Hoy acude a consulta Rubén, un niño de algo más de 2 años; consulta por estreñimiento. Desde este verano, que le quitaron los pañales, se niega a sentarse en el orinal para hacer caca y observan que tiene una conducta “rara”, se pone rojo, cierra piernas y se esconde tras un sillón…esa situación se repite en muchas ocasiones cuando está en casa, a veces en el parque… sólo tras 3-4 días persistiendo en que se siente en el orinal logran que haga una deposición, “y otras veces le he puesto el pañal después de bañarlo y así sí hace”, siempre es dura. He acordado en ampliarles la información desde aquí.
Ésta es una consulta muy frecuente a esta edad, es “el estreñimiento de los 2 años”, es el paso por la fase retentiva del control de esfínteres que para algunos niños es más dificultosa.
Para aclarar conceptos, hablamos de estreñimiento cuando las heces son duras y secas y habitualmente la frecuencia de la defecación es menor de 3 veces por semana o pasa más de 4 días sin defecar y cuando lo hace es, a menudo, dolorosa. En el estreñimiento habitual el niño o el adulto quiere hacer la deposición pero no puede; pero en este caso el niño nota las ganas pero no quiere hacerlo, por eso “aprieta el culo para que no salga”.
La base de este “estreñimiento de los 2 años” no es tanto la alimentación pobre en residuos o a base de lácteos (que también contribuirá), es un mal aprendizaje del control, el niño no ha interiorizado todavía que debe hacer la caca en el orinal como le proponen mamá y papá, se resiste a hacerlo. Además al ir estreñido puede que la defecación sea dolorosa, puede provocarle alguna fisura anal (observaremos estrías de sangre en las heces) y el círculo vicioso ya está en marcha: asocian la defecación con el dolor y entonces retienen aún más las heces.
Quitar el pañal para hacer la caca en un lugar determinado es un aprendizaje social que el niño acepta para complacernos al fin y al cabo. Y este es un estreñimiento que empieza por negarse a hacer lo que le hemos propuesto, pero si se prolonga en el tiempo entramos en el círculo vicioso que os decía: estreñimiento – defecación dolorosa – más estreñimiento, pues ahora al notar que tiene ganas de hacer caca se negará aún más porque sabe que va a tener dolor.
El estreñimiento grave puede llegar a producir encopresis (evacuación involuntaria de las heces): el niño retiene las deposiciones, lo que provoca una pérdida del tono muscular en el intestino, y como consecuencia va teniendo escapes de heces a lo largo del día, va manchando constantemente pero no llega a hacer una deposición bien hecha.
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