Juntos por una Internet mejor

Publicado en el diario Información 

El pasado 8 de febrero se celebró en todo el mundo el Día de Internet Segura. Este año, con el lema “Juntos por una Internet mejor”, pone el foco en la seguridad y en el uso responsable.

No puedo dejar pasar esta oportunidad para reflexionar sobre cómo estamos educando en el uso de las pantallas. Hoy por hoy recae totalmente en padres y madres la responsabilidad de educar, de guiar a sus hijos e hijas en el buen uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). No podemos mirar a otro lado, las pantallas están aquí y son otro aspecto en el que tenemos que educar.

Para educar hay que implicarse, sentirnos responsables de la educación, ser coherentes, comprometernos… por tanto hay que dedicarle tiempo. Y en la educación en el buen uso de las TIC obliga además a formarnos; requiere una puesta al día constante para acompañar a nuestros hijos e hijas. No podemos permitirnos dejarlos huérfanos en este terreno, sin nadie que les guíe y proteja.

¿Cuándo empezamos la educación en las TIC?
Educamos desde que nacen. En la medida en que se sientan queridos incondicionalmente, que atendemos sus necesidades, estaremos cimentando la autoestima. Después vamos educando en valores y en habilidades para la vida. Todo lo que hagamos valdrá para la vida digital, porque la vida digital es real. Y educamos con cariño y normas, ejerciendo una autoridad afectiva.

Es un tema amplio, por eso me centraré en los primeros años de vida.
Aunque hace falta más investigación, los estudios realizados hasta ahora hablan del impacto que la exposición a pantallas tiene en la primera infancia. En un estudio realizado con 2400 niños y niñas canadienses a los que se siguió desde el nacimiento hasta los cinco años, mostró que cuanto mayor era el tiempo pasado delante de pantallas, más retraso en alcanzar hitos del desarrollo; se valoraban cinco aspectos: comunicación, habilidades motoras, resolución de problemas y habilidades sociales. Lo vamos viendo en consulta. Y hay más: mientras los beneficios del uso de pantallas a edades tempranas son muy limitados, el riesgo de adicción es alto. Un problema en aumento.

Desde bebés el móvil, la tablet, el ordenador o la televisión forman parte de su paisaje cotidiano y a menudo, pasan tiempo ante sus pantallas. La voz de los expertos aconseja retrasar al máximo su uso; el niño pequeño debe interactuar con el adulto y sus iguales, va aprendiendo el mundo en esas relaciones, en el contacto con el mundo real; debe aprender que todo no es inmediato y a manejar tiempos de espera.

Las recomendaciones sobre el tiempo de pantalla que hacen juntos los Ministerios de Sanidad y Educación son: no uso de pantallas en menores de 2 años. Limitar a menos de una hora al día hasta los 4 años, con contenidos adecuados al nivel de desarrollo, programación de alta calidad y con el adulto presente, que sea un tiempo compartido para ayudarles a discernir lo que están viendo. La OMS también recomienda nada de pantallas en menores de 2 años y un máximo de una hora al día entre los 2 y 5 años.
La Academia Americana de Pediatría de Estados Unidos recomienda evitar el uso de pantallas para los menores de 18 meses, salvo para “comunicarse” con familiares que están lejos. Entre 18 y 24 meses uso siempre en compañía de los padres. Entre 2 y 5 años una hora al día de contenidos de calidad. La Asociación de Pediatría Canadiense habla más acertadamente de “consumo de medios digitales”: No consumo de pantallas en menores de 2 años. Iniciarles, en tiempo compartido con el adulto, en el entretenimiento-aprendizaje, porque a estas edades ambas cosas van unidas. Nunca una hora antes de irse a la cama.

Siendo los padres y madres responsables de esta crianza digital, también es necesario aumentar la conciencia social y política respecto al uso de las TIC en menores, legislar para proteger a la población infantil y juvenil, la más vulnerable y exigir un comportamiento ético a la industria.

Para terminar os dejo el Decálogo para un Buen uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.