¿Llevamos a nuestr@ hij@ a la escuela infantil?

Hoy el periódico Información de Alicante, en un suplemento extra dedicado a la escolarización infantil, publico el siguiente artículo:

En las próximas semanas abrirán el plazo de preinscripción muchas escuelas infantiles y llega el momento de tomar la decisión: ¿llevamos a nuestr@ hij@ a la escuela infantil?.

Una de las primeras decisiones a las que, como padres, nos enfrentamos es la de cuándo escolarizar a nuestr@ hij@. Y es difícil.
Cuando los padres me plantean esta pregunta suelo contestar: “depende”. Y es que depende de muchas cosas.

La escolarización en los primeros meses suele estar determinada por la incorporación de la madre al trabajo, ¿qué hacemos?. Buscar a una persona que le cuide, desconocida de entrada, crea también inseguridad; el papel de los abuelos, es mi opinión, es el de estar ahí para situaciones puntuales, no cargar con esa “obligación” por muy atractiva que sea. La escuela infantil es una opción razonable.

Más adelante, cuando el niño tiene entre uno y dos años, también se plantea la escolarización por el trabajo de los padres o porque “es que necesita a otros niños”, “es que en casa se aburre”…
¿La necesidad es del niño o es de los padres?, y no lo planteo para culpabilizar a nadie, es legítima la necesidad de apoyo en la escuela infantil en los duros primeros años de crianza, sólo pretendo una mirada real a las necesidades del niño; precisamente hace unas semanas se publicaba en el suplemento de salud un artículo sobre las necesidades infantiles y empezaba por las necesidades y cuidados básicos: comida, descanso…, seguía por unas necesidades asociadas al desarrollo psicosocial, es decir, necesidad de lazos afectivos estables, incondicionales y continuos, estos lazos afectivos estables suponen también cubrir la necesidad de estructura: estabilidad de personas que le cuidan, de espacios, horarios… más adelante necesidad de límites, de normas, de hábitos. El niño necesita ser aceptado, debe recibir gestos y palabras que creen a su alrededor un verdadero espacio afectivo de aceptación. El niño tiene necesidad de estímulo, más bien hambre de estímulos al igual que tiene hambre de alimentos. Y podemos terminar este resúmen con las necesidades sociales, que serán satisfechas en la medida que los adultos faciliten su autonomía, apoyen sus capacidades y les animen a ser responsables…
En un entorno familiar las necesidades del niño deben estar cubiertas sin necesidad de acudir a la escuela infantil, pero también una escuela infantil, con instalaciones adecuadas, con un buen proyecto educativo y profesionales capacitados cubrirán las necesidades del niño. Es más, la escuela puede ofrecer una ayuda inestimable a los padres en la educación de sus hijos, asesorándoles en hábitos, comida, sueño, límites…
Y por último hay que asumir que su salida tan temprana al mundo va a suponer exponerlo a procesos infecciosos de repetición dada la inmadurez de su inmunidad, por lo que debe ir en las mejores condiciones, con las vacunas correspondientes a su edad administradas; y también tendrá un mayor número de procesos infecciosos el primer año, por lo que debéis tener previsto quien le va a cuidar cuando esté enfermo, porque por respeto a él, a los cuidados que precisa y por respeto a sus compañeros, para evitar el contagio, serán muchos los días que no acuda a la escuela infantil.

El periodo de adaptación (II)


2.- ¿Qué podemos hacer llegado el momento?:
* No tengáis prisa por la mañana. Aconsejo, si es posible, dejad unos días de vacaciones para la adaptación, eso facilitará que os levantéis tranquilamente y le lleváis al cole con alegría…y así podréis ir también a recogerl@, con disponibilidad de horario para su incorporación progresiva. Ésto le dará seguridad.
* Seguid las pautas que os marquen en la escuela pero seguro que también os advierten que os despidáis de él/ella, no os vayáis a escondidas, pero tampoco alargando la despedida porque vuestra angustia no os permite la separación. Tampoco entregadle con un “aquí te lo dejo”, por prisas o “porque no quiero verlo llorar”. Haced la despedida sin mentiras, con seguridad y alegría.
* Y al recogerl@ todas las muestras de cariño del mundo y permaneced un rato allí, hablad con la educadora con una sonrisa, que os vea y os sienta feliz.
* Luego a lo largo de la tarde hablad del cole, jugad.
* Y así sucesivamente a lo largo de los próximos días.
* Confiad en el equipo, hablad con los profesionales del Centro sobre dudas, cambios observados en él/ella.

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El periodo de adaptación (I)


La entrada en la escuela infantil por primera vez supone un cambio muy importante para el niño, es su salida al mundo, deja las relaciones familiares y unos espacios que conoce, donde se siente seguro, para encontrarse en otro espacio, con adultos desconocidos y con otros niños. Se siente solo, abandonado, con miedo.
Para los padres tampoco es fácil, a veces si coincide con la incorporación de la madre al trabajo tras la baja maternal la separación es más difícil y supone mucha angustia dejar al niñ@ en la escuela infantil.
Y por otro lado está la escuela, los educadores y educadoras que también han de adaptarse al niño y a su familia.
Ahora responderé a una serie de preguntas: ¿Qué podemos ir haciendo para facilitar la adaptación?, ¿Qué podemos hacer llegado el momento?, ¿Qué suele ocurrir a lo largo del periodo de adaptación?, ¿Qué supone para el niño la adaptación a la escuela infantil?.
1.- ¿Qué podemos ir haciendo para facilitar la adaptación?. Salvo en los bebés, es aconsejable:
* Que paseéis por la escuela, se la enseñéis, le vayáis hablando de lo bonita que es….si es posible entrar a verla y que la conozca.
* En casa preparad su bolsa o su mochila con lo que se va a llevar, y jugáis a prepararla, unas veces se querrá llevar una foto, un peluche, su juguete favorito…luego lo saca…al día siguiente vuelve a meterlo…y así nos estamos preparando para su salida. Siempre le hablaremos de los amigos, lo chulo del cole, con seguridad, no intentando convencerle y convencernos, simplemente ilusionándole.
* Si hasta ahora siempre ha estado con vosotros podéis dejarlo un rato con la abuela, un familiar, unos amigos, luego una tarde entera.
* Planificar con la escuela cómo realizar la adaptación; muchas tienen un modelo adecuado a la edad del niño que suele pasar por la incorporación progresiva: unos primeros días en los que se quedará pocas horas e ir aumentando el tiempo de permanencia en la escuela infantil.

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La entrada a la escuela infantil


En estos días es una consulta frecuente “estoy/estamos pensando en llevarl@ a la guardería/escuela infantil”… y tras este comentario debo indagar si es verdad que estáis en la fase de recoger información para tomar la decisión o, como ocurre habitualmente,  acudís con la decisión de escolarizarlo ya tomada y lo habláis conmigo sólo para que “avale” vuestra decisión, esperáis que os dé el “visto bueno”, que diluya las últimas dudas que tenéis, dudas que a veces planteáis intentando convencerme a mí de la decisión con frases como “necesita a otros niños, en casa está muy sol@”, “así ya estará acostumbrad@ cuando vaya al cole”, “no pasa nada si coge todos los catarros juntos”, etc.; pero incluso si ya tenéis la reserva de plaza o lo habéis matriculado, al acercarse la fecha de la entrada en el cole la angustia de la separación es mayor, las dudas vuelven, “¿hemos hecho bien?”…En estos casos, «a decisión tomada, decisión respetada», la consulta es un espacio donde hablar de esa cercana escolarización, os planteo, dependiendo de la edad del niño, cómo hacer la separación, cómo facilitar su salida al mundo y de ésto hablaré en los próximos días.
También hablamos que debéis tener previsto la persona que le cuidará la mañana que amanezca con fiebre, enfermo, que siempre ha de quedarse en casa, por respeto a él, porque tiene que ser cuidado y también por respeto a sus compañeros de escuela, para evitar, en la medida de lo posible, el contagio.

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Para la mayoría de los padres no es fácil la decisión de llevar a la escuela infantil a su hij@.
Aún cuando los padres ya tienen la decisión tomada como la mejor solución, persisten dudas, contradicciones, aparece la angustia que conlleva la primera separación, la culpa…

Empezamos con la adaptación, los llantos…y cuando parece atenuarse esta pesada carga emocional aparece la primera enfermedad: cualquier proceso febril, un catarro…y de nuevo se desata la duda: “¿hemos hecho bien en escolarizarlo?”, “¿no será muy pequeño?”, “¿vamos a estar todo el invierno así?”, preguntas que se trasladan de la casa a la consulta del pediatra.
Desde el respeto a la decisión que los padres han tomado de escolarizar a su hijo, mi posición es la de ayudarles en el periodo de adaptación, posibilitando un espacio y un tiempo donde sacar su angustia, sus dudas. Es necesario informarles que los niños pequeños son más vulnerables a las infecciones dado que su sistema inmunitario (de defensa frente a los gérmenes) es inmaduro y, además, por el contacto estrecho entre los niños se facilita la transmisión de enfermedades infecciosas. El niño en su primer año de escolarización va a sufrir el bombardeo de gran cantidad de gérmenes (en su mayoría virus) pero la gran mayoría de estas enfermedades serán procesos banales, sobre todo catarros de vías altas.
Insisto también en que respeten las normas sanitarias de la escuela infantil, pues así protegen a su hijo; en el caso de que ambos trabajen deben tener una solución buscada (abuelos, canguro…) para esa mañana que amanece el niño con fiebre y no lo llevarán. Respetar las normas sanitarias no es sólo pensando en que exponen a los demás niños al contagio, sino porque su hijo precisará unos cuidados que la escuela infantil no puede ofrecerle.

Isabel Rubio