¡Empieza el curso y ya está con fiebre!


“Apenas ha pasado un mes desde el inicio del curso escolar y ya es la segunda vez que tiene fiebre. ¿Vamos a estar todo el curso así? ¿Hemos hecho bien llevándolo a la escuela infantil tan pronto?”. Así llegan muchos padres y madres a la consulta del pediatra en estos días.

La entrada a la escuela infantil por primera vez supone un cambio muy importante para vuestro hijo, para vuestra hija, es su salida al mundo. Deja las relaciones familiares y unos espacios que conoce para encontrarse en otro lugar, con adultos, con niños y niñas que no conoce. Siente soledad, abandono y miedo.
Complicando estos días de adaptación a la escuela, de llantos y caritas tristes, llegan las primeras infecciones. Sí, debéis saber que este primer año de escolarización los procesos infecciosos van a ser muy frecuentes. Acudir por primera vez a la escuela es, como os decía, una salida al mundo que también conlleva ponerse en contacto con numerosos gérmenes, virus sobre todo.

En los primeros años de vida somos más vulnerables a las infecciones porque el sistema inmunitario, que nos defiende frente a los gérmenes, es inmaduro. Además, el contacto estrecho con otros niños y niñas en la escuela infantil facilita la transmisión de enfermedades infecciosas. La impresión de padres y pediatras es que sumará un proceso tras otro a lo largo de este primer otoño-invierno. Es lógica por tanto la preocupación. Incluso a veces se plantea si tantas infecciones puedan ser la manifestación de una alteración de su sistema de defensas, pero en realidad es la expresión del proceso normal de maduración del sistema inmunológico, su adaptación al medio. La mayoría de las infecciones serán catarros de vías altas, la incidencia se acerca a dos cuadros por mes. A esto hay que añadirle la duración de los mismos: unos 7 días. La tos y el moco pueden persistir unos días más. Como el periodo de incubación del resfriado común es corto, sólo 2-4 días, si terminando el proceso está en contacto con otra fuente de infección, un niño o niña con otro virus, es probable que el final de su catarro se solape con el inicio del siguiente. El intervalo libre de enfermedad es, en estas condiciones, difícil de apreciar. Observad si cuando ya va estando mejor del catarro, aunque todavía tenga moco y tos, empieza de nuevo con estornudos, ojos llorosos, moco como agua, transparente y a veces también con fiebre. Estará iniciando un nuevo proceso.

Surge también la pregunta ¿el niño y la niña escolarizado/a a una edad temprana se pone más veces enfermo/a que si se queda en casa?. La respuesta es que pasará un mayor número de enfermedades infecciosas concentrados en el primer año de escuela, aunque el cómputo global de infecciones que pasará en la infancia es similar en todos.

Por tanto tened prevista, si trabajáis, una solución para esa mañana que amanece con fiebre, la persona que cuidará de él o ella los días que no pueda asistir al cole. Respetar las normas sanitarias de la escuela no es sólo pensando en que expone a los demás al contagio, sino porque vuestro hijo o hija precisará unos cuidados que la escuela infantil no puede ofrecerle. También os digo que es importante que durante el periodo de adaptación se reincorpore al cole lo antes posible, en cuanto se encuentre bien, porque si no está todavía adaptado/a cada vuelta es volver a empezar.

No dudéis en si habéis hecho bien en escolarizarlo/a. La escuela infantil os brinda la oportunidad de ayudar a crecer a vuestro hijo, a vuestra hija. Confiad en sus profesionales, veréis cómo se va haciendo más autónomo/a, cómo inicia el camino de la socialización. Disfrutad de esta preciosa etapa en la que por momentos se está haciendo mayor..

Mocos y tos son parte de la escolarización, de su salida al mundo

Ayer se publicaba en el suplemento de Salud este artículo, colaboración quincenal con el periódico Información.

Cada consulta es distinta, porque distinto es el niño o la niña y diferentes las familias. Sin embargo el motivo de consulta, los diagnósticos y las recomendaciones que doy son a menudo muy similares.

En este inicio de curso son muchas consultas por las primeras fiebres, los primeros catarros, las primeras diarreas… en lactantes y niños de corta edad que han iniciado su escolarización.
Si es un primer hijo la ansiedad de los padres es mayor y surge la pregunta “¿vamos a estar así todo el año?”.
Pues sí. Pero vayamos por partes.

Por un lado a estas edades su sistema inmunitario, de defensa frente a los gérmenes, es inmaduro. Son por tanto más vulnerables a las infecciones. Ha nacido con las defensas que su madre le ha transferido durante la gestación, defensas que a lo largo de los primeros meses irá perdiendo. Y mientras van disminuyendo las que ha recibido de la madre su sistema inmunitario va madurando.

Por otro lado, por el contacto estrecho entre ellos en la escuela se facilita la transmisión de enfermedades infecciosas. En su primer año de escolarización van a sufrir el “bombardeo” de gran cantidad de gérmenes, en su mayoría virus. Afortunadamente la gran mayoría de estas enfermedades serán procesos banales, sobre todo catarros de vías altas.

Mocos y tos forman por tanto parte de la escolarización, como a mí me gusta llamar, de su salida al mundo. Deja el ambiente familiar en el que ha estado más protegido y se pone en contacto con muchos niños, niñas y adultos.

Los catarros se transmiten por las gotas que expulsamos con la tos, los estornudos, con los mocos… en un aula por mucha higiene que haya, por mucho lavado de manos que hagamos es muy difícil controlar que no se produzca la transmisión de los virus. Se tocan, se besan, comparten juguetes, los chupan…Además la escolarización coincide con la época del año en la que hay más virus, el otoño-invierno.

Son más de 200 virus los que provocan los catarros, sobre todo serán rinovirus. En los meses de invierno pueden ser hasta dos procesos catarrales al mes. A esto hay que añadirle la duración de los mismos: unos 7-10 días a estas edades. Como el periodo de incubación del resfriado común es corto, sólo 2-4 días, si terminando el proceso entra en contacto con otra fuente de infección, otro niño con otro virus, es probable que el final de su catarro se solape con el inicio del siguiente. El intervalo libre de enfermedad es, en estas condiciones, difícil de apreciar.

Suelo decir que observéis si cuando ya va estando mejor del catarro, aunque todavía tenga moco y tos, inicia estornudos, ojos llorosos, moco “como agua”, transparente, está más molesto y a veces también con fiebre… es el inicio de un nuevo proceso y por tanto empezamos a contar de nuevo los días de evolución de este nuevo catarro: otros 7-10 días.

Entiendo y es lógica vuestra preocupación cuando planteáis si tantas infecciones son el inicio de una enfermedad crónica o puedan ser la manifestación de una alteración de su sistema de defensas. Pero no lo es. En realidad es la expresión del proceso normal de maduración del sistema inmunológico.

Como sabéis los catarros se curan solos. Aliviarle los síntomas para que los vaya pasando lo mejor posible. Utilizar paracetamol o ibuprofeno con sentido común, si tiene fiebre o está molesto. Hacerle lavados nasales, limpiar mocos y aliviar la tos ofreciendo líquidos.

Así que mucha paciencia y mirad a los catarros con otros ojos: vuestro hijo o hija se está inmunizando.