Educando con amor


Hace ya muchos años alguien muy querido me regaló este poster que durante mucho tiempo tuve colgado en la pared.
Ahora acabo de leer una hermosa y conmovedora novela, “El olvido que seremos” de Héctor Abad Faciolince, de la que copio sólo dos frases: la primera hablando de cómo su padre entendía y ejercía la educación de sus hijos:
“Si quieres que tu hijo sea bueno, hazlo felíz, si quieres que sea mejor, hazlo más feliz”
La segunda una reflexión del autor, ya adulto:
“Ahora pienso que la única receta para poder soportar lo dura que es la vida al cabo de los años, es haber recibido en la infancia mucho amor de los padres”.

¿Vacunamos de la gripe a los niños y adolescentes?

Se inicia, como cada año, la campaña de vacunación frente a la gripe. Es la Organización Mundial de la Salud la que decide cada año las cepas de virus de la gripe que deben contener las vacunas. En esta temporada 2011-2012 la vacuna contiene las mismas cepas que la del año pasado: Cepa viral similar a A/California/7/2009 (H1N1) + Cepa viral similar a A/Perth/16/2009 (H3N2) + Cepa viral similar a B/Brisbane/60/2008. Aunque es la misma vacuna, como la protección inducida por la vacuna va disminuyendo, se debe vacunar este año aunque lo haya hecho en la campaña 2010-2011.
También, antes del inicio de la temporada estacional de gripe, el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP) realiza las recomendaciones de vacunación en los niños y adolescentes.

¿En qué situaciones está recomendada la vacuna antigripal?:
1.- Por un lado en niños mayores de 6 meses y adolescentes que tengan enfermedades de riesgo, es decir, niños y adolescentes que debido a la enfermedad de base que padecen o por el tratamiento crónico que reciben, es más fácil que sufran formas graves y complicadas de la gripe o bien la gripe implica una desestabilización de su enfermedad de base; por ejemplo, que padezcan una enfermedad respiratoria crónica como fibrosis quística, displasia broncopulmonar, asma etc., enfermedad cardiovascular grave, enfermedad metabólica crónica como diabetes, enfermedad crónica renal o hepática, enfermedad inflamatoria intestinal crónica, inmunodeficiencia, asplenia, enfermedad oncológica, enfermedad hematológica moderada o grave, enfermedad neuromuscular crónica, encefalopatía moderada-grave, malnutrición moderada o grave, obesidad mórbida, Síndrome de Down y otras cromosomopatías graves y niños en tratamiento continuado con ácido acetilsalicílico. También se considera grupo de riesgo el embarazo en adolescentes.
2.- Por otro lado niños sanos mayores de 6 meses y adolescentes sanos que convivan con pacientes de riesgo, es decir, que el pasar la gripe suponga un peligro para la salud de personas que conviven con ellos.
3.- No olvidemos que deben vacunarse también los adultos en contacto con niños y adolescentes pertenecientes a grupos de riesgo.
En todos estos casos la vacunación antigripal está indicada, representa un beneficio evidente y constituye una oferta de salud incuestionable.

¿Y cuáles son las contraindicaciones de la vacunación antigripal?: Aunque son preguntas obligadas antes de proceder a la vacunación, es conveniente conocer que no se debe administrar a niños menores de 6 meses, los que hayan tenido una reacción alérgica grave al huevo, o el antecedente de una reacción grave tras la administración de vacuna antigripal otros años.

¿Y los niños sanos, qué?:
Son muchos los padres y madres que plantean vacunar a sus hijos porque creen que así evitarán los procesos catarrales, o la bronquiolitis o las bronquitis, pero la vacunación de la gripe sólo previene la gripe, es decir, uno de los procesos que probablemente pasarán este invierno; en mi opinión, si es un niño sano rodeado de niños y adultos sanos, no es aconsejable la vacunación.

Síndrome de Alienación Parental


Hoy, en el suplemento de salud del periódico Información, publico el siguiente artículo:

Hace unos días leía en la prensa digital la noticia: Un estudio matemático predice un 50% de aumento de los divorcios en cinco años
Un equipo de investigadores del Instituto Universitario de Matemática Multidisciplinar de la Universitat Politècnica de València ha realizado un estudio que predice un incremento del 50% en el número de divorcios en España en los próximos cinco años.

En la mayoría de las separaciones los conflictos son la norma. Los pediatras lo vemos a diario, sufren todos los miembros de la familia, es un proceso doloroso que se resolverá más o menos pronto en la medida que padre y madre sean capaces de poner la mirada en sus hijos y sacar lo mejor de sí mismos.

En el otro extremo está lo que se ha venido a llamar síndrome de alienación parental (SAP), un proceso que se caracteriza porque uno de los progenitores, habitualmente el que tiene la custodia, manipula a los hijos para que rechacen al otro; es al fin y al cabo una forma de maltrato al menor.

Fue el psiquiatra estadounidense Richard Gardner quién introdujo, en 1985, este término y según muchos informes se dá en un tercio de las separaciones contenciosas. Se denomina padre alienador el que quiere excluir (mejor denominarlo “padre aceptado”) y el excluído del mundo afectivo del hijo padre alienado (mejor denominarlo “padre rechazado”). Evidentemente hay distintos grados: hablar mal del otro progenitor, hacerles partícipes a los hijos de la rabia que siente hacia el otro o de los conflictos de pareja que han llevado al divorcio, desvalorizarlo, culpabilizar de todo al padre alienado y a veces también al hijo… hasta llegar a una manipulación psicológica del hijo que puede incluir denuncias falsas al otro progenitor.

Hablamos de Síndrome de Alienación Parental cuando existe un maltrato psicológico del progenitor “aceptado” sobre el hijo y el progenitor “rechazado”. Está claro que esta forma de maltrato al menor le causará graves problemas, caen en un conflicto de lealtades por el que pagan un precio muy alto.

Detrás de esta situación no hay, como en el caso del Síndrome de Munchausen por poderes (una forma de abuso infantil en la que el padre o la madre induce en el niño síntomas reales o aparentes de una enfermedad) un problema mental del progenitor “aceptado”, es la utilización de los hijos como modo de mitigar su rabia, para hacerle daño al otro al que siente culpable de la situación, por venganza. Suelen ser personas egocéntricas e inmaduras.

El SAP se detecta sobre todo en niños de 7-14 años de edad. En los más pequeños podemos observar inestabilidad emocional, inseguridad, sentimiento de abandono y al mismo tiempo gran dependencia del padre “aceptado”, conductas más infantiles de las que les corresponden por su edad y estallidos de conductas violentas. En las edades de 7 a 11 años viven la lucha entre el rechazo y el recuerdo de momentos agradables vividos con el padre excluído; frente a esta dualidad pueden radicalizar el rechazo. Por encima de los 12 años puede haber otras fuentes de información que dificulten la manipulación del menor, no obstante también se detectan casos. Con el desarrollo del hijo, progresivamente, irá teniendo una visión más objetiva de las relaciones con el padre rechazado y si supera el temor a la respuesta que pueda tener éste, suele darse el acercamiento.

¡Empieza el verano!: Las picaduras

Hoy, en el suplemento de salud del periódico Información, publico: Picaduras de Insectos.

«Con la llegada del verano suele aumentar el número de niños que acuden a consulta por picaduras de insectos, habitualmente mosquitos (orden díptera), avispas y abejas (orden hymenóptera).

La picadura es la lesión que produce el insecto al inyectar un veneno a través del aguijón (avispas y abejas) o bien en lugar de picar muerde (mosquitos).

Todos ellos suelen picar generalmente en zonas descubiertas de la piel. En Europa el mosquito común (cules pipiensis) es el más habitual, solamente las hembras de los mosquitos son hematófagas y tienen unas mandíbulas dentadas y un tubo de succión que permiten su alimentación al extraer sangre, al mismo tiempo inyecta sustancias salivares que son irritantes. Las abejas al picar dejan el aguijón clavado y se autoeviscera en una muerte “suicida”, mientras que las avispas no y pueden picar repetidamente.

Generalmente las molestias son sólo locales, en el lugar de la picadura aparece un habón con más o menos enrojecimiento e hinchazón y mucho picor. Si la picadura se produce en lugares como los párpados, los labios o, como he visto hoy, en el pene, el enrojecimiento e hinchazón puede ser bastante importante ya que se trata de tejidos muy blandos. En el caso de las abejas y avispas hay además dolor; a veces la reacción local es intensa y el edema y enrojecimiento pueden durar varios días, pudiendo ser el inicio de una reacción más grave por lo que deben ser vigiladas.

¿Qué podemos hacer?: Lo más rápido y efectivo es aplicar un cubito de hielo, o bien ir poniendo, si la zona enrojecida es más grande, una toallita empapada en agua muy fría. Puede utilizarse también solución de calamina o un algodón empapado en agua y amoniaco. A veces prescribimos cremas de corticoides, no cremas de antihistamínicos que pueden ser contraproducentes. Sólo en el caso de picaduras múltiples, si el picor es muy importante, añadimos al tratamiento un antihistamínico oral.

Existen personas que son alérgicas a abejas y avispas y pueden sufrir reacciones graves en los minutos posteriores a la picadura del insecto: en este caso habrá dificultad respiratoria, dificultad para tragar, urticaria, mareo, debilidad….es lo que denominamos «shock anafiláctico». Esta situación requiere una actuación urgente: si es la primera vez que le ocurre trasladarlo al centro sanitario más cercano y si ha tenido algún episodio anterior se administrará adrenalina autoinyectable que deberá llevar siempre consigo y los padres o cuidadores deben estar instruidos en su uso.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?: De entrada, en el coche viajar con las ventanillas cerradas. En casa lo mejor es el uso de mosquiteras en las ventanas y/o mosquiteras que envuelvan la cuna o cama. También podemos usar algunos de los productos “antimosquitos” que se conectan a la luz, pero no está clara su efectividad.

Y en los espacios abiertos usar ropa con fibras naturales (algodón, lino) con la mayor superficie corporal cubierta, ligeros, no ajustados y de colores claros (atraen menos a los insectos). Las picaduras de mosquito pueden también evitarse mediante la aplicación de repelentes en la piel o la ropa pero antes de comprarlo hay que asesorarse acerca de los productos menos tóxicos y cada cuántas horas es necesario repetir la aplicación».

El Dr. García Tornel hablaba también, el pasado día 29, de las picaduras y lanzaba la pregunta de qué hacer, añado algo más: aplicar Vicks Vaporub calma mucho el picor, ¡palabra de Jefe de Servicio de Pediatría!.

¡Empieza el verano!: la otitis externa

Hoy ha llegado a la consulta Rubén, un niño de 8 años, con dolor en el oído derecho. Asiste a un curso de natación y está muy enfadado porque su madre le ha dicho que si es de la piscina no podrá seguir.

Efectivamente es una otitis externa, es decir, una inflamación del conducto auditivo externo (CAE) generalmente de causa infecciosa.
Los síntomas son sobre todo el dolor, que aumenta al mover y estirar el pabellón auricular o al masticar, la sensación de no oir bien y la supuración.
El tratamiento aconsejado es, de entrada, calmar el dolor con paracetamol o ibuprofeno oral a las dosis adecuadas y de forma pautada cada 4-6 horas, sin esperar a que el dolor aparezca. Generalmente se pauta también tratamiento con gotas óticas con antisépticos o antibióticos asociados o no a corticoides.

Es importante saber aplicar las gotas:
* En primer lugar se puede colocar una gasa (no algodón) para intentar absorber la secreción que hay en el conducto.
* El niño se debe colocar tumbado y de lado (decúbito lateral) con el oído afectado hacia arriba.
* Echar la cantidad de gotas prescritas en el CAE.
* Traccionar suavemente del pabellón auricular en varias direcciones para facilitar la entrada de las gotas.
* Debe permanecer así durante 3-5 minutos.
* No poner nada para tapar el oído.
Acudir al pediatra de entrada si el niño tiene alguna enfermedad de base, lleva drenajes en los oídos o es muy abundante la secreción en CAE. También si el dolor no calma en 48 horas.


Por último, ¿qué medidas preventivas podemos adoptar?: Es recomendable el uso de tapones  (algodón impregnado en cera, silicona, polivinilo…), secar bien el oído tras el baño pero no usar bastoncillos; algunos otorrinos aconsejan la instilación de ácido bórico al 2-4% tras el baño para restablecer el ambiente ácido del CAE.

Por cierto: ¡tod@s l@s niñ@s deben saber nadar!, ¡aprovechad el verano!.

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