El Destete

comiendo
Cuando doy charlas de alimentación a padres y madres lo hago haciendo un recorrido desde el nacimiento a la adolescencia y empiezo hablando de que, como “animales” mamíferos que somos, nutrimos a nuestros recién nacidos con leche. El niño nace con una serie de reflejos, entre ellos el de succión y el de búsqueda, que harán que rápidamente se enganche al pezón o a la tetina y calme la angustiosa sensación de hambre. Siempre explico a continuación los beneficios de la lactancia materna y también los enormes avances en la composición de las leches que podemos ofrecer hoy a los lactantes. Después abro un tiempo para el diálogo, las preguntas y sobre todo para que las madres puedan expresar sus miedos, sus frustraciones…a menudo sale el sentimiento de ser mala madre por no haber sido capaz de hacer una lactancia natural o el drama de suspender la teta por incorporarse al trabajo… creo que la labor del pediatra también es desdramatizar, es darles permiso para que disfruten del momento, sea cual sea la forma en que se alimente su hijo. Por eso les hablo de que el momento de alimentarle no es sólo nutrirlo, es mucho más que la nutrición corporal; mientras le dais el pecho o el biberón estáis en contacto, le acariciáis, le habláis…todo ello va creando un vínculo entre vosotros que le nutre emocionalmente (o mejor dicho: os nutre emocionalmente).

Más adelante incorporaremos otros alimentos distintos a la leche y en eso seguimos las recomendaciones nutricionales de una serie de organismos internacionales como la ESPGHAN.
¿Hasta cuando sólo con leche?: Siempre, en cualquier recomendación, tenemos que mirar al niño e intentar adecuarla a ese niño concreto, en esa familia concreta. Pero en general podemos decir que hasta los 6 meses (prefiero siempre hablar de “alrededor de los 6 meses”) la leche cubre las necesidades nutritivas del niño; pero además hay otros signos que nos dicen que el niño está preparado para tomar otros alimentos (inicia movimientos de masticación, se sienta…) por lo que aconsejamos iniciar el aprendizaje de la alimentación con cuchara y de otros alimentos distintos a la leche.

Y ahora surgen dos nuevas preguntas: ¿hasta cuando ofrecer leche en biberón aunque ya sabe beber en vaso?, ¿hasta cuando mantener la lactancia materna aunque el niño ya se alimente con una dieta variada y completa?.
Miremos de nuevo al niño, cuáles son sus necesidades y su desarrollo evolutivo: desde el año de vida cubre sus necesidades nutricionales comiendo “de todo” y evolutivamente, “alrededor de los 24 meses”, va abandonando la etapa oral y entrando en la anal; podemos ayudarle en esa transición si facilitamos que abandone la succión que “le ata” a la etapa anterior. En el caso de la lactancia materna es decisión de la madre hasta cuando quiere prolongarla, y nuestro papel es el de informarle de la necesidad de mantener una alimentación variada.

Isabel Rubio

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