Internet en la consulta: una necesidad

Se ha iniciado una campaña creada por médicos de atención primaria de diversas comunidades autónomas: «Internet en la consulta: una necesidad», iniciativa apoyada, entre otras, por las sociedades científicas AEP, (AEPap, SEPEAP) y a la que, desde maynet, también me adhiero. Este es su manifiesto:

«A punto de finalizar la primera década del siglo XXI, muchas consultas médicas de nuestro país, aun disponiendo de ordenador conectado a una red informática, tienen bloqueado el acceso a Internet o éste se encuentra muy limitado… por decisión de los gestores sanitarios. Como en el absurdo caso de los diversos calendarios de vacunación españoles, las restricciones son diferentes de unas comunidades autónomas a otras, llegando a ser casi absolutas en algunas de las que se autoconsideran más avanzadas en la implantación de las nuevas tecnologías en el ámbito sanitario. [ver mapa de la situación] Resulta evidente que esta actitud de censura es precisamente una muestra de desconocimiento, tanto de la utilidad como del funcionamiento de esas nuevas (ya no tanto) tecnologías y además constituye una flagrante desconsideración hacia el médico y sus pacientes. Es de sentido común que este error se subsane cuanto antes y en consecuencia solicitamos el acceso abierto y sin restricciones a Internet desde las consultas de los profesionales sanitarios españoles para solucionar una necesidad real, tanto de ellos como de la población atendida, y que se concreta en:
Necesidad de INFORMACIÓN. Prácticamente todo resulta accesible a través de La Red. Un centro sanitario es también un centro de información que, para realizar adecuadamente su función, requiere acceso a cualquier fuente de datos disponible.
Necesidad de FORMACIÓN. La formación continuada es parte del trabajo de un médico. La enseñanza online con tecnología multimedia es una de las vías de formación más extendidas en las ciencias biomédicas. Internet es en la actualidad la mayor biblioteca de temas médicos y relacionados con la salud.
Necesidad de COMUNICACIÓN. A todos los niveles: con los pacientes, los colegas, los gestores y la comunidad.
Necesidad de PARTICIPACIÓN. La medicina actual implica la participación y la ayuda del paciente en la toma de decisiones clínicas que afectan a su salud, y también de los colectivos de enfermos.
Pretendemos con esta nota dar a conocer a la sociedad española esta injustificable situación anacrónica y trasladar la petición de un Internet abierto a los responsables de la gestión sanitaria en cualquier nivel de responsabilidad en que se encuentren.»

Repaso semanal a la blogosfera (11 a 17/10/2010)

Empezaré hoy con Mañana lo dejamos, esta semana dos entradas para ir aclarando conceptos: Concepto de droga y  ¿Las drogas enganchan?, en el que nos muestra un cuadro con la capacidad adictógena de distintas drogas, la nicotina la que más, curioso, verdad?.
Rubén en Hij@s de Eva y Adán nos regala otra segunda entrevista a una mujer que trabaja en un centro de menores.
En Pediatria Social: El papel del pediatra en la prevención de los malos tratos, sobre este tema y debido a la infradeclaración que se está constatando hablaré un día de estos, debemos reflexionar acerca de qué estamos haciendo mal.
En Reflexiones de un pediatra curtido el Dr. García Tornel continúa una semana más trabajando por conseguir desestigmatizar la enuresis y nos presenta un moderno pipi-stop que funciona con “bluetooth”.
No puede faltar la cita con el cine que nos regala Javier González de Dios, esta semana: Cine y Pediatría. Los valores de Atticus Finch para la sociedad y la familia, continúa con Robert Mulligan en el Hollywood clásico y se centra en su obra maestra: Matar a un ruiseñor (1962). Sin comentarios.

Y por último os dejo con un vídeo de una serie de y para adolescentes, Glee y su particular e integradora versión de Imagine:

¡Felíz semana!

La implicación del pediatra en la consulta

Mi consulta

Acaba de terminar su rotación conmigo Aurora, residente de pediatría. Le explicaba que hay distintos niveles de implicación del pediatra con las familias, que son secuencias evolutivas por las que vamos pasando a lo largo de nuestro ejercicio profesional, al menos en atención primaria.

Un primer nivel en el que la atención al niño está enfocado sólo hacia la enfermedad, a resolver el problema que presenta y la familia la tenemos en cuenta sólo lo necesario por razones obvias. Es decir, la mirada está puesta en el niño enfermo y hay un énfasis mínimo hacia la familia.

Un segundo nivel que, aunque el enfoque es también principalmente “médico”, tenemos una comunicación eficaz con la familia respecto al problema por el que consultan, sabemos dar la información e identificamos posibles problemas que puedan interferir el cumplimiento terapeútico. Podemos decir que hay una mirada a todos: al niño en primer plano y a su familia en segundo plano, pero una foto del aquí y ahora por el que consultan.

Un tercer nivel en el que el médico es más activo en descubrir las preocupaciones, los problemas que hay debajo del motivo de consulta o la angustia que aquejan al niño, al adolescente o a su familia. El pediatra, si es capaz de enfocar las necesidades de ese niño o esa familia, debe estar adiestrado y cómodo para entablar un diálogo en el que afloren las preocupaciones y pueda dar su apoyo, debe saber escuchar atentamente e intentar entender la historia del problema tal como la familia la percibe, debe manejar bien la entrevista familiar.

Un cuarto nivel en el que el pediatra es capaz de realizar entrevistas más estructuradas para apoyar y acompañar a los niños, adolescentes y sus familias en la resolución de conflictos normales del desarrollo, facilitando un enfoque adecuado en problemas de familias que básicamente funcionan bien. Requiere formación básica en sistemas familiares.

Los pediatras de Atención Primaria estamos acostumbrados a visitas breves en las que tomamos un papel activo, moviéndonos habitualmente en los 2 primeros niveles y sólo en ocasiones realizamos entrevistas más abiertas en consultas programadas alcanzando nivel 3 y algunos pediatras nivel 4.

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La Familia Es el Paciente

No suelo releer libros, pero he vuelto a coger “La Familia Es el Paciente”, subtitulado “Las entrevistas familiares aplicadas a la atención médica infantil”, un libro fruto de la experiencia del equipo de la Sección de Conducta y Desarrollo del Departamento de Pediatría de la Universidad de California, San Francisco. Hace ya más de 50 años iniciaron su andadura en el manejo de problemas emocionales y de comportamiento en niños y adolescentes con especial énfasis en los aspectos docentes, pretendiendo mejorar la formación de los pediatras de cabecera, que entendiéramos el desarrollo normal y las diferencias de desarrollo en los niños para comprender y manejar los problemas de conducta que vemos a diario.
Aplica los principios de la terapia familiar en la consulta de pediatría para el diagnóstico y tratamiento de algunos problemas pediátricos, especialmente los problemas de comportamiento.

Ahora que la atención a los niños está cambiando en nuestro país y que probablemente el pediatra de cabecera es un “especie en extinción”, cobran más sentido las palabras del Dr. Robert Haggerty, que en 1995 decía en un artículo:
Las necesidades de los niños actualmente y en el futuro muestran una diversidad enorme; las diferencias en estatus socioeconómico, raza y etnia, cultura, nivel cultural, estado marital, movilidad y enfermedades y problemas sociales entre familias. Ésta es la realidad bajo la que deben trabajar los pediatras. Familias diferentes tienen y tendrán necesidades diferentes. Los pediatras que tratan niños que tienen la suerte de vivir con sus padres con medios adecuados en comunidades seguras con buenos colegios, tendrán un papel muy distinto al de los pediatras que trabajan con niños que tienen un padre o una madre pobres y rodeados de un ambiente de incultura, violencia, drogas y sexo precoz. Para todos los niños es fácil predecir que en el siglo XXI la pediatría estará más comprometida con la salud emocional, el papel de la educación escolar y la resolución de conflictos, que podría denominarse “prevención de la nueva morbilidad”.

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Repaso semanal a la blogosfera ( 4 a 10/10/2010)

He ido siguiendo la contribución de Bruno Abarca a la campaña Born HIV Free (Nacidos sin VIH) que ha terminado y que ha recibido 250 millones de visitas y conseguido 700.000 firmas presentadas en Naciones Unidas… y con un resultado de sólo 11.700 millones de dólares, para los próximos 3 años, nos lo resume en Fondo Mundial. 11.700 millones de dólares no son suficientes.

Rubén en Hij@s de Eva y Adán realiza una entrevista a una mujer, quiere el anonimato, que lleva trabajando más de dos décadas en Hogares Funcionales, puede también escucharse la versión en audio: La vida en un hogar funcional, os la recomiendo.


En Pediatría basada en pruebas, como todas las semanas, cita con el cine: La infancia y adolescencia que Robert Mulligan nos dejó desde Hollywood:
Robert Mulligan poseía una especial sensibilidad para retratar el mundo infantil y adolescente en sus películas ha abordado a menudo el tema del paso de la niñez a la adolescencia y de la educación sentimental”. Recomienda 4 películas:
Verano del 42, El otro, El corazón de Clara y Verano en Louisiana.

Y por último haceros partícipe de la entrada de un nuevo blog en esta blogosfera sanitaria desde el domingo 26 de septiembre: Mañana lo dejamos, un blog dedicado a las adicciones de José Antonio García médico de Conductas Adictivas:
“No creo que con este blog vaya a acabar con la ignorancia, pero puedo aportar ese granito de arena que, si además, se va uniendo gente a la tarea, podremos llegar a formar una playa. Una playa donde impere el respeto y la libertad.”
Ha optado por encabezar todos los textos publicados con una frase seguida de puntos suspensivos.
Todo el mundo sabe…: Entradas dirigidas a población en general. Una rayita de Dopamina…: Dirigidas a profesionales de la salud.
Cultura, Droga y Rock’n’Roll…: Películas, música, libros, etc., relacionadas de alguna manera con las adicciones.
Cuéntame como pasó…: Historia de las drogas. Para curiosear… Y así hasta ocho posibles entradas.
Todo lo escrito hasta ahora es de obligada lectura, pero destacaré éste por tocar directamente a la adolescencia: Consumo de cannabis de los adolescentes.
Desde aquí darle la bienvenida, cubre un hueco imprescindible y felicitarle por su estructura, la fácil lectura sin perder la profundidad que el tema merece. Gracias José Antonio!.

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Volviendo la mirada: Los primeros Hospitales Infantiles

La Revolución Francesa supuso un movimiento de remodelación económico, político, social y cultural que afectó profundamente a las instituciones asistenciales cerradas, pasando de ser casas de beneficencia regidas por principios religiosos y mantenidas por la caridad pública a centros de asistencia médica con subvenciones a cargo de los presupuestos del Estado.
Y así, en París, el asilo conocido como Maison de l´Enfant Jésus (1751) fue transformado en el actual Hôpital des Enfants Malades (1802) con 300 camas y fue el primer hospital infantil del mundo y durante mucho tiempo el hospital de niños más grande de Europa. Acogía solamente niños enfermos de edad inferior a los 15 años con enfermedades agudas; posteriormente acogió también a crónicos y a los agudos contagiosos.
Menos importancia tuvo el Hôpital des Enfants Trouvés, también en París, fundado en 1814 para acoger niños enfermos y abandonados y con una función mixta asistencial y de hospicio.
El ejemplo del Hôpital des Enfants Malades cundió rápidamente en Francia y en el resto de Europa: en Londres la Royal Infirmary for Sick Children en 1816, que fue el antecedente del Hospital for Sick Children. En Berlín se inaugura en 1830 el Pabellón Pediátrico de la Charité…en 1834 el primer hospital infantil en San Petersburgo… 1837 en Viena…y así en 1850 Europa contaba ya con unos 24 hospitales pediátricos, cifra que fue creciendo rápidamente.
El primer hospital infantil americano fue el Children´s Hospital de Filadelfia (1855) y el primer hospital infantil en España fue el Hospital del Niño Jesús en Madrid, que comenzó a funcionar en 1878.
El hospital de aquella época se convierte en centro de investigación, de asistencia sometida a los principios de la ciencia y promoviendo, en definitiva, el desarrollo actual de la medicina. Y en lo que respecta a la pediatría esta ordenación hospitalaria, a pesar de sus deficiencias, supone la aparición, desarrollo y consolidación de la especialidad.

En «Historia de la Pediatría» José María López Piñero y Juan Brines Solanes

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