Por una infancia feliz

Publicado hoy en el diario Información

Estamos en diciembre, a las puertas de la Navidad, un tiempo que sabe a infancia, que huele a hogar.
Es también tiempo de regalos. Aquí os dejo el mejor de los regalos para vuestros hijos e hijas. Como todos los buenos regalos, no cuesta dinero.
¡Ábrelo!.
Aquí encontrarás diez claves para una crianza saludable, para una infancia feliz:

  • Aprovecha cualquier ocasión para demostrarle a tu hijo o hija lo importante que es para ti. Exprésale tu amor incondicional a cualquier edad.
    Desde que nace se empapa de la melodía de tus palabras al hablarle, al cantarle; de la expresión de tu cara, de tu sonrisa, de tus gestos; de cómo lo/a besas, abrazas, acunas, acaricias… más adelante exprésale también tu amor valorándole/la, animándole/la, apoyándole/la, acogiéndole/la… y cuando llegue la adolescencia aún necesitará más que le/a mires y hables con amor, que oiga lo importante que es para tí, que confías en él/en ella, que le respetas… animándole a que construya sus alas para volar y que sepa que siempre serás el puerto donde puede refugiarse.
  • Cuida de su salud y educa en que adopte unos hábitos de vida saludables en alimentación, actividad física, sueño, higiene, salud digital… y en salud emocional. No olvidemos que somos su modelo. Facilita su autonomía: que aprenda a cuidarse física y emocionalmente.
  • Dedícale tiempo a diario. Procura que ambos tengáis tiempo libre para estar juntos; tiempo compartido… para que se sienta mirado/a, escuchado/a… hacer actividades juntos, jugar, hacer deporte, salir a la naturaleza… tejer complicidades. Un tiempo de disfrutar del placer de estar juntos. Necesita un padre, una madre presente y disponible.
  • Educa con cariño… y normas. Con amor… y autoridad. Elogia lo que hace bien y también los esfuerzos por intentarlo. Ponle límites porque se necesitan para sentirse seguro/a, normas que pueda y deba cumplir: pocas, claras y adaptadas a cada edad. Enséñale lo que está mal, sin violencia, castigo ni humillación.
  • Estimula y apoya su aprendizaje. Fomenta su autonomía desde pequeño/a empezando por las actividades cotidianas, como vestirse, lavarse o comer. No le des todo hecho. Es bueno que poco a poco vaya teniendo sus responsabilidades.
  • Escucha y dialoga con tu hijo/a desde pequeño/a. Muestra interés por su mundo, conoce las etapas de su desarrollo para entender los cambios normales de cada edad. Acéptalo/la y valóralo/la como es: único/a, diferente a los demás.
  • Trasmítele seguridad, tranquilidad, confianza. Ayúdale a quitarse los miedos, a entender sus propias emociones.
  • Déjale/la ser niño/niña. No le hagas partícipe antes de tiempo de las preocupaciones de los adultos. Pero no le ocultes los hechos importantes de la vida. Enséñale y ayúdale a entender que la enfermedad, el dolor o la muerte existen y forman parte de ella.
  • Favorece las relaciones con la familia, necesita sentir que tiene una familia, que pertenece a ella. En caso de que os separéis como pareja, no olvidéis que vuestro/a hijo/a sigue teniendo su familia paterna y materna, ambas son “su” familia.
  • Favorece que tenga amigos/as. Conócelos/as. Los buenos amigos/as son una magnífica red de seguridad en la vida. Enséñale habilidades para la vida como la empatía, la comunicación asertiva o el manejo de problemas y conflictos… le serán de gran ayuda.

Y para terminar dos cosas más:
Los/as hijos/as necesitan unos padres/madres que cultiven la alegría, la serenidad, la ternura, el sentido común y que confíen en la vida. Sois el espejo en el que se miran.
El tiempo que le dediques, la educación y los valores que le trasmitas serán tu mejor herencia.

Basado en el Decálogo para una infancia feliz de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.