Vamos a hablar de alimentación (cont.)

Hablaba el pasado 21 de enero de la famosa primera pirámide de alimentos publicada en 1992 por el Ministerio de Agricultura de EEUU (USDA), seguro que al diseñarla no sabían el éxito de la imagen y la repercusión a nivel mundial que tendría. Ellos marcaron lo que se consideró durante muchos años lo que se debía comer.
Aún hoy son muchos los poster que adornan consultas, escuelas…y en bastantes foros (por ejemplo he estado estos días mirando por internet) sigue siendo dogma el número de raciones de cereales, frutas, etc que propugnaba esa primera pirámide.
Pues bien, en el protocolo de la pirámide original figura el compromiso de revisarla y actualizarla, de acuerdo a los avances científicos, cada 5 años, pero no es hasta el 2005 cuando publican una nueva. Para entonces ya llevábamos muchos años de evidencias a favor de un tratamiento más justo hacia ciertos tipos de grasas y en contra de ciertos tipos de carbohidratos, por ejemplo.

Pero antes de la publicación de la nueva pirámide del Ministerio de Agricultura estadounidense en el 2005 tengo que hablar de otros modelos, eso sí, que siguen manteniendo “las formas”:
En primer lugar, ya en 1995, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) había hecho otros intentos por adecuarse a una dieta más racional, pero dejo la última, del 2004, en la que incluye también al aceite de oliva, vino y cerveza:

En el 2001, Samuel Walter Willet, del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Harvard, muy crítico con la pirámide del Ministerio de Agricultura de EEUU, publicó una pirámide nutricional alternativa que recogía las evidencias científicas publicadas hasta el momento. En la base el ejercicio físico y control de peso. Después especifica y habla de cereales de verdad integrales, de bajo índice glucémico (*) y que nos proveen de abundante fibra, junto a grasas poliinsaturadas de aceites vegetales y semillas/frutos oleaginosos. En segundo nivel sigue estando la fruta y la verdura, frutos secos y legumbres. En el tercer nivel pescado, huevos y carnes magras. En el cuarto lácteos, concediéndole menos importancia, incluso habla de suplementarlo. Y por último en el vértice mete los azúcares, carnes grasas, mantequilla junto a alimentos que en la primera pirámide del 92 estaban en la base, como son: arroz blanco, pan blanco, patata, pastas y bollería. En el 2003 publica “Reconstruyendo la pirámide nutricional” en el que documenta las recomendaciones.También se recomienda una multivitamina diaria y el consumo moderado de alcohol.
La imagen con la que termino es la pirámide de Harvard, pero en su web encontraréis más información. (Continuará).

(*) El concepto de índice glucémico de un alimento clasifica a los alimentos en función de la respuesta glucémica del cuerpo humano a los mismos. Es decir, independientemente de la cantidad de hidratos de carbono que contenga un alimento, clasifica a los alimentos según la velocidad de absorción y la respuesta glucémica que provoca.

Vamos a hablar de alimentación

Estoy preparando una charla sobre alimentación, dirigida a adultos, y me encuentro con mucha información pero tengo la impresión de que abunda…digamos la “charlatanería”. Me explico: Empezando por la pirámide alimentaria, que tanto éxito ha tenido en todo el mundo, y que resulta que fue creada en 1992 por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, ¡el Departamento de Agricultura!. Ellos marcaron lo que se consideró durante muchos años lo que se debía comer: los alimentos en la base de la pirámide (precisamente los cereales, siendo EEUU el granero del mundo) debían ser consumidos en cantidades mayores que los alimentos de más arriba.
En los últimos años han ido apareciendo variaciones de la pirámide, adoptando también otras formas, se impone la del Departamento de Nutrición de la prestigiosa Universidad de Salud Pública de Harvard, pero sigo sin leer qué estudios avalan las recomendaciones.
Seguiré estudiando y volveré sobre el tema.

Alimentación en el primer año de vida (3ª parte)

bebe comiendo

 

 

En esta tercera y última parte quiero completar lo hablado acerca de la alimentación en el primer año, siguiendo el esquema siguiente:     

definitivo
Simplifica las tres miradas, siempre interrelacionadas, con las que abordar el tema de la alimentación en el niño.
En cuanto al círculo amarillo, ¿y los requerimientos nutricionales en este primer año?, ¿y las cantidades necesarias para saber si está bien alimentado?. De entrada tenemos un dato objetivo que nos indica si está bien alimentado y es la curva de crecimiento: si un niño, una vez colocado en su canal de crecimiento en las primeras semanas se mantiene en él, la alimentación es la correcta. Habrá variaciones si pasa unas semanas enfermo, pero tras la enfermedad tiene un periodo de crecimiento rápido hasta colocarse de nuevo en su canal. Dejemos que sea él el que regule las cantidades.
Y aquí entraría el círculo naranja, es decir, el manejo de lo emocional, no sólo lo que hablaba en los primeros meses de vida: la importancia de la alimentación para la creación del vínculo, para nutrirlo emocionalmente; también hay que poner la mirada en las emociones que giran alrededor de la comida y que afectan sobre todo a la relación madre-hijo, la importancia que la madre le dé al acto de comer, o las cantidades que ella supone son las necesarias para que su hijo esté bien alimentado, o la angustia que ella puede vivir si el niño no come…

                               “La idea de no obligar al niño a comer es una manifestación de
                                                               nuestro amor y respeto por él”
                                                                                                      Carlos González. Pediatra

Y por último, como actividad diaria, estaría el aspecto de hábito y, como tal, educable (círculo verde). La comida es una más de las actividades diarias del niño, vivamos mutuamente el momento con placer, háblale mientras le das la comida y jamás forzarle a comer.

A lo largo de estos 3 capítulos hemos pasado del recién nacido al lactante que ha aceptado la cuchara, los sabores dulce, ácido y salado, la textura del puré, que sabe esperar a la siguiente cucharada sin llorar, que empieza a tener sus preferencias, que nos mira alegre mientras le damos de comer porque disfruta con la comida, que sabe decir “no”, se echa hacia atrás si no quiere más o cierra la boca.
Alrededor de los 9 meses, coordinará mano-boca y será capaz de usar las manos para coger la comida, llevarse la cuchara a la boca o beber en vaso. Aconsejamos darle la cuchara en cuanto sepa cogerla para llevársela a la boca y aunque al principio lo ensucie todo aprenderá a comer cada vez mejor y la comida será una actividad lúdica y satisfactoria.

Isabel Rubio

LA ALIMENTACION DEL RECIÉN NACIDO

LA IMPORTANCIA DE DARLE DE COMERlactancia-materna

El recién nacido duerme la mayor parte del día, en algún momento abre los ojos, se mueve…  y sigue plácidamente durmiendo. A lo largo del día tendrá despertares con llanto desgarrador por cualquier sensación displacentera, hambre, necesidad de contacto…pero a veces no está dormido ni tampoco llorando, son los momentos de la alimentación.

 

Nace con una serie de reflejos, entre ellos el de succión y el de búsqueda, que harán que rápidamente se enganche al pezón o a la tetina y calme la angustiosa sensación de hambre.

 

El momento de alimentarle no es sólo nutrirlo, es mucho más que la nutrición corporal; mientras estas dándole el pecho o el biberón estáis en contacto, le acaricias, le hablas…todo ello va creando un vínculo entre vosotros que le nutre emocionalmente (o mejor dicho: os nutre emocionalmente); también al darle el alimento, cuando llora de forma desgarrada por hambre y sin saber si alguien está ahí para cubrir sus necesidades, le estamos diciendo que puede confiar en nosotros. Por todo ello me gusta decir que la alimentación con amor en los primeros meses nutre el cuerpo y el alma del bebé.…pero además estos momentos  comienzan a conectarlo con su propio cuerpo y con su entorno, es por tanto la alimentación, durante un tiempo, el motor de su desarrollo.  

Isabel Rubio