Días pasados me realizaban una entrevista para la revista Bonding del Instituto Galene de Psicoterapia, dirigido por dos estupendos profesionales y amigos: José Zurita y Macarena Chías.
Por si os resulta de interés…
Hola Isabel, leemos en tu blog http://www.maynet.es/ que “La atención y el cuidado de niñ@s y adolescentes y el acompañar a sus padres y madres en la crianza, ocupa la mayor parte de mi tiempo,” y nos gustaría que nos ampliaras esta información, ¿a qué te refieres?
Trabajo como pediatra de Atención Primaria en un Centro de Salud, conozco a los padres desde que nace su hij@ y esos primeros años, sobre todo si es su primer hijo, están especialmente abiertos a compartir con el pediatra sus inseguridades, sus alegrías, sus miedos.
Mi papel como pediatra es acompañarles en la crianza, viéndoles cuando están enfermos, asesorando en los problemas que se presentan en “el crecer”, que conozcan las etapas por las que pasa su hij@. También ayudándoles a aceptar a su hij@ como es, no el ideal imaginado, el real.
Como ya voy siendo mayor algunos de “mis” padres han sido niños “míos”, ya voy por la segunda generación y es muy gratificante.
A lo largo del tiempo va creándose un clima de confianza con la familia y cuando el niño ya es mayor tiene una relación conmigo “de toda la vida” y es más fácil la comunicación. Y decía que ocupa la mayor parte de mi tiempo porque algo dejo para la docencia, de médicos-residentes de Medicina Familiar y Comunitaria y de Pediatría, y para otras actividades en prensa o en la red.
¿Son todos los niños iguales?
No. Cada niño es un mundo, como diferente es cada familia. En la primera visita, que suele ser en la segunda semana de vida, ya podemos observar que cada bebé es diferente y luego está la interrelación con los padres, cómo se van a adaptar unos a otros. Son muchos hilos los que se mueven.
Por ejemplo con la alimentación, que es un tema que las pautas están más o menos establecidas, también hay que individualizarlas, dependerá de su curva de crecimiento, de su facilidad a adaptarse a los cambios…y lo mismo con cualquier otro aspecto de la crianza.
¿Cómo es el paso de la infancia a la adolescencia?
La pubertad llega con cambios vertiginosos en lo físico y en ese cuerpo cambiante hay también un bullir emocional… un despertar al mundo intelectual, sexual, social, moral… son tantas cosas que a los adultos nos da miedo por si no sabemos manejarlo… muchos padres me transmiten sus miedos y creo que hay que mirar esta etapa, que tan mala prensa tiene, con buenos ojos.
Desde el punto de vista sanitario creo que el adolescente sigue estando en tierra de nadie, aunque hemos avanzado mucho en los últimos años. Tienen pediatra hasta los 15 años y después pasan con el médico de familia y ambos sabemos que sus consultas suelen ser más complejas, precisan de más tiempo y es una asignatura pendiente que busquemos un espacio para abordarlas, una atención accesible que responda a sus necesidades.
Yo he empezado a establecer el e-mail como otra vía de comunicación con ellos, tienen mi correo y la confidencialidad pactada.
¿Qué información básica necesitan conocer los padres para poder acompañar a un adolescente?
La etapa escolar es generalmente tranquila, suelen estar aceptadas las normas y, salvo que haya problemas de aprendizaje o surjan otros problemas (como, por ejemplo, divorcios problemáticos de los padres), va transcurriendo con normalidad sin que parezca necesario dedicarle más horas a nuestro@s hij@s. Pero no es así: precisamente porque la relación y la comunicación es buena, es vital establecer a lo largo de estos años una relación estrecha con ell@s, actividades juntos, hablar… tiempo de “estar”. Estamos sentando las bases para la siguiente etapa.
Como siempre para entender lo que le pasa a un hij@ hay que conocer la etapa por la que está pasando; en el caso de la adolescencia podemos recordar la nuestra (no hace falta recurrir a muchos manuales, aunque también vienen bien) saber lo que le está pasando para entenderl@ y realizar un buen acompañar que precisa cariño y límites o dicho de forma parecida: amor y autoridad, y aquí decimos que también mucha mesa camilla (es decir negociar).
¿Qué opinas sobre la expresión emocional de los niños y adolescentes?
En los niños es natural la expresión de las emociones y según seamos los padres iremos limitando o prohibiendo unas y favoreciendo la expresión de otras. De la mirada de un hij@ no nos podemos esconder, hablemos de emociones o de otros aspectos, no podemos engañarles y nos ven tal y como somos.
Por otro lado también veo en consulta problemas “orgánicos” que son al fin y al cabo somatizaciones, la expresión de emociones, y el más frecuente con diferencia es el dolor abdominal, sobre todo en la etapa escolar y en la preadolescencia.
¿Qué les podrías aportar a los padres sobre cómo acompañar a sus hijos en la expresión de sus emociones?
Primero mirarnos. Somos en general analfabetos emocionales, así que hay que empezar por ponerle palabras a lo que sentimos, nombrarlo, reflexionar acerca de como nos manejamos en el terreno emocional. Un hijo es una oportunidad para mirarnos, la mejor escuela para aprender sobre nosotros mismos.
Siendo por tanto conscientes de que somos el modelo del que se empaparán nuestros hij@s, seamos naturales, expresemos sanamente las emociones. Les suelo animar a que si están alegres, por ejemplo con el nacimiento de otro hijo, que se les note la alegría, que no vayan disimulándola como a veces ocurre delante del hijo mayor; si hay una pérdida, que no se escondan para llorarla pues les están dando permiso para expresarla también ellos.
¿Qué opinas sobre la comunicación entre padres y adolescentes?
Es fundamental lo que os decía: si no me he currado la comunicación con mi hijo en los años anteriores difícilmente podré hacerlo cuando esté en plena adolescencia porque ahora se cierra a sus padres.
¿Cómo podría mejorar esta comunicación?
Mejorarla es estar ahí, en disponibilidad; si es posible al menos una comida al día realizarla juntos, sin tele ni teléfonos, alguna actividad común aunque sea una vez a la semana (un deporte para practicar o ver juntos, ir al cine…) son oportunidades para hablar, para estar cerca.
Tú también eres madre ¿has tenido algún momento de confusión o de no saber qué hacer con tu hija?. Y ¿cómo lo has resuelto?
La crianza de Ana ha sido fácil, recuerdo la etapa de 2 años, los terribles 2, que terminaba agotada físicamente, no paraba, vivió esa etapa “NO” con energía y como es una etapa que podemos decir que es una adolescencia en pequeño, pensé menuda me espera… pero no, la llevamos muy bien.
Es verdad que duele a días su mutismo, saber que ya no eres la estrella que más brilla de su universo, pero soy consciente de que hay que dejarlos volar y es hermoso también esta etapa de ver cómo levantan el vuelo.
¿Qué les dirías a una pareja que está planteándose la posibilidad de ser padres?
Que es el mejor de los proyectos. Que se ilusionen… que empiecen a crearle un espacio entre ambos (no sólo físico en la casa) y que hablen… de los cambios que supondrá en su vida, de los fantasmas que también surgirán… pero sobre todo, repito, que se ilusionen… es el proyecto vital más hermoso y profundo que una pareja puede decidir vivir.