Un poco de historia del maltrato en la infancia


Difícilmente tendremos referencias de los malos tratos sufridos por los niños a lo largo de la historia si, como escribía ayer, no hay reconocimiento de “infancia” hasta el siglo XIV. Sí hay constancia del sacrificio ritual del niño, víctima elegida para ofrenda a los dioses, en la antigüedad. También hay constancia de grandes matanzas de niños como la que llevó a cabo el rey Nimrod de Babilonia, se calcula que ordenó matar a unos 70.000 niños de corta edad, o la más conocida del rey Herodes.
Pero conociendo un poco la historia no es difícil imaginar la vida de los niños a lo largo de los siglos. En la oscura Edad Media surgen los hospicios, creados por la Iglesia, para albergar a los numerosos niños abandonados.
De la Edad Moderna, en la que se empieza a prestar atención a la infancia, en la que toma cuerpo la representación social de la niñez, nos llega a través de la novela o la pintura la cotidianidad del hambre, las palizas, el abandono…
Siguiendo a grandes rasgos la historia, la revolución industrial supuso, por la necesidad de mano de obra, una nueva forma de explotación infantil (antes sólo ocurría en el ámbito más o menos familiar), el niño trabajará en grandes fábricas, sometido a unos horarios y condiciones de trabajo por encima de su capacidad física.
Los primeros datos médico-legales de los que tengo constancia son de 1626: los resultados de autopsias de niños que sufrieron malos tratos. Dos siglos después, en 1879, se publica “Estudio médico-legal sobre las sevicias y malos tratos ejercidos sobre los niños” y se detallan los hallazgos de 202 autopsias a niños.
En 1946, el pediatra y radiólogo Caffey describe casos de niños que presentaban múltiples lesiones óseas en distintos grados de evolución y que no encajaban con enfermedad ósea alguna, lactantes con fracturas múltiples de huesos largos junto a traumatismos craneales; su discípulo Silverman sugirió que la causa podía estar en reiterados traumatismos no accidentales por negligencia o agresiones deliberadas. Pero fue en 1962, ¡hace sólo 48 años!, cuando aparece por primera vez la denominación “síndrome del niño maltratado”.

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Reconocimiento social de la infancia


Reinicio camino, vuelvo al trabajo, pero el contagio de la indolencia de agosto imprime un ritmo lento.
De las lecturas del verano he ido guardando lo que me ha parecido interesante. Y así he sabido que nuestra Europa medieval no poseía una noción de la infancia y niñez como etapas dignas de mención, los niños vivían mezclados con los adultos, no tenían un espacio propio ni un mundo a su medida, es decir, no existía “la infancia” como forma de representación simbólica. Esta reticencia medieval a considerar la infancia como una etapa de la vida digna de ser tenida en cuenta podría deberse a la altísima mortalidad infantil de la época.
¿Cuándo y cómo ha emergido una representación social de la niñez?.
Toma cuerpo el “sentimiento de la infancia” en la cultura occidental a partir del siglo XIII, por ejemplo ya aparece la figura del niño en las pinturas de los siglos XIII y XIV (más tarde, ya en el siglo XVI, aparecerá el retrato infantil). En los albores del Renacimiento la infancia se constituye en una fase de la vida humana con consistencia propia y segregada de la vida del adulto.
Estudiando la pintura vemos que a finales del siglo XVI el niño aparece ya vestido de manera “infantil” pues hasta entonces se le vestía como a un adulto. También emerge la noción social de “inocencia infantil” cuya consecuencia será la concepción moralizante de la educación que el siglo XVII pone en práctica.

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Las vacaciones son para jugar


A lo largo del curso escolar son muchos los niños que tienen una agenda tan apretada como sus padres y es ahora, durante las vacaciones, cuando pueden y podemos, disfrutar de horas de juego.
Pediatras, psicólogos, psiquiatras infantiles y maestros insistimos en la importancia del juego para la salud del niño, para su educación.
Desde bebé el niño necesita jugar, se interrelaciona así con el adulto y es el mejor estímulo en su desarrollo psicomotor; por ejemplo, el juego de la madre o padre con su hijo de menos de un año, uno frente a otro y en el que alternativamente se tapan la cabeza con una gasa, el otro se la quita y riendo descubre que sigue ahí, es un juego valioso porque está favoreciendo la seguridad del niño: su padre, madre o él mismo permanecen, aunque momentáneamente no les vea. Si vosotros lo habéis vivido sabréis lo gratificante que es también para los padres, las sonrisas que os ha regalado vuestro hijo.
Más adelante el niño jugará solo o con otros y aprenderá a no siempre ganar, a compartir, aprenderá los papeles que ha de jugar cuando sea mayor, a ser papá o mamá, a las tiendas, a los médicos… ensayará roles e irá situándose en el mundo, aprenderá a ir aceptándose, resolverá conflictos emocionales jugando o aprenderá a manejarlos, estimulará su imaginación, aprenderá a jugar en equipo, la necesidad de que existan reglas y a respetarlas, a esperar su turno, aprenderá a cooperar con otros para alcanzar objetivos, aprenderá a destacar en unos juegos y a frustrarse al ver que otros no se le dan tan bien. El juego estimulará su inteligencia, su creatividad, su lenguaje. En definitiva: le ayudará a crecer de una manera sana.
En verano sobre todo favoreceremos el juego al aire libre, que se mueva, es al fin y al cabo una forma de hacer ejercicio y por ésto sería importante que lo hiciera todo el año, aunque durante el curso y si vive en una ciudad es difícil que juegue en espacios abiertos, que aprenda a subir en bici, a patinar, o los juegos tradicionales de la calle; ahora es más fácil que juegue con iguales, primos o amigos.
También el verano es una buena época para jugar padres e hijos, hay tiempo para enseñarles el ajedrez, o juegos de mesa… es tiempo para estar cerca de ellos y vivir las horas de ocio jugando.
Evitaremos, en la medida de lo posible, el aislamiento que implican determinados juegos y también aconsejo no imponer tareas escolares durante el verano, sí estimular la lectura a cualquier edad o actividades creativas: desde bailar, pintar, escribir, montar breves obras de teatro o espectáculos que seguro deleitan a mayores y pequeños.

Las vacaciones son para jugar….y también para desconectar. ¡Hasta la vuelta!

XVIII Conferencia Internacional sobre el Sida 2010


Los países ricos, en la diana de las críticas por recortar fondos para el VIH

Se está celebrando en Viena la XVIII Conferencia Internacional sobre el Sida 2010 que ha reunido a 25.000 expertos, cooperantes y afectados por la epidemia.

De lo leído destaco las palabras del Dr. Julio Montaner, presidente de la conferencia : «Tenemos un caso de negligencia criminal por omisión que bordea el genocidio, porque si nosotros hicimos la promesa de poder parar potencialmente la epidemia (del sida), ahora resulta que los señores (de los países occidentales) dicen que no me interesa todo esto». Montaner responsabilizó directamente a los países del G-8 de la previsible caída de ingresos, por ser estas naciones las que encauzaron la creación del Fondo Mundial contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria.

La noticia positiva es el acuerdo entre ONUSIDA ( Programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida) y la Asociación STOP a la Tuberculosis con el objetivo de reducir las muertes por VIH/Tuberculosis a la mitad para 2015, lo que supondrá salvar 250.000 vidas anualmente.»La tuberculosis es el rostro de la muerte para los enfermos de VIH pobres y para todos los pobres en general», palabras del presidente de la Asociación STOP a la Tuberculosis, quien denuncia también que con sólo 25 dólares puede evitarse una muerte.
ONUSIDA calcula que una de cada cuatro muertes por el sida se debe a la tuberculosis, una «epidemia doble» que azota a las regiones más pobres de África y Asia, donde se concentra la inmensa mayoría de casos de infección por el VIH.

La revista médica «The Lancet» dedica un número especial, con motivo de dicha conferencia, a evaluar la situación de la epidemia en los usuarios de drogas: de los 16 millones de personas que se inyectan drogas en el mundo, aproximadamente tres millones son seropositivos.

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Alergia alimentaria


Hoy se publica en algunos medios:
“El Servicio de Alergología del Institut Universitari Dexeus ha puesto en marcha una nueva unidad de desensibilización alimentaria para hacer tolerantes a las proteínas de la leche de vaca y del huevo a personas alérgicas, y especialmente a los niños.
Se estima que el 3,5% de los niños españoles pueden ser alérgicos a estos alimentos, cifra que puede llegar al 6% en los menores de 3 años.”


Se conoce como alergia alimentaria al conjunto de reacciones adversas a alimentos, debidas a su ingesta, contacto o inhalación, de patogenia inmunitaria comprobada. Es pues una reacción exagerada del organismo ante un alimento que, por sí mismo, es inofensivo para las personas no alérgicas. Aclaremos ésto, las reacciones adversas a alimentos pueden ser:
1.- Alergia alimentaria: supone que con la toma de una mínima cantidad de ese alimento o ese aditivo alimentario, por mecanismo inmunitario, se produce una reacción en el organismo. La reacción no depende del alimento, no depende de la cantidad de alimento, es el niño el que es “hipersensible” al alimento.
2.- Intolerancia alimentaria: se produce una reacción en el organismo al ingerir una determinada cantidad de ese alimento al que el niño es intolerante; a más cantidad de alimento o aditivo alimentario más intensas son las manifestaciones clínicas. También aquí la reacción no depende del alimento, es el niño el que es “hipersensible” al alimento.
3.- Reacción tóxica: es la que puede ocurrirle a cualquiera, son debidas a que el alimento está mal.
Sin embargo la clínica de las tres, a veces, es parecida, pero es importante realizar el diagnóstico. Las reacciones pueden ser leves: urticaria, rinitis, conjuntivitis, diarrea, vómitos…hasta graves como broncoespasmo o muy graves: shock anafiláctico.
Los niños con dermatitis atópica tienen más probabilidad de presentar una alergia alimentaria; aproximadamente el 40 % de los lactantes y niños pequeños con dermatitis atópica moderada-grave presentan alergia alimentaria.
¿Y cuáles son los alimentos más frecuentemente implicados?: en nuestro medio son, por orden de importancia, huevo, leche de vaca, pescado, frutas-frutos secos y leguminosas.
Se ha observado un aumento de las alergias alimentarias en los últimos años aunque desconocemos las causas, pero algo en nuestro modo de vida occidental está facilitando el aumento de las enfermedades alérgicas.

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REFLEXIONANDO

            Aquí trabajo

Tengo todavía mentalidad de estudiante, siento que ha terminado el curso escolar, coincide con la disminución de la demanda y son estos días de poco trabajo los que me permiten una reflexión que este año haré en voz alta, reflexión que intenta identificar las causas del malestar que a veces siento con mi trabajo, con lo que hago, que intenta preservar mi salud y por otro lado centrarme en lo esencial que es prestar a “mis niños” y sus familias una atención pediátrica de calidad.

Ejerzo como pediatra en Atención Primaria desde hace 21 años, los últimos 15 en el Centro de Salud de Almoradí. Elegí trabajar en el ámbito extrahospitalario, entre otras razones, porque viví el inicio de la reforma de Atención Primaria, llegaban los aires de la declaración de Alma Ata, el cambio que suponía la atención a los niños no sólo en el aspecto asistencial a sus enfermedades sino la prevención, los programas de salud, la docencia e incluso la investigación, eran aires nuevos, años de ilusión por una atención integral, se ampliaba la edad pediátrica desde el nacimiento hasta la adolescencia, trabajar en equipo….

A lo largo de estos años ha habido frustraciones y satisfacciones.

Frustraciones inherentes a  tener que concentrar mi tiempo y esfuerzo a la asistencia de la demanda, fruto de cupos excesivos, “abandonando” en manos de enfermería buena parte de los programas de salud o los programas de educación sanitaria, manteniendo con mucho esfuerzo las consultas programadas, el mismo sobreesfuerzo que supone acudir al Hospital para mantener una formación continuada, porque el estudio todos tenemos asumido que lo hacemos en nuestro tiempo libre. Lleva ligada una frustración que, a temporadas, cambia mi humor a partir de… ¿las 12 de la mañana?, ¿2 de la tarde?…estoy cansada al finalizar la jornada, puedo llevar 5 horas de consulta ininterrumpida en las que mi atención esta concentrada en ofrecer a mis niños y sus familias una atención de calidad a un ritmo trepidante (7-8 minutos por niño); a esas horas un paciente sin cita planteándome un problema banal me causa malestar y crea situaciones que, a estas alturas, no siempre manejo como debiera, retroalimentando a su vez el malestar.

Hay también una frustración que es fruto de la deriva a la que se va abandonando la Atención Primaria, que la sufro, alzo mi voz, pero no está en mi mano resolver.

Hay también una frustración en algunas consultas, cada vez más, en las que no puedo ayudar, problemas psicosociales que requieren un abordaje familiar, la coordinación con otros profesionales  y que requieren un tiempo del que no siempre dispongo.

Por último, en algunas ocasiones, pocas afortunadamente, me he sentido mal al convertirse la consulta en una relación proveedor-consumidor.

Pero ganan las satisfacciones. Disfruto con mi trabajo, me levanto con ilusión. Ejercer la pediatría en Atención Primaria (ahora que la situación es de “Salvemos la Pediatría”, slogan con el que la AEP ha lanzado un SOS a la sociedad) es vivir con los padres la ilusión del nacimiento de su hijo, ser un acompañante privilegiado de su crecimiento hasta la adolescencia; nos invitan a ser parte de su familia y proporciona un goteo de satisfacciones realizar ese acompañamiento. Es gratificante la relación con los niños, son afectivos, te ríes con ellos…es gratificante sentir que ayudas a los padres en la crianza, ayudas a que se sientan mejor, los desculpabilizas y aunque a veces hay situaciones duras, puedes consolar, aliviar un poco la carga.

Es gratificante también ejercer la pediatría haciendo las cosas lo mejor posible, con rigor, procurando estar al día en los conocimientos que la ciencia aporta. Y por último, este año añado la satisfacción que me produce el abrir nuevas ventanas que dan aire fresco a mi trabajo, ventana abierta al mundo con este blog y con el que, tras casi 11 meses, sigo disfrutando y descubrir otras ventanas a las que me asomo, de las que aprendo.