¿Se pueden prevenir las infecciones?

Hoy han vuelto a plantearme una misma pregunta: “¿qué podemos hacer para que no se ponga “malo” nuestro hijo?”.
Son los padres de un niño de 14 meses de edad, que hasta ahora han venido prácticamente sólo a los controles de salud, pero ahora inicia guardería y “siempre estamos aquí, ¿vamos a estar todo el invierno así?”.
Además, me dicen, «discutimos a cada rato«, cada uno ve las infecciones continuas de su hijo de una forma diferente, a veces incluso se culpabilizan uno al otro “porque no llevas cuidado” o “porque estuviste con tu sobrino que tiene diarrea” o …
Ha sido una mañana de no parar, estamos en plena “epidemia” de gastroenteritis y otras viriasis de vías respiratorias altas y he quedado en hablarles más tranquilamente desde aquí.

Veamos:
Vuestro hijo, como tantos otros, ha iniciado la escolarización a una edad temprana y sabemos que pasará un mayor número de enfermedades infecciosas que los niños de edad similar que están en casa. Se tratará de infecciones respiratorias y gastroenteritis agudas, sobre todo concentradas en el primer año y algo menos en el segundo año, en general procesos víricos autolimitados.
¿Se pueden prevenir las infecciones?:
Partimos de que los niños pequeños son más vulnerables a las infecciones dado que su sistema inmunitario (de defensa frente a los gérmenes) es inmaduro y además por el contacto estrecho con otros niños de la misma edad se facilita la transmisión de enfermedades infecciosas. El niño en su primer año de escolarización va a sufrir el “bombardeo” de gran cantidad de gérmenes (en su mayoría virus) pero la mayoría de estas enfermedades serán, como os decía, procesos banales, sobre todo catarros.
Vuestro hijo acude con la mayor protección posible: es un niño bien nutrido, correctamente vacunado, éstas son sus mejores armas. No hay medicación que “proteja” a vuestro hijo.
En cuanto a la guardería o a la escuela infantil, debemos exigir unas correctas normas de higiene, espacios adecuados, no masificados, con condiciones ambientales apropiadas y, por vuestra parte, respetar las normas del cole y no enviar a los niños si están enfermos; ya sé que es difícil pero, en la medida de lo posible, que no acuda a la guardería si está enfermo, sobre todo por respeto a él, para que tenga los cuidados que precisa en casa y evitar el contagio a los compañeros.

Me queda algo más que deciros, entiendo vuestro malestar, el sufrimiento que os supone verle con fiebre, tosiendo…pero al igual que la escuela es su salida al mundo, dejar el ámbito familiar e iniciar un camino de socialización, también las infecciones que va a ir pasando son su adaptación al medio, ese “bombardeo” de virus que, como os decía, está teniendo vuestro hijo, suponen una respuesta por parte de su organismo, activará sus defensas frente a ellos. Entiendo también que os gustaría que vuestro hijo estuviera protegido en una burbuja, no sólo frente a las infecciones de las que no se librará, sino frente a los “peligros” que la vida conlleva; una burbuja sólo serviría para condenarle a no vivir, ya sé que es una metáfora, pero la sobreprotección y el miedo no hará a vuestro hijo ser un adulto que disfrute de la vida, nuestro papel como padres y madres es el de acompañarles, protegiendo en los primeros años y progresivamente facilitando la autonomía y la confianza en sí mismos.

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Desayuno y obesidad

En la web del Ministerio de Sanidad encuentro las campañas informativas y de educación sanitaria realizadas desde el año 2005: Hay una de Prevención de la Obesidad Infantil a la que pertenece el cartel que abre esta entrada.
¿Y porqué se hace referencia al desayuno en una campaña de prevención de obesidad?, pues porque se ha demostrado que la prevalencia de obesidad es superior en aquellas personas que toman un desayuno escaso o lo omiten.

Insistimos los pediatras una y otra vez en la importancia del desayuno y, como leía hace unos días en una publicación médica, es más que una buena costumbre.
Es la etapa escolar el momento más importante para la consolidación de los hábitos alimentarios saludables, como también lo es para la actividad física, pero son muchos los escolares que siguen acudiendo al cole con un desayuno insuficiente o en ayunas.
Se ha hablado de la repercusión de un mal desayuno en el rendimiento escolar pero se ha hablado menos de su relación con el riesgo de obesidad.
Cada vez hay más datos que apoyan la relación entre el desayuno y el peso corporal. Un menor número de días en que se desayuna se ha asociado a un mayor Indice de Masa Corporal (IMC) en los jóvenes. ¿Paradójico?, veamos: desayunar de forma habitual conlleva hábitos alimentarios y de actividad física más regulares o elecciones de alimentos más saludables…por el contrario, cuando no se desayuna de forma regular, hay un aumento del picoteo, patrones de ingesta irregulares o mayor consumo de alimentos de bajo valor nutricional y consumen una mayor cantidad de energía en la cena.
Otra vía por la que el desayuno parece influir en la prevención de obesidad es su impacto potencial en la calidad global de la dieta; al parecer la ingesta de fibra, calcio, vitaminas A y C, hierro es superior, y la de calorías, grasa y colesterol inferior en los niños que desayunan regularmente.

En resumen, desayunar puede prevenir la obesidad a través de diversos mecanismos biológicos y conductuales, es por tanto un buen marcador de un estilo de vida saludable.

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Repaso semanal a la blogosfera (18 a 24/10/2010)

Con un día de retraso, ayer domingo me fue imposible, aquí está el repaso semanal:

Empiezo por Pediatria Basada en Pruebas, en cuyo repaso semanal leo una noticia, que también conocí a través de mi correo, acerca de un reportaje titulado «Madre o Vaca” en el suplemento dominical del diario «El Mundo», artículo al que podéis acceder desde el blog y que ha provocado un auténtico revuelo y una carta al director que podéis firmar. Yo también creo que es una visión deformada de la maternidad y de la lactancia, pero no me siento ofendida ni escandalizada por lo escrito. Pero aprovechando el tema y  que hoy  es lunes 25 os remito a la entrada que  publica José Cristóbal Buñuel hoy y que creo importantísimo leer: Son las respuestas a 4 preguntas básicas acerca de la lactancia materna.
Y cómo no: Cine y Pediatría: “Abel” crítica la paternidad irresponsable. Javier González de Dios nos adelanta su mirada acerca de esta reciente película mejicana y nos deja, como siempre, con la necesidad de verla. Pero no resisto a copiar su párrafo final: «Pero para abandonar a la familia ya no es necesario desaparecer “físicamente”, pues hay un tipo de abandono “emocional” mucho más habitual y que ocurre en demasiadas ocasiones y en todas las culturas. Los padres delegan en la madre gran parte del cuidado y la educación de los niños y éstos lo acusan. La figura del padre y de la madre son esenciales en el desarrollo cognitivo y emocional de los hijos. El tiempo (en cantidad y, sobre todo, en calidad) que empleemos con nuestros hijos es una de las mejores inversiones. La semana pasada poníamos el ejemplo de un padre ejemplar (Atticus Finch); hoy señalamos como Diego Luna critica la paternidad irresponsable en su películaAbel. No desoigamos el mensaje, un mensaje emitido por un niño con rasgos autistas

Amalia Arce en Diario de una mamá pediatra: Mi niño no me come, de nuevo los mismos mensajes que una y otra vez repetimos en las consultas y que siempre son actualidad.

En Mañana lo dejamos esta semana os recomiendo su 4 x 4: 4 entradas de 4 secciones distintas: Un poco de historia (que ya sabéis que me gusta) con Rodrígo de Jerez. Cultura, Droga y Rock’n’Roll…: Amy no quiere rehabilitarse. Una rayita de Dopamina…: Rendimiento neuropsicológico en la adicción a la cocaína: Una revisión crítica. Todo el mundo sabe…: Dependencia, Tolerancia y Síndrome de Abstinencia. ¡Lo que estoy aprendiendo y la falta que me hacía!.

Y por último en Hij@s de Eva y Adán encuentro Día internacional para la erradicación de la Pobreza… yo exijo, Maggie Doyne, fundadora de la Fundación BlinkNow y a través del repaso semanal de Rubén me entero de la web Prevención del maltrato infantil, que nace con la intención de convertirse en un Centro Documental Virtual sobre prevención del Maltrato Infantil y promoción del Buentrato.

¡Feliz semana!

Volviendo la mirada: Los primeros hospitales infantiles en España

Hospital Niño Jesús

Desde 1868 España vivía el periodo denominado sexenio democrático; en 1869 era promulgada por las cortes una Constitución de corte liberal y la actividad científica española se desarrollaba en libertad desde el punto de vista ideológico y eso suponía, por ejemplo, dejar de defender en privado las teorías de la evolución de Darwin para hablar de ello sin miedo en público, también libertad docente y la fundación de numerosas “Escuelas Libres” de Medicina, algunas claro está con medios muy precarios como la financiada por la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Zaragoza en la que se formó en su inicio Cajal, pero otras muchas consiguieron convertirse en instituciones de vanguardia.

La primera institución asistencial dedicada a la asistencia del niño enfermo en España fue el Hospital Niño Jesús de Madrid, que es inaugurado en 1877. Fue promovido y financiado en un principio por la duquesa de Santoña y ocupó al principio una casa de vecindad, disponía de seis salas con camas de hierro y algunos lujos insólitos para la época, como un plato, un vaso y una taza de metal para cada niño y estufas en las salas. Más tarde, entre los años 1879 y 1885, se construye el Hospital y la Iglesia central. En este Hospital se formaron numerosos pediatras españoles. Tres años más tarde, en 1880, se funda en Valencia un Hospital para niños con enfermedades nerviosas; en 1890 es creado el Hospital para Niños Pobres de Barcelona, que es una ampliación de un consultorio de pediatría. En 1892 es creado en la Villa de Pinto un Hospital Asilo de San Rafael de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que fue trasladado a Madrid cinco años más tarde. También en 1892 es creado en Chipiona un sanatorio para niños con tuberculosis.
Y este es el panorama hospitalario de la España que entra en el siglo XX.

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Las necesidades infantiles

Quisiera hacer un repaso de las NECESIDADES INFANTILES, una guía lo más sencilla y pedagógica:
Como seres vivos tenemos unas necesidades físicas, biológicas, que son básicas: recibir comida en cantidad y calidad suficientes, descanso, estar protegido de los peligros que pueden amenazar nuestra integridad, cobijo… todo esto es evidente, por eso, como leía hace unos días en “Los buenos tratos a la infancia” de Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan, un libro que os recomendaba días pasados, “el mundo adulto debería asumir la vergüenza de no haber podido garantizar a millones de niños en el mundo el mínimo necesario para garantizar este derecho a la vida”.

Pero sigamos con las necesidades infantiles: el niño tiene también unas necesidades asociadas al desarrollo psicosocial, es decir, necesidades afectivas, cognitivas, sociales y éticas. Veamos más despacio en qué consisten:
El niño tiene necesidad de lazos afectivos estables, incondicionales y continuos, así se vincula a sus padres, a su familia; el niño siente la vinculación como amor y felicidad, y desarrolla así un sentimiento de pertenencia: sabe que pertenece. Estos lazos afectivos estables suponen también cubrir la necesidad de estructura que tiene el niño desde que nace: estabilidad de personas que le cuidan, de espacios, horarios, de saciarle cuando tiene hambre o sed, facilitarle el sueño… más adelante necesidad de límites, de normas, de hábitos, porque el niño necesita saber qué va a pasar después, esto le genera seguridad y confianza. El niño necesita ser aceptado, debe recibir gestos y palabras que creen a su alrededor un verdadero espacio afectivo de aceptación, necesita ser importante para sus padres creándose vínculos de lealtad entre padres y niño.
El niño tiene necesidad de estímulo, más bien hambre de estímulos al igual que tiene hambre de alimentos. La mente humana para desarrollarse necesita estímulos sensoriales y le deben llegar de las personas de su entorno y así forma su propia estructura psíquica. En los primeros meses sobre todo, el niño necesita ser tocado, tomado, mirado, besado…es la forma que tiene de entrar en contacto con el mundo, por medio de sus sentidos.
Mas adelante será necesario estimular la curiosidad por lo que sucede a su alrededor con el fin de motivarle a explorar el mundo. A medida que el niño va creciendo, el hambre de estímulos se hace cada vez más simbólico y va dando paso al hambre de reconocimiento, que durará toda la vida; será necesario que los adultos importantes para el niño le refuercen, le manifiesten su alegría por los esfuerzos y logros que va realizando en la aventura de crecer.
Los niños tienen también unas necesidades sociales que serán satisfechas en la medida que los adultos faciliten su autonomía, apoyen sus capacidades y les animen a ser responsables, tanto en el ejercicio de sus derechos como en el cumplimiento de sus deberes.
Por último los niños tienen derecho a creer en valores que les hagan sentirse parte de su cultura, valores colectivos que les enseñen el respeto a la vida y a los derechos humanos de todos, que integren una ética que les haga responsables de sus actos.

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