Es tiempo de regalos
Hoy en el Suplemento de Salud del periódico Información publico el siguiente artículo, con él mis deseos de un ¡Feliz Año Nuevo!
Ha llegado diciembre con su Navidad y, sobre todo en las casas donde hay niños, un ambiente festivo que contagia. Son fechas en las que, en nuestra cultura cristiana, vienen los Reyes Magos en esa noche mágica para los más pequeños que es el 5 de enero. Poco a poco se nos ha ido colando Papá Noel y coexisten en armonía sumando regalos, más que optando entre uno y otro, como una raíz más de esta sociedad de consumo que vivimos.
En cualquier caso vienen cargados de regalos, quizás este año la situación económica también alcance a sus Majestades y repartan algo menos; ya saldrán los datos en la prensa y nos enteraremos de la factura de este año, lo que ha repercutido la crisis en el cargamento que portan los camellos o el trineo, pero regalos seguro que tendremos, sobre todo si nos hemos portado bien.
Soy una firme defensora de escribir la carta a los Reyes Magos o Papá Noel porque el ejercicio de escribirla sirve de reflexión, es una toma de conciencia para el niño, como para los adultos, acerca de su conducta, de su comportamiento, de sus méritos. Luego la incertidumbre de lo que vendrá, la espera, el misterio, la ilusión… todo ello estimula su imaginación y forma parte de la magia de la Navidad y además es una espera educativa, sobre todo en nuestra sociedad en la que estamos acostumbrados a recibir la gratificación rápidamente, a la no valoración del esfuerzo. Tienen además un valor añadido esas cartas, pues formarán parte de la historia de nuestro hijo, ¡cuánto he agradecido que mis padres guardaran alguna de las que escribíamos mis hermanos y yo siendo niños!.
Y, ¿qué regalos son los más recomendables?, ¿hay que hacer regalos distintos por sexos?, ¿regalos que sigan controles de calidad y sean seguros?, ¿qué dicen los “expertos”?, ¿hay que hacer una clasificación por etapas o hay regalos que sirvan para todas las edades?, ¿qué regalos son los que necesitan los niños de hoy?.
Los niños de hoy, como los de siempre, necesitan regalos “de los que no cuestan dinero”, cajas llenas de besos y abrazos, cajas llenas de achuchones, de “te quieros”, de miradas de “puedes contar conmigo”, cajas llenas de risas, de respeto, de caricias, cajas llenas de tiempo para compartir, de relación exclusiva, cajas con actividades para hacer juntos y que creen complicidades, cajas llenas de “eres importante para mí”, también cajas para ayudarles a meter los miedos, los malos sueños y, cómo no, cajas llenas de agradecimiento, del valor de dar y no sólo recibir, de cómo aprender a ser responsables en sus derechos y en sus deberes y cajas muy grandes llenas de solidaridad.
Y, lo mejor de todo, son un regalo mutuo, son también los mejores regalos que, como padres, podemos recibir.
Las primeras semanas de vida
No sé si porque inicio este camino, que es como salir al mundo, o porque después de muchos años volvemos a criar en la familia, que quiero dedicar mi primera entrada a hablar del nacimiento del hijo o de la hija, a sus primeras semanas de vida.
Ha nacido, vemos su cara, su cuerpo, pero tiene ya muchos meses de vida, ha recorrido un largo y complejo camino biológico, de cambios incesantes y ha pasado por la experiencia más importante y traumática de toda su vida: el parto.
Y mientras la gestación ha ido avanzando otros cambios se han estado produciendo en el mundo exterior que le espera, expectativas de cómo será, temores, ilusiones…preparamos su espacio físico en la casa, su ropa, su cuna… y también le hemos dado un espacio en nosotros.
Con el nacimiento su presencia es por fin concreta y ahora se iniciarán otra serie de cambios en la pareja, si es un primer hijo y en todos los miembros si es que se amplía la familia.
Pero miremos al niño, ¿qué necesidades tiene en estas primeras semanas de adaptación al mundo?. Nacemos en total dependencia y tendremos que cubrir sus necesidades básicas: alimentarle, limpiarle, cuidar de su seguridad…¡es obvio!, pero si le alimentamos cuando pide, si atendemos su llanto, si lo tenemos en contacto piel con piel, si nuestros cuidados son con amor, si mantenemos un clima confortable, cálido, se sentirá protegido, aprenderá a confiar en nosotros, a confiar en el mundo, estará construyendo la base de toda seguridad futura, una base sólida para crecer.
Isabel Rubio.