¿Todavía piojos?

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Antes se asociaba la aparición de piojos a la falta de higiene; hoy en día sabemos que es falsa esta asociación.
La infestación capilar se ha mantenido a lo largo de la historia y sigue siendo necesario conocer qué es un piojo, cómo prevenir las infestaciones y qué hacer en el caso de que éstas se produzcan.
Los piojos son insectos de 2-3 mm pero difíciles de ver por su gran movilidad, solemos observar las liendres (huevos del piojo) que son blanquecinas y están adheridas a la base de los pelos.
Hablaremos sólo del piojo de la cabeza (pediculus humanus capitis) que es el que afecta a los niños; también existe el piojo del cuerpo y del pubis que sí tienen relación con el hacinamiento y la suciedad.
El piojo de la cabeza vive alrededor de un mes y ponen los huevos a 1 o 2 mm del cuero cabelludo (de ahí que cortar el pelo a los niños cuando se infestan no tiene sentido, pues tendríamos que, prácticamente, raparles la cabeza para llevarnos las liendres). Los huevos se van separando de la raíz a medida que crece el pelo, cuanto más alejados están, más viejos e inviables son pues no tienen la temperatura adecuada para su desarrollo. Suele afectar a las personas a cualquier edad, pero sobre todo a los niños en edad escolar y más a las niñas que a los niños.
El síntoma por el que los descubrimos es siempre el picor, producido por la reacción del cuerpo a la saliva del insecto y obliga al niño a rascarse constantemente la cabeza. Tiende a afectar más la zona de la nuca y detrás de las orejas y el contagio siempre es de cabeza a cabeza, aunque también puede ser por compartir el peine, una gorra, una cinta del pelo…

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Obesidad Infantil

Cuadernos de Pediatría Social

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Tras 5 años de interrupción en su publicación, la Revista de la Sociedad de Pediatría Social vuelve a editarse, es la número 10 y se encuentra disponible desde hoy en versión digital en la Sección «Cuadernos de PS» .

La pediatría social es un enfoque sobre la salud infantil que se centra en la enfermedad y la salud del niño pero mirando el contexto social, medioambiental, escolar y familiar en el que se desarrolla el niño.
La pediatría social en España, que tiene sus antecedentes en la Puericultura Social, se inicia en 1962 con la creación de la Sección de Pediatría Social de la Asociación Española de Pediatría de forma casi paralela e influenciada por el desarrollo de la Pediatría Social en Europa.

De este número de la revista me ha gustado el artículo del pediatra Jaume Boscà Berga acerca de la IMPORTANCIA SOCIAL DEL JUEGO EN EL DESARROLLO INFANTIL. También, por la reflexión que provoca, el artículo EL COMPROMISO ÉTICO DE LAS ADOPCIONES TRANSNACIONALES EN LAS CATÁSTROFES del Dr. Xavier Allué. Por último la entrevista, corta a mi entender porque es un hombre que tiene mucho que decir, a Stefan Vanistendael, secretario del BICE (Bureau International Catholique de l´Enfance) y buen conocedor de las infancias de niños africanos y de América latina.

Gracias, desde aquí, a los pediatras y profesionales que hay detrás de la revista y especialmente al Dr. Xavier Allué por el esfuerzo y la ilusión en el blog de pediatría social.

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El destete

Cólico del lactante (tercera parte)

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¿Qué podemos hacer? ¿cuál es el tratamiento?:
No hay ningún tratamiento que se haya demostrado que “cure” el cólico del lactante. Pero hay algunas cosas que se pueden hacer cuando el bebé tenga cólicos para que estos resulten más llevaderos para toda la familia.
Siempre recomendaré no dejar que llore el bebé. Cuando alguna madre me plantea el tema de “es que lo voy a acostumbrar a los brazos” mi respuesta es que bendita “malacostumbre” y a continuación explico lo que hablamos con el tema del llanto.
Hay que repasar una serie de posibilidades como causa del llanto, con el orden que los padres quieran y con sentido común, aconsejo probar con cada una cinco minutos, si no hay respuesta pasar a otra:
Tiene hambre, quiere alimento.
No tiene hambre pero quiere succionar.
Quiere que le cojan en brazos, quiere contacto.
Puede que necesite estímulo o, al contrario, hay un exceso de estímulos sensoriales (ruidos, luz, frío, calor) que le molestan.
Está cansado, necesita dormir.
Qué otras acciones pueden ser útiles:
Mecer al bebé en la cuna suavemente; mecerse en una mecedora con el bebé en brazos; tumbarlo boca abajo sobre el regazo o sobre una bolsa de agua caliente; darle un paseo en cochecito, muchas madres comentan lo tranquilizador que es pasearle por calles empedradas pues algunos bebés responden positivamente al movimiento; darle un baño tibio; ponerle música o al contrario, colocar al bebé en la misma habitación donde está funcionando una secadora de ropa, una máquina de ruido blanco, una aspiradora o algo similar pues a algunos bebés les tranquiliza el ruido de fondo constante a volumen bajo. Hay madres que han recurrido a pasearle en el automóvil con buenos resultados.
Y sobre todo ayuda a la madre: Si estás dándole pecho no tomar café ni bebidas estimulantes. Cuídate, descansa, aprovecha cuando duerma para echarte una siesta, pide ayuda, sal de casa para despejarte, para desconectar (seguro que tienes a alguien cerca que estará encantada de cuidar un rato al bebé).

Lo más importante es saber que se trata de un trastorno benigno, que tu hijo está sano y que desaparecerá espontáneamente antes de los 4 meses de edad.

Y hay cosas que NO:
NO abandonar la lactancia materna ya que no es la causa de los cólicos, ni para “ensayar” con una leche especial para ver si mejora el llanto.
NO realizar cambios de leche si está alimentado con lactancia artificial sin consultar a su pediatra.
NO iniciar tratamiento con medicamentos sin consultarlo previamente.

Cólico del lactante (segunda parte)

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¿Cuáles son las causas?

Detrás del cólico del lactante puede haber distintas causas, entre las que se encuentran:

Que se trate de un lactante con temperamento, digamos, “más sensible” a los estímulos normales y es probable que con necesidad de sueño inferior a lo normal.

Sólo en una minoría refleja un problema específico del aparato digestivo:

Alergia a las proteínas de la leche de vaca:
 Sólo en un reducido número de lactantes encontramos la alergia a la leche de vaca como causa del cólico, de ahí que no esté justificado el cambio de alimentación a fórmulas adaptadas sustitutivas de forma sistemática. También se ha hablado de suprimir, en las madres que lactan a sus hijos, la ingesta de lácteos para ver si se observa una mejoría.

Meteorismo:
Algunos bebés con cólico del lactante tienen muchos gases, pero no está claro si el cólico está provocado por los gases o, por el contrario, los bebés con cólico desarrollen gases al tragar demasiado aire mientras lloran.O bien porque no absorben completamente la carga de lactosa contenida en la leche que toman (materna o en biberón) y esto hace que se produzca gran cantidad de gas intestinal.

Hipermotilidad intestinal: 
Suele calmar con algunos cambios de postura.

Factores hormonales:
 Niveles de una hormona intestinal pueden estar aumentados en algunos lactantes con cólico.

Reflujo gastroesofágico:
 Hay que considerar este diagnóstico cuando pasado el cuarto mes la sintomatología empeora o no mejora. Algunos de sus síntomas pueden ser: irritabilidad, rechazo al alimento y alteración del sueño al poco tiempo de la toma.

Pero si se sospechara una causa ya no estaríamos hablando de cólico del lactante, recordemos que éste es un diagnóstico de llanto, con los criterios ya reseñados en la primera parte, con normalidad cuando termina el episodio de llanto y con exploración normal, tras el cuál no hay causa aparente.
Lo mismo ocurre cuando nos encontramos con un bebé que llora y hay falta de cuidados, o un ambiente con excesivos estímulos…no estaríamos hablando de cólico.

Pero, en resumen, en mi experiencia el cólico del lactante es una VARIANTE NORMAL DEL LLANTO.
Se suele leer también en muchas publicaciones que entre las causas del cólico del lactante se citan aspectos psicosociales de los padres, por ejemplo que se trate de padres inexpertos, estados de ansiedad, depresión materna…pero en esta línea lo único que veo es que variará el manejo de la situación, no que sea la causa; se manejará mejor con unos padres que se sienten seguros, que saben que el cólico no es el resultado de una mala crianza por lo que no hay motivo para sentirse culpable, que descansan…seguiré hablando de ésto y de lo que podemos hacer, cómo tratarlo, en una tercera parte.

Cólico del lactante (primera parte)

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“No sabemos que le pasa a nuestro hijo, llora sin parar todas las tardes-noches como un reloj, siempre a la misma hora, no podemos calmarle y lo estamos pasando mal”. Cuando desnudan al recién nacido de sólo 3 semanas de vida observo a un precioso y sonrosado bebé que “está como una rosa”.
Este es el resumen de tantas y tantas consultas…pues hasta un 40 % de los bebés presentan lo que llamamos cólico del lactante.

Pero, ¿qué es el cólico del lactante?

Se define como un llanto incontrolable, sin causa identificable, más frecuente a últimas horas de la tarde, en un lactante sano entre las dos semanas y los cuatro meses de edad. Suele acompañarse de rigidez, flexión de miembros inferiores sobre el abdomen y meteorismo.
Se considera que un lactante está afecto de cólico cuando presenta: 3 horas de llanto al día durante, al menos 3 días a la semana, durante 3 semanas (criterios diagnósticos de Wessell).
Se trata de una alteración benigna y autolimitada que tiende a desaparecer espontáneamente alrededor del cuarto mes de vida. Cuando persiste más allá del tercer o cuarto mes hay que replantear el diagnóstico.
El bebé llora con un llanto desgarrador, parece que tiene hambre pero no se calma con el alimento. Cuando el episodio termina, el bebe se tranquiliza y vuelve a la normalidad. Podemos considerar el cólico como el extremo de una gama de variabilidad del llanto normal. Un bebé al segundo mes de vida llora un promedio de casi 3 horas diarias, predominantemente por las tardes y progresivamente a partir de entonces hay hay una disminución gradual del tiempo de llanto diario. Os aconsejo leer también el llanto del bebé (http://www.maynet.es/2009/10/el-llanto-del-bebe/ ).

El diagnóstico se basa en los síntomas característicos y en la exploración física del lactante, que debe ser normal. Y es independiente del tipo de lactancia (materna o artificial).

Isabel Rubio