecer la enfermedad completa o parcial. El ginecólogo siempre incluye en la primera visita preguntas y consejos alusivos, pero las embarazadas no siempre van al médico las primeras semanas.

Las campañas institucionales mantenidas, los familiares de mujeres en edad fértil y los profesionales sanitarios hemos de tratar de motivar a las futuras madres para que no tomen bebidas alcohólicas durante el embarazo.

Para terminar, aunque los daños no son curables en el sentido médico del término, sí se puede mejorar el futuro de estos niños con un diagnóstico temprano que permita acciones sobre el desarrollo motor(fisioterapia ), el aprendizaje del lenguaje (logopeda), control de impulsividad (psicoterapia) y en ocasiones medicación. El papel del pediatra es orientar y escuchar a los padres, hacer un seguimiento integral del niño y estar atentos para que no se nos pase por alto el diagnóstico. Además, entre los 6 y 9 meses de vida, cuando acuden a revisión al pediatra sería buena idea comentar con los padres los efectos del alcohol por si tuvieran deseo de tener más hijos.

Prevención de ahogamientos

Semanas pasadas publicaba en el periódico Información este artículo mi compañero y amigo Mariano Mancheño, pediatra en Altea y que tenía pendiente publicar en maynet. Finaliza el verano y un año más con cifras escalofriantes de muertes por ahogamiento, por esto agradezco a Mariano este necesario recordatorio. 

Me gusta el agua. Me gustan las playas solitarias y las no tan solitarias. Siempre hemos ido con mis hijas y ahora con mis nietos y lo pasamos bien. Vivimos para reir, para soñar, para jugar, y el verano parece una invitación a todo ello. Vivo apenas a 20 metros de la orilla y me duermo acunado por el ruido de las olas.

Termina Agosto. Releo los artículos de mis colegas y los propios de los últimos meses de esta tribuna pediátrica (vacunas, lactancia,tabaco, refugiados, cáncer,antibióticos, alergias,protección solar, etcétera). Son un nutrido grupo de ensayos  cortos y asequibles pero no encuentro referencias  a los ahogamientos. Pensando que más vale tarde que nunca me pongo a ello.

A diario salen noticias en televisión u otros medios del incremento del número de ahogados en 2017  con respecto a 2016 (que no eran pocos) y las cifras son escalofriantes. Al final del año estaremos hablando de una cifra de muertes por ahogamiento equivalente a la mitad de la de los accidentes de tráfico.

Hechos:
El porcentaje de ahogamientos ha aumentado un 15 % con respecto al año anterior y no es el momento de averiguar la causa.

De los ahogamientos con resultado de muerte sólo este año , aproximadamente 320 , unos 70 son menores, niños.

Considerar también que muchos casos de «casi ahogamiento» que no están en las estadísticas sobreviven sin secuelas, pero no todos.

Que la provincia de Alicante es la que más ahogados lleva de España. Sí, Alicante, la nuestra.

Cuando hay planes de prevención de accidentes y se aplican, se comprueba que son muy eficaces. ¿Para cuando campañas de prevención en TV, redes, colegios…? Reclamo un plan nacional de instrucción de técnicas de reanimación como se está haciendo con la prevención de obesidad, el maltrato infantil u otros. Al final del artículo seleccionaré referencias donde la reanimación cardiopulmonar esté bien explicada.

Lo que hay que hacer:
Nunca dejar a menores solos sin supervisión en playas, piscinas, embalses o ríos por seguro que parezca el entorno. No olvidemos las bañeras o pequeñas piscinas en casa. Bastan 2 centímetros y 2 minutos para que ocurra un accidente.

Revisar y asegurar periódicamente el vallado de piscinas, piletas y balsas. El mayor número de ahogamientos se produce en piscinas privadas.

Muchos accidentes son provocados por saltos desde rocas o trampolines y en el caso de adolescentes asociados al consumo de alcohol en un 25 %. En estos casos los traumatismo de cráneo y columna agravan el pronóstico.

Respetar escrupulosamente las banderas de playas y las indicaciones de los socorristas. Bañarse preferiblemente en donde los haya.

Ir provistos de chalecos salvavidas reflectantes para actividades náuticas (remo, surf, paddel surf, veleros…)

Enseñar lo antes posible a nadar a los pequeños pero saber que aunque sean capaces pueden ahogarse igualmente por cansancio, golpes, mareos, despistes.

Cuando hay una persona hundida hay que sacarla del agua lo antes posible y comprobar respiración y latido iniciando maniobras de reanimación mientras se solicita ayuda (112). NO intentar un rescate con aguas movidas o profundas si no se está muy seguro de saber hacerlo bien. Muchos ahogados lo son en el intento de auxiliar a otro.

Referencias sobre reanimación cardiopulmonar en:
Aprovecho para presentaros esta magnífica Guía que han hecho los Dres Casado Flores y Jiménez García del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús: