Una de las cosas que más nos preocupan, a padres y madres, es cómo desarrollar unos hábitos cotidianos saludables en los hijos.
En las conferencias y talleres con familias me preguntan a menudo qué podemos decirles a las criaturas para convencerlas que deben ir a dormir temprano. Muchos padres y madres recurren a justificaciones más o menos típicas como: “tienes que ir porque cuando eres pequeño necesitas dormir más horas, porque si no mañana te costaré mucho levantarte o te dormirás en la escuela, o estarás muy cansada y no rendirás bien…” Todos esgrimen argumentos coherentes y de peso que, no obstante, no siempre funcionan.
A veces, probablemente sin darnos cuenta, tratamos a las criaturas como si fueran un poco bobas. Algunas de las explicaciones que les damos son de lo más simples, como si no pudieran ir más allá de lo evidente. Pero resulta que su potencial es bastante mayor de lo que pensamos. A menudo son capaces de captar el significado de palabras que desconocen y de entender en alguna medida ideas y conceptos que todavía no saben.
A partir de los 5 y 6 años podemos explicarles a las criaturas que nuestro cerebro, para aprender, tiene que hacer unas conexiones que se llaman sinapsis, y que estas sinapsis solamente funcionan bien si descansamos suficiente, es decir, las horas necesarias. Recuerdo con ternura mis hijos con cara de pensar que debe de ser un fastidio que no te funcionen “las sinapsis” y yéndose a dormir convencidos que hacían un gran bien a su cerebro.
Los niños y las niñas pueden comprender y admitir perfectamente explicaciones científicas sencillas, incluso algún término técnico que les resulte desconocido. No tan solo las pueden admitir, si no que, además, les ayuda a aprender, a la vez que hacen posible una comunicación más rica, creativa, eficaz y divertida.
Eva Bach, escritora y pedagoga, aporta reflexiones sobre la comunicación entre padres e hijos a partir de una frase que nos ayuda a educar.
El artículo original está escrito en catalán y lo ha traducido Cristina Sanz.
Quizás también te interese:
Estoy enfadada pero te quiero igual
Ser capaz de decir «Sí, mamá»; una conquista
Estoy contenta cuando venís y cuando marcháis