La piel del recién nacido

bebe risa
Un niño es mirado por sus padres, en las primeras horas de vida, de forma cuidadosa, con detenimiento, intentando confirmar que ha nacido sano, espantando fantasmas que han rondado a lo largo del embarazo.
¡Es tan importante cómo lo miramos!…enlazo por eso con “Las primeras semanas de vida” para recordarlo…pero hoy me detendré sólo en su piel.
Son muchas las consultas, sobre todo si es el primer hijo, por “problemas” de la piel del bebé, por ello veamos una serie de lesiones que se resuelven espontáneamente y que son motivo de preocupación para muchos padres.

En el primer día de vida es frecuente la cianosis de las manos y pies, es decir, que presentan un color azulado. En ocasiones, en las presentaciones de cara o de frente, estas zonas también pueden presentar esa coloración cianótica, azul.

Son muchas, porque sobre todo son niñas, las que presentan manchas rosas en párpados superiores en la línea media del entrecejo y en la nuca; se producen por dilatación de los capilares de la piel, se denominan “beso del ángel” o “mordisco de la cigüeña” y desaparecen a lo largo del primer año de vida, el de la nuca se va ocultando con el crecimiento del pelo. Son los hemangiomas capilares.

A veces aparece el denominado eritema tóxico, que es una erupción que aparece a los 2-3 días con manchas rojas con una zona más elevada, pápula, blanquecina en el centro, que van apareciendo y desapareciendo, por eso también se las ha denominado urticaria neonatal, y predominan en el tronco pero pueden extenderse por toda la piel.

Otra de las lesiones muy frecuentes son pequeños granos blancos, puntifomes, como cabeza de alfiler o más pequeños que están en la naríz y en las mejillas: se denomina milia.

Las manchas mongólicas son manchas de color azul-negro que se observan en la base de la columna y en los glúteos; su nombre suele asociarse al Síndrome de Down pero nada tiene que ver, recibe el nombre porque se da en el pueblo mongol, también es frecuente en recién nacidos de origen afrocaribeño. Desaparecen lentamente en los primeros años de vida y aunque causan alarma en los padres, porque recuerdan a los hematomas, carecen de cualquier significado patológico.

En la cabeza puede llamar la atención una zona hinchada y blanda al palpar, que corresponde a la zona de presentación de parto y que denominamos caput succedaneum; se resuelve en pocos días.

La hemorragia subconjuntival es causa de alarma y tampoco tiene significado patológico: es la aparición de sangre roja en el “blanco de los ojos”, son hemorragias producidas en el parto.

Por último, tanto en niños como en niñas, a veces, las mamas están aumentadas de tamaño y a lo largo de los días van disminuyendo hasta normalizarse. Por la misma causa, en las niñas, puede observarse un pequeño sangrado vaginal o una secreción blanquecina.