Ya hablamos en una primera parte: Displasia del desarrollo de la cadera, que la exploración desde el nacimiento es el método para su diagnóstico. Enlazo con las recomendaciones que se aconsejan en una buena práctica de la pediatría, y que todos los pediatras seguimos, en relación a la detección de la enfermedad displásica de cadera.
Pero además estamos obligados a pedir por criterios de riesgo:
Si es una niña y parto de nalgas se debe realizar ecografía tras el primer mes de vida (entre las 4 y 8 semanas) aunque la exploración sea normal.
Si es una niña y hay antecedentes familiares de displasia se debe realizar ecografía tras el primer mes de vida (entre las 4 y 8 semanas) aunque la exploración sea normal.
¿Y qué pasa con los varones que han nacido de nalgas o hay antecedentes familiares de displasia?: se aconseja reexploración de la cadera a las 2 semanas pero también está aconsejada la ecografía, lo que nos lleva habitualmente a pedirla.
En segundo lugar ante la exploración clínica dudosa o patológica:
Ante la sospecha de alteración tras la exploración clínica, en cualquiera de los controles de salud en los primeros meses de vida, realizamos una ecografía de caderas y en niños de más de 3 meses se realiza una radiografía. Si tras estos exámenes persiste la duda o bien se confirma, se envía al niño al especialista.
En algunos países se hace la ecografía de cadera a todos los recién nacidos, dado que sólo con la exploración física en un porcentaje pequeño puede pasar desapercibida, pero esto supone un coste económico importante y además no descarta que en el desarrollo de esa cadera haya problemas futuros, por lo que debemos seguir vigilantes.
No obstante tenemos muchas ocasiones para su diagnóstico: en todas las exploraciones rutinarias del bebé la exploración de la cadera se realiza al final, porque es la más desagradable para el niño, y ante la sospecha clínica procedemos a pedir la ecografía, ésta parece ser la actitud más razonable. A partir del 6º mes la mejor prueba para descartar displasia es la radiografía.
En cuanto al tratamiento, sólo comentaré que el uso del pañal múltiple para mantener las piernas más abiertas no se recomienda por carecer de utilidad terapéutica. El especialista, según edad, recomendará un tratamiento ortopédico o, si el diagnóstico es tardío, tratamiento quirúrgico.