Como cada año, el 31 de mayo es el día elegido por la Organización Mundial de la Salud y asociados de todo el mundo para celebrar el Día Mundial Sin Tabaco, cuyo objetivo es resaltar los riesgos para la salud asociados al consumo de tabaco y promover políticas eficaces para reducir ese consumo.
Este año el tema del Día Mundial Sin Tabaco 2013 es la prohibición de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco.
Coincidiendo con esta conmemoración, la Sociedad Valenciana de Medicina de Familia y Comunitaria y su Grupo de Abordaje del Tabaquismo celebra esta semana la XIV SEMANA SIN HUMO, promovida a nivel estatal por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria. Este año se desarrolla con el lema «INTÉNTALO, CONSÍGUELO Y COMPÁRTELO».
Los pediatras también queremos contribuir a la divulgación de esta semana sin humo porque los niños y jóvenes sufren directamente las consecuencias del tabaco.
Como pediatras nos planteamos tres líneas de actuación básicas:
- Una centrada en concienciar a la futura madre de los efectos nocivos del tabaco en la gestación: niños que nacen más pequeños, prematuridad… y otros efectos menos conocidos, porque día a día van saliendo nuevos estudios de las repercusiones a largo plazo, incluso efectos en la siguiente generación; por ejemplo se han visto más riesgos en los embarazos de las mujeres, hijas de embarazadas fumadoras. Es necesario por tanto insistir en el abandono del consumo de tabaco en la mujer que se queda embarazada, siendo este momento especialmente oportuno porque hay una gran motivación: quiere cuidar al hijo que lleva dentro.
- El niño como fumador pasivo: la infancia es la principal perjudicada ya que los niños no pueden evitar voluntariamente la exposición al aire contaminado por el humo del tabaco. Los padres deben saber que en el humo de tabaco hay unos 4000 productos químicos conocidos, de los cuales se sabe que, como mínimo, 250 son nocivos, y más de 50 cancerígenos para el ser humano. La combustión del tabaco origina dos tipos de humo: una corriente principal que es lo que exhala directamente la persona que fuma y una corriente lateral o secundaria originada por el cigarrillo al consumirse de forma espontánea. Gran parte del humo que inhala el fumador pasivo es generado por esta corriente secundaria (75%), que es más tóxica porque tiene una concentración de determinados componentes (nicotina, monóxido de carbono, nitrosaminas, etc) muy superior a la de la corriente principal y el tamaño de sus partículas es menor, por lo que alcanza regiones más profundas del aparato respiratorio del niño. El humo del tabaco es un carcinógeno clasificado como grupo 1, es decir pertenece a las sustancias para las que no existe un umbral seguro de exposición. Deben saber también que hay evidencias concluyentes de la relación del tabaquismo pasivo con enfermedades respiratorias agudas y crónicas como otitis o asma bronquial y con el síndrome de muerte súbita del lactante. Por eso preguntamos si los padres fuman o está en contacto con cuidadores fumadores o expuesto al aire contaminado por el humo del tabaco. También hacemos hincapié en que no existe ningún dispositivo que elimine el humo del tabaco ni sus productos tóxicos del ambiente, por eso es tan importante elegir siempre ambientes libres de humo, en casa y fuera del hogar, incluído el coche.
- Los adolescentes: todo lo anterior hay que decírselo también a ellos y hay que buscar estrategias de intervención eficaces para prevenir la adicción al tabaco entre nuestros adolescentes.